MAS INFORMACION
El presidente dio algunas señales contundentes y cosecha buena imagen. Dudas sobre el crecimiento del país
A sólo un mes de asumir el poder, el presidente Néstor Kirchner marcó una nueva forma de conducción política del país sobre la base de: la sorpresa y el poder en la acción y reacción de los conflictos; una búsqueda de transparencias, y una lucha contra los nichos de corrupción.
No obstante, hay incógnitas sobre el crecimiento del país a mediano plazo, considerando la falta de crédito y la demora en la materialización de una parte sustancial del plan del gobierno como el de la obra pública.
Sin ataduras visibles, Kirchner avanza sobre las bases y no sobre las cúpulas de poder para presionar a la dirigencia refractaria a los reclamos populares. "Las cosas se decantan por su propio peso y otras hay que ayudarlas con política pura", recitan una y otra vez los hombres del gobierno que repiten la línea del discurso presidencial.
La falta de apego a las estructuras partidarias se constituyó en el efecto de adhesión de la gente a su gestión. En lo que va de su primer mes de gestión, Kirchner logró imponer la agenda de temas en la discusión nacional, ya no es la oposición, ni los medios de comunicación, ni los grupos de presión los que marcan los ítems de diliberación.
La expectativa parece haber inundado la percepción de la gente, que apoya la gestión del santacruceño (con una imagen que supera, en algunos casos, el 80 por ciento).
Sin embargo, en algunos sectores advierten el peligro del "hegemonismo en el poder", concretamente desde el ARI de Elisa Carrió y desde la Unión Cívica Radical
Estilo hiperactivo
Durante su primer mes de gestión, Kirchner impuso un estilo caracterizado por jornadas laborales que llegan hasta la medianoche, escaso contacto directo con la prensa, intervenciones personales para solucionar pro
blemas en las provincias y poco apego al protocolo Kirchner eligió el "impacto" para sus primeras acciones de gobierno: hizo viajes sorpresivos a Entre Ríos y San Juan para resolver la deuda con los docentes de esas provincias.
Su embestida pública contra los miembros de la Corte Suprema de Justicia, la apertura de los archivos secretos de la SIDE ante la Justicia para avanzar en la investigación por el atentado contra la sede de la AMIA o el pedido de autorización al Congreso para intervenir el PAMI, por ejemplo, se difundieron después de las 21 horas. Los horarios no son una preocupación para el jefe de Estado.
Su día de trabajo comienza generalmente a las 8.30 y se prolonga muchas veces hasta las 24, generalmente con un intervalo a la siesta, y sus audiencias más importante suelen extenderse mínimamente durante dos horas.
El presidente tampoco es celoso del protocolo y desde el día de su asunción generó más de un dolor de cabeza a su personal de seguridad mezclándose libremente entre la gente para saludar o haciendo "escapadas" sin previo aviso, como al café Tortoni para conversar con amigos, según él mismo relató ante los periodistas de la Casa Rosada.
También pidió a sus ministros y secretarios de Estado que rehuyan los off the records con los periodistas y evita las clásicas reuniones de Gabinete para impedir que algún funcionario revele a la prensa futuras acciones que quiera resguardar en secreto hasta el momento oportuno, o cuente un hecho inconveniente para la imagen del gobierno.
De estilo frontal, el primer presidente patagónico del país gusta estar en todos los detalles que hacen a la gestión gubernamental por más mínimo que sean, y su círculo de colaboradores de mayor confianza es bastante reducido, la mayor parte de ellos con despachos contiguos al suyo. Es el caso del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y del secre
tario general de la Presidencia, el neuquino Oscar Parrilli Un dato destacable del sello presidencial es el diseño de su agenda de audiencias durante el mes inaugural de su gobierno: sus interlocutores fueron piqueteros, sindicalistas y organizadores de derechos humanos, entre ellas la Asociación de Madres de Plaza de Mayo de la combativa Hebe de Bonafini. Los empresarios, que en la última década tuvieron una influencia casi determinante en las acciones de gobierno de los distintos presidentes argentinos, no fueron invitados todavía a ninguna reunión en la Casa de Gobierno
Dudas sobre la economía
La economía comenzó a mostrar síntomas de desaceleración, producto, entre otras cosas, de la falta de definiciones políticas sobre temas claves que permitirían eliminar incertidumbres en el mercado La visita del director-gerente del FMI esta semana, puede constituirse en el puntapié inicial, para que el gobierno argentino finalmente se decida a ingresar en la solución de los temas pendientes que dieron origen a una de las crisis económicas más severas que se recuerden.
Sin dudas, la aprobación de la revisión de las metas por parte del FMI le da oxígeno, así como la perspectiva de comenzar a negociar un acuerdo de largo plazo que incluiría la refinanciación de unos 15.000 millones de dólares.
Pero los temas irresueltos, varios de ellos demandados por el FMI, no son menores:
• Compensación a los bancos derivados de la pesificación asimétrica y de la diferencia por el pago de los amparos.
• Acordar con los acreedores como es que la Argentina saldrá del default y comenzará a pagar sus obligaciones.
• No esta definido cuál es el monto que se deberá pagar por los amparos aún pendientes por el corralito y, como el conflicto con el Poder Judicial no tiene solución, esto pasa a ser un obstáculo serio.
• La redolarización o no de los depósitos, es el gran tema que se espera desde la Corte • El ajuste de tarifas a definirse en los servicios privatizados, que el gobierno estima incluirlos en los nuevos acuerdos que contemplan la adecuación de los contratos • Las garantías de un superávit –sin considerar el pago de intereses-, mayor al 5 por ciento del PBI, lo que supone una fenomenal tasa de ahorro. Esto también obliga a realizar una serie de economías que implican recortes de gastos en las distintas estructuras del Estado.
• La reactivación del mercado interno sobre la base de un mayor poder adquisitivo de la masa asalariada. Un tema al que no le encuentra solución el gobierno ya que por ahora no tiene posibilidades de tocar sueldos.
• La necesidad de que los gobiernos provinciales encaren una profunda reforma política y hasta institucional que vaya mas allá de la nueva ley de Coparticipación Federal de Impuestos.
(DyN y Redacción Central)
MAS INFORMACION
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación