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Análisis

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BUENOS AIRES (ABA).- El presidente Kirchner pretende construir sobre premisas básicas del movimiento peronista: verticalismo y ortodoxia.

El responsable de la estrategia de comunicación, Enrique "Pepe" Albistur, que depende directamente del jefe de gabinete, Alberto Fernández, ha elaborado una estrategia mediática que ha dado excelentes resultados en los primeros días de gobierno. El patagónico se muestra ejecutivo, viaja a todos lados de improviso y se somete a conferencias de prensa en lugar de conceder entrevistas personales, para no favorecer a nadie en detrimento de otros.

A pesar de que el "off" está casi prohibido, en la Rosada admiten ante el cronista de "Río Negro" que la intención oficial "es crear la sensación de que Kirchner tiene mucho poder". En tal sentido, se interpreta la ofensiva desatada contra la anterior cúpula del ejército, que "abrió un conflicto que en realidad no era tal, pues los generales desplazados no estaban en condiciones de oponer ninguna resistencia".

Además, primero se difundió que la purga iba a ser muy profunda. Pero lo que ser quería era permitir la negociación y la permanencia de varios generales que en principio habían caído en la volteada.

Distinto es el tema en la policía federal, que maneja una cuestión muy sensible para la sociedad, la seguridad. En este caso, habrá un gran relevo de jefes, pero se mantiene al titular de la institución, comisario Roberto Giacomino, a pesar de que "no es ningún nene de pecho", según se hizo notar a este diario.

Mientras el ministro de Justicia Gustavo Beliz se dedica a conformar un estado mayor conjunto para combatir la moda delictiva de los secuestros (en el que participarán también la SIDE y la bonaerense), al kirchnerismo le importa construir poder. Y eso significa "arreglar" con todos los gobernadores de signo propio.

Como se apuntó, el funcionario que tiene más llegada al Presidente es Alberto Fernández, quien posee un despacho contiguo y no pasa por secretaría para ingresar. La senadora Cristina Fernández de Kirchner también posee una oficina en las cercanías, pero su perfil será deliberadamente más bajo. Ella operará directamente en el Congreso. Por estos días, se halla ocupada trabajando en la ley de inmunidad para los directores del Banco Central.

En el parlamento, son clave también el diputado José María Díaz Bancalari y el senador Miguel Pichetto.

El titular de Planificación Jorge De Vido es otro de los hombres de confianza de Kirchner que tuvo activa participación en el tema militar. El duhaldista Aníbal Fernández tiene juego, pero debió someterse a la orden del primer magistrado de mantener la boca callada.

El secretario Legal y Técnico Carlos Zanini, otro "pingûino" de Santa Cruz, es el encargado de arreglarle las cuestiones prácticas. "Es un monje gris", se susurra en Casa de Gobierno.

El encargado de "disciplinar" a la tropa duhaldista de la provincia de Buenos Aires es Juan Carlos "el chueco" Mazzón.

Los desplazamientos en la Corte, una cuestión que ha ganado la primera plana de los medios por estos días, son observados sin hesitar desde la oficina de Kirchner. El patagónico sostiene que "ni loco" cometería el error de su antecesor Duhalde de pedir un juicio político colectivo. Aspira a influir para que Julio Nazareno y Carlos Fayt se terminen yendo "solitos".

Arnaldo Paganetti

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