No hay resguardo que valga en los edificios públicos de Bariloche

Durante la última semana se registraron robos y destrozos en edificios de Salud y Educación. Desaparecieron los bienes de mayor valor y hubo violentos enfrentamientos con la policía.

La Escuela 154 del barrio El Frutillar fue una de las víctimas del vandalismo que no cesa en Bariloche.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Pese a que en muchos casos contrataron seguros e invirtieron buena parte de su escaso presupuesto en fortificar las medidas de seguridad, los establecimientos públicos de Salud y Educación continúan sufriendo las consecuencias del accionar de vándalos y ladrones en Bariloche.

Esta semana terminó con nuevas incorporaciones en el largo listado de víctimas: la Escuela 154 del barrio El Frutillar, a un centro de prevención del barrio Alto y a un Hospital de Día que funciona en el corazón de los barrios del IPPV, dentro del barrio 204 Viviendas En todos los casos los delincuentes produjeron destrozos y se llevaron los elementos de mayor valor que pudieron transportar.

Violenta recepción

También cabe citar que en un taller de capacitación del barrio 34 Hectáreas un grupo de revoltosos recibió con piedrazos y disparos de armas de fuego a los policías que llegaron para restablecer el orden.

Los elementos más valiosos sustraídos en la escuela del Frutillar son dos computadoras completas.

Sin embargo, no fueron menos importantes los daños ocasionados a las aberturas, vidrios, puertas internas y a los muebles del establecimiento, según explicó a este diario la vicedirectora de la escuela, Verónica Treuque.

En el Centro de Prevención Cumén-Ruca, ubicado en Ruiz Moreno y Sobral, Nilda Painemil explicó que los asaltantes forzaron una ventana y rompieron vidrios para sustraer una computadora completa, con la impresora correspondiente. Cerca de allí, en el Hospital de Día ubicado en Beschedt 1.878, también en el barrio Alto, además de la computadora se llevaron una heladera bajo mesada, dos tubos de iluminación, tres llaves de luz que estaban instaladas, artículos de escritorio y un teléfono.

Para completar el cuadro desolador, los delincuentes vaciaron sobre el mobiliario el contenido de un matafuegos, el único que había quedado con carga desde la anterior irrupción de malvivientes, hace poco más de un mes, de acuerdo al relato de s director del establecimiento, Marcelo De Blassi.

Los saqueos a escuelas y centros asistenciales son tan frecuentes que muchos vecinos opinan que deberían contar con una firme custodia de serenos, hasta que los delincuentes desistan de tomarlos como fáciles objetivos de robo.

El último episodio anticipado ocurrió a las 21.45 del miércoles en el Taller de Capacitación del barrio 34 Hectáreas, donde debió concurrir la policía alertada por autoridades y vecinos, para interrumpir un desorden generalizado Sin embargo, los ocupantes del primer patrullero fueron recibidos a pedradas por los revoltosos, que cuando llegaron refuerzos policiales cubrieron su retirada a tiros.

No obstante, se informó que el ataque no llegó a provocar lesiones a ningún uniformado.