Jueves 12 de junio de 2003

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Sangriento estallido en Medio Oriente deja 27 muertos

 

Un suicida mató a 16 israelíes en un micro en Jerusalén. En represalia, Israel ultimó a diez palestinos.

 
El autobús resultó destrozado por la acción del suicida palestino, disfrazado de judío ortodoxo.
JERUSALEN (AFP-DPA-Reuters) - Un atentado suicida en el centro de Jerusalén oeste y dos ataques de helicópteros israelíes en Gaza dejaron ayer un saldo de por lo menos 27 muertos, en una violenta explosión de fuego cruzado entre Israel y los palestinos un día después del intento de asesinato de un dirigente del movimiento radical Hamas.
La violenta jornada de ayer comenzó con un atentado suicida. Por lo menos 17 personas, entre ellas el kamikaze, murieron ayer en un atentado suicida en Jerusalén oeste que fue reivindicado por el brazo militar del Hamas, Ezzedin Al Qassam
Menos de una hora después dos ataques de helicópteros israelíes en Gaza dejaban un saldo de diez muertos, entre ellos dos miembros de ese movimiento radical palestino.
Esta explosión de fuego cruzado entre israelíes y palestinos se produce un día después del fallido intento de asesinato por parte de Israel de uno de los principales dirigentes del Hamas, y una semana después de la cumbre de Aqaba (Jordania), que había intentado reactivar el proceso de paz.
En Jerusalén oeste, el kamikaze, disfrazado de judío ortodoxo según la policía, hizo estallar la carga explosiva que llevaba consigo a bordo de un autobús en la calle Jaffa.
El vehículo, que iba repleto de gente, "quedó literalmente partido por la fuerza de la explosión" enviando al aire cuerpos y miembros de personas, señalaron testigos Por lo menos 16 personas, además del autor del atentado, murieron y más de 50 resultaron heridas, según fuentes policiales.
Las ambulancias llegaron de inmediato el área y los médicos sacaron a muertos y heridos de los restos del autobús.
"Escuché la bomba y vine a ayudar a sacar a la gente", dijo un testigo Benny Peretz. "Abrí la puerta y vi la cabeza del terrorista en el suelo".
Poco después, el vehículo en el que viajaba el líder de Ezzedin Al Qassam, Titi Massud, fue impactado por cuatro misiles lanzados desde helicópteros Apache israelíes, en una operación de ataque mortal selectivo. El ataque tuvo lugar en el barrio densamente poblado de Sheyaya, en Ciudad de Gaza, causando en total la muerte de ocho palestinos. Además de Massud, murieron otra persona que viajaba en el vehículo y seis transeúntes.
Helicópteros de combate israelíes volvieron a disparar sus misilesesta madrugada contra un automóvil que se desplazaba en el sector oriental de Ciudad de Gaza, matando a sus dos ocupantes palestinos.
Fuentes de seguridad palestinas informaron que dos cohetes Qassam de medio alcance habían sido disparados previamente contra la ciudad israelí de Sderot desde Gaza.
El dirigente palestino Yasser Arafat y su primer ministro Mahmud Abbas llamaron a los israelíes y palestinos a un alto el fuego "inmediato" y condenaron la operación "terrorista" en Jerusalén. Un par de horas más tarde, el brazo armado del Hamas anunció su intención de continuar la lucha armada.(ver aparte)
Por su parte, el primer ministro israelí Ariel Sharon afirmó que quería continuar adelante con el proceso de paz y defendió los ataques en Gaza.
"Israel seguirá luchando sin piedad contra el terrorismo y contra los que financian, encargan y ejecutan los atentados contra israelíes", declaró Sharon, agregando: "Pero queremos seguir adelante con el proceso político para garantizar la paz y la seguridad".
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, viendo que su "hoja de ruta" a la paz es arrasada por un nuevo ciclo de violencia apenas una semana después de haber sido lanzada, condenó el atentado suicida y dijo: "Pido a todo el mundo libre (...) que use cada gramo de su poder para evitarlos".
Francia, Italia, la presidencia griega de la Unión Europea y el secretario general de la ONU, Kofi Annan, condenaron el atentado suicida y llamaron a israelíes y palestinos a continuar con el proceso de paz.
El estallido de violencia se produjo en momento en que Israel se defendió contra inusitadas críticas estadounidenses por su intento de matar a Rantissi. El primer ministro Sharon ordenó a sus asesores entregar información de inteligencia a los funcionarios estadounidenses, para justificar que Rantissi, imagen del grupo radical islámico Hamas, había estado coordinando ataques contra los israelíes.
Hamas respondió el mismo martes disparando proyectiles contra una ciudad cercana a Israel, lo que provocó otro segundo ataque israelí con helicóptero que causó la muerte de tres palestinos, todos ellos civiles.
El intento de asesinato de Rantissi fue criticado incluso en Israel por el ex primer ministro laborista Shimon Peres.
Bush criticó también públicamente a Israel por primera vez diciendo que "dificultarán a la dirección palestina su lucha contra el terrorismo". En El Cairo, el presidente egipcio, Hosni Mubarak, dijo que "si Sharon no ayuda al primer ministro palestino en la hoja de ruta, ésta no tendrá éxito y Abu Mazen (Abbas) fracasará".
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