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Hoy se define si el Frente Grande va con el ARI

Se necesitan, pero...

Desde lo ideológico, Julio Arriaga y Elisa Carrió no tienen ninguna afinidad.

Pero se necesitan Ella, para vía el Frente Grande rionegrino lograr lo que su partido en territorio rionegrino no le da: un diputado nacional. Y que su partido en Río Negro intente lograr, sociedad con el Frente Grande mediante, una carpa con mayor poder que el que tiene.

Y Arriaga también la mira con cariño. De Elisa Carrió quiere lograr que los votos no se dispersen yendo el ARI solo a las urnas. Pero por lo demás, o sea desde las convicciones de cómo -por ejemplo- manejar el Estado, Arriaga y Carrió son el agua y el aceite. Pura resistencia entre ambos. Los diferencia todo, o casi lo esencial.

Arriaga, por caso, cree en un desguace del aparato del Estado que en nada comparte Carrió. Para ejemplificarlo, está la estructura misma del discurso de ambos sobre el tema.

El líder del Frente Grande rionegrino promete que, de llegar al gobierno, pasará una aplanadora sobre organismos y empresas a cargo del Estado provincial. Liquidarlos, concretamente. "Apagar la luz y cerrarlos", suele decir. Por delicadeza consigo mismo no habla en los términos de ese patético paradigma que se inventó en su momento el radicalismo: Eduardo Angeloz Pero al igual que aquél, Arriaga piensa en un lápiz rojo para manejar el gasto fiscal.

En ese camino sostiene que hay que achicar el gasto político desde el filo implacable de una tijera que no cabe otra que imaginar feroz en sus manos. Promete -por ejemplo- recortar el número de los legisladores provinciales a menos de la mitad de los existentes. "Menos Estado, menos gobierno", sostiene Arriaga.

¿Cómo se compagina esto con la gravitación que en la construcción ideológica de ARI y su conductora Elisa Carrió, adquiere con singular fuerza la necesidad de "más gobierno y más Estado"? ¿O no es eso lo que tanto ama el ARI del pensamiento de uno de los fundadores de la "tercera vía", Anthony Giddens?

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