Cuencas lanzó una alerta meteorológica para la cordillera

Lluvias y chaparrones serán acompañados de fuertes vientos. No se esperan mayores complicaciones en los embalses

CIPOLLETTI (AC) - La Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) emitió ayer una alerta meteorológica para las ciudades de la cordillera rionegrina y neuquina. Las lluvias y chaparrones que había sido pronosticados serán, dijeron ayer los especialistas, fuertes y acompañadas de vientos, también de gran intensidad.

Aunque no se esperan complicaciones en los embalses de las grandes presas, el comportamiento irregular de los ríos de la cuenca, especialmente el Neuquén, hace que los especialistas de la AIC sigan muy de cerca este fenómeno para poder manejar los caudales con precaución.

Es un hecho que los ríos que bajan de la alta montaña crecerán pero está por verse el impacto que ello tendrá sobre los embalses. En esta posibilidad incidirá la cantidad de precipitaciones que lleguen al suelo en forma de nieve, en vez de lluvia.

"Se esperan lluvias y chaparrones fuertes sobre la cordillera de los Andes en las provincias de Río Negro, Neuquén y Chubut", les comunicó el área de Operaciones de Cuencas a las direcciones de Defensa Civil de las provincias y de los municipios alcanzados por el fenómeno meteorológico.

Los pronosticadores de la AIC no observaban el martes que el viento se fuera a presentar como un fenómeno importante para los próximos días, pero ayer concluyeron que habrá períodos con ráfagas fuertes.

En la zona del Alto Valle y la zona de influencia de la ciudad de Neuquén se esperan "abundantes nubes y probabilidad de lluvias y chaparrones".

A pesar de la gran cantidad de agua que caerá en la cordillera, para hoy no están previstos aumentos en las entradas de caudales a los embalses de Alicurá, Piedra de Aguila (en el Limay) y Los Barreales (río Neuquén).

De todos modos, en la AIC esperan que hacia mañana y el sábado el agua que baje de la cordillera llegue a las presas que regulan los ríos. Tampoco se esperan aumentos en los caudales en las últimas dos presas de ambos ríos.

En esta época del año los embalses deben estar bajos para esperar los períodos húmedos como el actual. Hace dos años, un período extremadamente húmedo hizo crecer los ríos y complicó la permanencia de poblaciones irregulares ribereñas.

En octubre del año pasado un temporal de un poder inusitado llenó los ríos de agua de lluvia y de deshielo, y todo el sistema entró en un plan de emergencia para no poner en riesgo las obras que frenan los ríos.De todos modos, por ahora este año es deficitario en términos de humedad.