Por sus virtudes o por la telenovela "El Clon", es el santo de moda en la región.Cada vez son más los que difunden su oración en los medios para que se cumplan sus deseos.

El origen de San Expedito es confuso, pero las publicaciones en Internet hablan de un guerrero que en el siglo pasado quedó sacrificado por salvar cristianos de ser almuerzo de los leones.

NEUQUEN (AN).- Es el santo ideal para los tiempos que corren. Resuelve rápido cualquier problema. Es el de las causas urgentes y está de moda a partir de una amplia difusión televisiva, en una novela vespertina que emite un canal de aire.
El caso es que el guerrero con aureola cada vez cosecha más fieles. Su principal virtud está en las soluciones rápidas, urgentes, cualidad fundamental en la Argentina del siglo XXI.
¡Creyentes y no creyentes!, San Expedito está entre nosotros y en poco tiempo parece haber dejado lejos en las preferencias a la virgen Desatanudos, y disputa el cetro a otros santos paganos locales como el "Gauchito Gil", que no ha dejado de captar adhesiones, sobre todo en los costados de rutas y caminos, enrojecidos de banderas y banderines en ermitas cada vez más visitadas.
¿Cuál es el origen de San Expedito? ¿Cómo se metió en las creencias de los argentinos? El origen es confuso y hay variadas versiones sobre el mismo, pero todo parece indicar que el guerrero romano proviene de Armenia, donde quedó santificado por salvar a cristianos de transformarse en almuerzo de los leones.
La segunda respuesta es más sencilla: se popularizó por la devoción que le practican los personajes de la telenovela "El Clon".
Los favores del santo, como todo en este mundo, se pagan con oraciones que pueden difundirse en puño y letra, en avisos clasificados, o a través de estampitas que repiten la oración a San Expedito, "santo guerrero", de "los desesperados", "el santo de las causas urgentes". En el rubro 70 de este diario San Expedito se ha hecho dueño de todas las oraciones y agradecimientos posibles. Es que, según aseguran los fieles, al noveno día el santo cumple esos deseos que se consideran imposibles, como la mayoría.
El fenómeno, que se repite en todo el país, no tiene un origen muy definido: en Estados Unidos dan explicaciones pragmáticas: dicen que el nombre se le otorgó a partir de la llegada Nueva Orleans de un paquete que iba a una iglesia católica. En el envoltorio se leía "spedito", que significa urgente. La afirmación figura en una de las páginas dedicadas a San Expedito que se encuentran en Internet, donde se aclara que el caso se dio en el siglo pasado; es decir hace relativamente muy poco tiempo.
Hay información coincidente que ubican al santo cuando no era tal como jefe de una legión romana que conocida como "Fulminante" y que estaba establecida en una provincia romana de Armenia, cuando el imperio perseguía a los cristianos.
El caso es que el hombre se transformó al cristianismo e inició una paulatina protección de los mártires quienes, hasta entonces, en buena cantidad terminaban en la arena a merced de leones hambrientos. Capturado por los superiores, Expedito fue interrogado, flagelado y muerto por los romanos el 19 de abril del 303. A ello siguió la devoción y todas esas cosas que el tiempo se encarga desfigurar.
De Armenia el culto traspasó a oriente, a Alemania meridional, Italia (con fuerza en Sicilia), España, Francia y Bélgica. En la antigüedad, en algunas ciudades italianas, el santo cargó con el culto de navegantes y comerciantes, siempre respondiendo a las causas perdidas con especialidad para resolver problemas de negocios. Según se detalla en la oración, la respuesta del santo a tres deseos (uno de negocios y dos imposibles) llegará al noveno día de publicado el aviso y luego de haber rezado nueve ave marías durante nueve días. "Se cumplirá aunque sea imposible", cierran las oraciones.

El cuervo que hizo "cras"

NEUQUEN (AN).- La imagen de San Expedito es por lo menos llamativa.
En su mano derecha exhibe una cruz de madera en la que se lee "Hodie" que en latín significa hoy. Debajo, bajo la bota del soldado, hay un cuervo muerto que tiene adherida la expresión "cras", que traducida al castellano es mañana.
La historia indica que cuando San Expedito iba a convertirse al cristianismo apareció un cuervo (¿el demonio? ¿el espíritu del mal?) que gritaba (¿graznaba?) "cras", "cras". La respuesta fue "Hodie", "Hodie", y el pie del romano terminó con el pobre pajarraco desplumado y debajo de la suela.
De ahí que San Expedito es el santo de las causas urgentes.
¿El perfil de los devotos? De todas las edades y linaje, pero con mayoría femenina y mayores de 40 años.

La religiosidad fragmentada

Las cadenas de oración no discriminan: si ayer tomaban por referente al Espíritu Santo -una de las tres personas de la Santísima Trinidad según el dogma católico- y hoy a San Expedito, no por eso dejaron fuera, en sucesivas etapas, a la Difunta Correa, Pancho Sierra, la Madre María o al Gauchito Gil que puebla en la actualidad las banquinas de las rutas argentinas con sus ermitas de ondeantes paños colorados.
Esta forma de relación con lo divino -que es una modalidad del "re-ligare", es decir de la religión- resume las características descriptas por la teología hoy en día: el individualismo hacia el que tiende la nueva religiosidad, la preponderancia del sujeto y de la emoción o "vivencia" religiosa por sobre la expresión comunitaria, la desinstitucionalización traducida en una suerte de pertenencia "flexible" respecto de las Iglesias, una moral más personalizada filtrada por la propia decisión o experiencia personal, el eclecticismo de tradiciones y de prácticas, el pragmatismo en la concepción de la salvación.
El pragmatismo pesa a la hora de decidir cuál forma de devoción se adoptará, ya que justamente la elección consiste en "depositar" en la supuesta fuerza de las palabras la clave de la obtención del bien solicitado.
Esa forma de oración es una respuesta desde el campo de la religiosidad popular al proceso de secularización iniciado en la época moderna que culminó en la flexibilización mencionada y la fragmentación de la antes monolítica hegemonía de las iglesias tradicionales.
Pese a que las expresiones de religiosidad popular son admitidas por la Iglesia católica, por ejemplo, en las fiestas locales con tradición cristiana y la devoción a los santos y a las diferentes advocaciones a la Virgen María, el dogma es claro respecto de los considerados "sacramentales" -bendición de medallas e imágenes, procesiones, veneración de reliquias, visitas a santuarios, via crucis, danzas religiosas y el rosario, entre otras-. Sin embargo, "se necesita un discernimiento pastoral para sostener y apoyar la religiosidad popular y, llegado el caso, para purificar y rectificar el sentido religioso que subyace en estas devociones", expresa el Catecismo católico.
La crisis de la religión en los países occidentales de tradición cristiana es un hecho reconocido no sólo en los ámbitos de los teólogos, que opinan que la actual no es una época de cambios sino que, por el contrario, se trata de una "mutación" que "inaugura una nueva era" que cierra un período de seis mil años -desde el origen de las religiones patriarcales- y que sustituye una conciencia histórica por "la conciencia transhistórica".