Afirman que el "Yo-yo loco" chino considerado tóxico es inocuo

La Dirección General de Lealtad Comercial afirmó que el "Yo-yo Loco", un juguete chino de cuatro pesos de costo, denunciado en el exterior como tóxico, es inocuo y confirmó que le otorgaron certificados en abril.

El organismo detalló que al conocer las denuncias en España, Paraguay y Honduras, contra el "Water Ball" (bautizado en Latinoamérica como Yo-yo Loco) ordenaron nuevos exámenes más allá de las normas de habilitación y en las pruebas no hallaron metales pesados, hidrocarburos, ni microorganismos.

Las fuentes destacaron que pese a que el juguete cuenta con normas IRAM, obligaron a los importadores a poner en las cajas algunas advertencias como que el yo-yo era para niños de más de cinco años y que si se rompía "debía ser descartado". "Hasta hoy no hubo intoxicaciones en Argentina por esta causa", detallaron a su vez voceros sanitarios de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) y de la secretaría de Salud porteña.

Empresarios y funcionarios defendieron así al juguete importado de China y cuestionado en el exterior, que consiste en una bola rellena con un líquido viscoso y brillante, que tiene una prolongación de plástico con un anillo, por el que cae y sube. No es un yo-yo tradicional, en el que el hilo pasa por el medio de dos placas redondas y al girar, sube y baja, sino de una bola con un apéndice elástico, por el que vuelve a la mano.

En el exterior denunciaron que el producto tiene tolueno y xileno, dos sustancias derivadas del petróleo que son tóxicas en contacto con la piel, pero los técnicos argentinos dijeron que en el juguete, si las contuviera, sería en pequeñas cantidades.

Roberto Raimondi, director técnico de la Cámara Argentina del Juguete detalló ayer a Télam que "desde 1998, por resolución 851 de la Secretaría de Defensa del Consumidor, todos los juguetes deben ser certificados para que cumplan con normas de seguridad" Así, por ejemplo, los juguetes no pueden tener partes filosas, cables expuestos, ejes desarmables de metal o ser realizados con sustancias tóxicas. Con esa norma, aclaró Raimondi, "cumplió la empresa importadora -a la que no quiso identificar- de acuerdo a lo que era su responsabilidad".