Sábado 21 de junio de 2003 | ||||
Lo juzgan por una violación Un enfermero de Maquinchao fue acusado por una paciente discapacitada de haberla sometido. El imputado negó los cargos.
SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Por hechos de abuso sexual agravado y violación, que habrían ocurrido entre diciembre de 2001 y diciembre de 2002, la Cámara Primera del Crimen investiga la responsabilidad de un enfermero del hospital de Maquinchao, que fue acusado por una discapacitada de haberla accedido carnalmente durante las guardias nocturnas, mientras ella se hallaba internada, sin otra compañía, en la sala de mujeres. El enfermero sospechoso es un hombre de 43 años, considerado buen padre de familia y responsable en su trabajo, pero la discapacitada, de 39 años, que de acuerdo con las pericias no puede mentir ni tiene capacidad para fabular, lo señaló de manera indubitable como la persona que la violó y ejecutó actos lascivos en su perjuicio. La presunta víctima, además de padecer un retraso mental moderado, sufre de una severa artrosis que la obliga a caminar totalmente encorvada y la incapacita para desarrollar tareas laborales. Por esa razón estaba internada desde hace varios años en el hospital de Maquinchao, donde el personal la consideraba parte de la institución: "muy querida, que cebaba mate a los profesionales buena parte del día" Su condición de discapacitada, sin embargo, no impidió que la violaran con anterioridad, según ella misma declaró durante la audiencia. La mujer explicó que había tardado varios meses en denunciar los abusos, en parte porque tenía miedo, y también porque la avergonzaba la situación. El imputado lleva más de tres meses detenido, y en su descargo habría manifestado que es una víctima de la intern y los "dimes y diretes" que existen en el hospital. No obstante, el juez de instrucción ordenó su detención porque consideró la condición de discapacitada de la mujer, y la de guardador del sospechoso, dado que los abusos se habrían producido de noche, mientras estaba a cargo de la guardia del hospital, Si bien los hechos aparecen como carentes de toda lógica, no es la primera vez que suceden episodios similares en la región. En 1994, la Cámara Primera del Crimen condenó a 8 años de prisión a un enfermero que adormeció y sometió sexualmente a una abuela de 65 años que se encontraba internada en una clínica de El Bolsón. El incalificable episodio ocurrió el 29 de enero de ese año en la clínica "Andes", cuando el enfermero José Velázquez le suministró una inyección a una paciente, para posteriormente someterla sexualmente. La mujer, de 65 años, con una férula en una pierna y un brazo inyectado con suero, por encontrarse bajo los efectos de alguna sustancia no pudo defenderse y fue accedida carnalmente. La mujer había sido operada de una úlcera varicosa y estaba convalesciente cuando se produjo la agresión. Tenía la pierna izquierda suspendida por una férula de metal, mientras recibía suero por su brazo izquierdo. La indefensión de la postura obligada, se sumó a la sustancia inyectada, que pese a no hacerle perder la conciencia, le anuló su capacidad de reacción.
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