Bush obtuvo un corto apretón de manos y una sonrisa rígida de Chirac, su más duro crítico respecto a Irak, a su llegada a Evian, el centro vacacional francés en las márgenes del Lago Ginebra que es la sede este año de la Cumbre de los países más industrializados del mundo, bien custodiada por miles de policías.
Chirac abrazó a muchos otros participantes, entre ellos, a líderes de una decena de países en desarrollo que invitó a Evian para darle al "club de los países ricos" un punto de vista alternativo sobre las necesidades del desarrollo económico del planeta.
Tanto Bush como Chirac han dicho que su polémica sobre Irak, en la que Francia lideró a Alemania y Rusia en su oposición a los planes de invasión de EE.UU., era ya historia, y que ambas partes deben mirar hacia el futuro.
Sin embargo, Chirac reafirmó su visión de un "mundo multipolar" en el que EE.UU. "no es el único poder dominante: No dudo que (este punto de vista) tiene una mayoría muy amplia en todo el mundo".
El reclamo de "Lula"
Entretanto, sobresalió, lo que reclamó el presidente de Brasil, Luis "Lula" da Silva, quien aprovechó la ocasión para solicitar al G8 a que ayuden a crear un fondo que combata el hambre en el mundo.
"Lula", quien se encuentra entre un grupo de mandatarios de varios países en desarrollo invitados a Evian, habló con franqueza a sus anfitriones. "El hambre no puede esperar", dijo, de acuerdo con una copia de su discurso. "Mi propuesta es la creación de un fondo mundial capaz de alimentar a quienes tienen hambre y, al mismo tiempo, crear las condiciones para erradicar las causas estructurales del hambre", precisó. El carismático ex líder sindical, agregó que el fondo podría financiarse ya sea a través de la aplicación de impuestos al comercio internacional de armas o mediante la reinversión de un porcentaje de los pagos de deuda de los países en desarrollo. Tras la reunión, el mandatario dijo en conferencia de prensa que la propuesta fue bien recibida y que espera que los países en desarrollo "puedan cumplir".
Protestas por la Cumbre
THONEX, Francia (Télam-SNI).- Decenas de miles de personas se manifestaron ayer pacíficamente contra la Cumbre del G8. Las fuerzas de seguridad manifestaron que sólo hubo incidentes aislados. La mayor manifestación, que reunió en torno a la frontera franco-suiza unas 90.000 personas según los organizadores y un poco más de 20.000 según las autoridades, comenzó a dispersarse a principios de la tarde sin que se registraran incidentes. Los dos cortejos, que partieron desde Annemasse, del lado francés, a unos 50 kilómetros de Evián, y de Ginebra, del lado suizo, se habían unido poco después del mediodía en Thonex, en la frontera franco-suiza.
"No al G8, no a los recortes sociales, no al capitalismo" y "Fin de la ocupación en Irak", decían las pancartas de los miles de manifestantes antiglobalización, que marcharon en un clima de carnaval a través de la calles de una Ginebra atemorizada antes la posiblidad de que se produjeran enfrentamientos con la policía. El desfile suizo, controlado por un servicio del orden compuesto por jóvenes con camisetas amarillas, era internacional, ya que contaba con grupos procedentes de Alemania, Italia, Grecia, Gran Bretaña y Turquía.
La presencia policial fue muy discreta y se resgistraron muy pocos incidentes durante el desfile. "Fue muy tranquilo; no se pareció ni al mínimo a lo que ocurrió hace dos años en Génova", comentó un responsable de Amnistía Internacional.
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