Miércoles 18 de junio de 2003

 

La eficacia de un tratamiento para el prurito

 
  La revista especializada Journal of Hepatology, una de las más prestigiosas en su especialidad, reprodujo un trabajo de investigadores argentinos que da cuenta de la eficacia de la naltrexona para tratar uno de los síntomas más incapacitantes y desagradables de la colestasis crónica: el prurito o picazón intensa.
La colestasis es una enfermedad caracterizada por una dificultad en la excreción de la bilis desde la célula hepática hasta el duodeno. Por lo tanto, esta dificultad puede estar localizada dentro del hígado o en los conductos que la transportan. Las causas que pueden provocar la colestasis son múltiples: tóxicos, fármacos, virus o enfermedades inmunológicas, entre otras y ocurren tanto en la infancia como en los adultos. El prurito no sólo resulta molesto, sino que llega a incapacitar al paciente en el desarrollo de sus actividades cotidianas y puede llegar a convertirse en una indicación válida para el trasplante hepático.
La naltrexona es un antagonista opiáceo disponible en el mercado argentino y que actualmente se utiliza, entre otros, para el tratamiento del alcoholismo.
El principio que indujo a los investigadores a indagar en sus posibilidades terapéuticas es que existen teorías que relacionan a este tipo de picazón con la presencia de sustancias opiáceas endógenas (es decir, propias del organismo) en el sistema nervioso central.
Los doctores Rubén Terg, Emma Coronel, Alberto Muñoz, de la Unidad de Hepatología del Hospital de Gastroenterología Bonorino Udaondo (Escuela de Medicina, Universidad del Salvador), Juan Sordá y Jorge Findor, del Hospital de Clínicas se basaron en una serie de evidencias que avalaría la hipótesis de anteriormente mencionada, a saber: por un lado, los pacientes que presentan esta enfermedad hepática tienen mayores niveles plasmáticos de sustancias opiáceas endógenas, como la encefalina; además los opiáceos provocan una picazón que se puede revertir mediante la administración de antagonistas de los opiáceos; y, por último, en pruebas realizadas en monos, la picazón que puede revertirse con esta familia de drogas, también se puede inducir inyectando extractos plasmáticos de pacientes con prurito en el asta posterior de la médula espinal. Así, la naltrexona fue seleccionada para ser objeto de este estudio doble ciego, cruzado y con control de placebo, y que involucró pacientes entre 36 a 70 años.
Después de una semana durante la cual se evaluó el grado de picazón en condiciones basales, un grupo de pacientes recibió 1 comprimido (50 mg) de naltrexona, en tanto que otro recibió placebo durante dos semanas. Al término de ese periodo se suspendió el tratamiento durante otra semana (reposo farmacológico), luego de lo cual se entrecruzaron los pacientes y se les comenzó a administrar el otro tratamiento durante otras dos semanas.
Los pacientes fueron evaluados en forma diaria, durante el día y la noche.
     
     
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