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La bronca de los pibes asusta por su violencia

Alarma en Allen la agresividad en los secundarios.

La Policía reforzó la seguridad a la hora de la salida.

Los colegios han recurrido a la Policía para que persuada preventivamente con su presencia a los violentos, a la hora de salida.

ALLEN (AA).- Los golpes, las agresiones verbales y el maltrato en sí, también conviven en las aulas junto a los alumnos y docentes. Estudiantes que se insultan, se pegan, se muestran indiferentes con sus maestros, y se "tratan mal" cada vez con mayor intensidad.

La violencia en los colegios de esta ciudad, en particular en los secundarios, se ha convertido en un problema creciente en el último tiempo, coinciden las autoridades escolares de distintos establecimientos de nivel medio, y constituye hoy en día uno de los ejes de preocupación y debate entre los educadores.

Tal es así que desde uno de los colegios secundarios se tuvo que pedir a la policía, a modo de prevención, que refuerce la seguridad en los horarios de salida de las escuelas y también en algunos sitios específicos -como la plaza principal de la ciudad- donde suelen conjugarse los encontronazos de un conflictivo día de clases.

En forma paralela, desde la Municipalidad local también se esbozó tal requerimiento. Si bien en otro contexto podría resultar hasta insólito, lo cierto es que se solicitó a las fuerzas de seguridad una "custodia" para la plaza San Martín. "Pedimos a la policía que cuide la plaza a la salida de las escuelas porque acá se llena de pibes, y a los que están molestando que los saquen", indicó el jefe de Espacios Verdes, Raúl Pana.

"Sabemos que no son todos, pero muchos chicos vienen y hacen destrozos, rompen las plantas. No respetan los monumentos y molestan a la gente que pasa", agregó indignado el trabajador municipal. "Parece mentira que uno tenga que hacer esto, pero es así, se ve mucha agresión", graficó el hombre.

Desde la vereda escolar, Mónica Ventura, directora suplente del CEM 24, coincidió con el diagnóstico: "El problema de violencia creció muchísimo, la situación es peor en los últimos años. No escapa al ámbito social y eso no escapa a que se traiga a la escuela... Vemos, que hay mucha bronca contenida", opinó al respecto.

Diversos casos de agresión se sucedieron el año pasado en el establecimiento, se aseguró, y "este año también hubo amenazas de distintas bandas: `te espero a la salida', se dicen, y todo después se conjuga en la plaza", coincidió la vicedirectora suplente del CEM 24, Viviana Suárez.

Desde este colegio allense se requirió a la policía local la presencia de efectivos a la hora de la partida escolar. "Hablé con la policía para ver también si podía haber seguridad en la plaza, porque prácticamente la mayoría de los chicos que salen de los colegios pasan por allí", manifestó Ventura.

La situación es preocupante, y se mencionó también que, por estos días, se suele ver cada vez con mayor frecuencia un incremento de la agresividad entre las alumnas. "Se agreden verbal y físicamente, y muchos padres han hecho exposiciones policiales", confió una docente.

Desde el CEM 66, su titular Norma Reinoso coincidió en que "el maltrato es generalizado entre ellos". "Es una agresión continua que a veces hasta lleva a que el profesor tenga que suspender la clase", comentó. Tanto el año pasado como éste, agregó Reinoso, "hemos tenido problemas con patotas, grupos de jóvenes y de chicos que se van a esperar a la salida de las escuelas para golpearse".

Fuentes de la policía dejaron entrever que si bien no es habitual, se suele encontrar navajas u otro tipo de elementos cortantes en manos de chicos de corta edad. "Ya no es tan llamativo ver esto", se indicó. Aunque hace poco menos de un mes se vivió un hecho que sí llamó la atención y renovó las inquietudes: un arma de fuego en poder de un estudiante adolescente fue secuestrada en un colegio secundario de esta ciudad.

Una denuncia policial, proveniente del establecimiento, alertó a las autoridades de la Comisarí Sexta. Los efectivos fueron hasta el lugar y secuestraron un revólver calibre 22 largo -que aparentemente no contenía proyectiles-, pero que estaba en manos de un chico de entre 15 y 16 años. El hecho, que motivó el inicio de una causa en el Juzgado 2 de Roca, renovó la preocupación en la comunidad.

Silvana Salinas

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