Jueves 12 de junio de 2003

Un ex preso asaltó al que fue su guardiacárcel

Fue una rara casualidad. El ladrón entró a robar en un comercio donde trabaja un guardia. Tomó de rehén a su hijo, hubo persecución y disparos. Al final lo detuvieron y volverá a prisión.

 

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El comercio abrió hace apenas una semana y ya sufrió un asalto con detalles dramáticos.

NEUQUEN (AN)- Durante años se vieron las caras, reja de por medio. Uno es guardiacárcel, el otro estaba preso purgando una condena por robos. El martes a la noche se volvieron a ver, pero mostrador de por medio: es que el preso salió en libertad y se le ocurrió asaltar un almacén en el que trabaja... el guardiacárcel. Ahora estarán otra vez cara a cara, nuevamente reja de por medio porque el ladrón fue aprehendido y regresará a su lugar de detención.

Esta singular historia tiene su costado dramático: para consumar el robo, el delincuente tomó como rehén al hijo de 14 años del guardia-comerciante y lo mantuvo amenazado de muerte, apuntándole con un revólver a la cabeza. Después de cometer el asalto y antes de caer detenido vació el cargador de su revólver disparando contra un grupo de policías que lo persiguió, y se peleó a las trompadas con el dueño de una vivienda en la que trató de ocultarse.

En el balance, todo le salió mal: se fracturó la pierna al arrojarse del techo de una vivienda, recibió un balazo, e intentó esconderse en una casa abandonada donde lo descubrieron.

El episodio comenzó a desarrollarse pasadas las 22.30 del martes en el mini shopping "La Rayén", que hace apenas una semana abrió sus puertas en Ricchieri y Correntoso, en el barrio Confluencia.

Según pudo averiguar "Río Negro", allí trabaja un policía guardiacárcel cuya identidad no trascendió. Estaba cerrando el local cuando ingresaron dos sujetos con intenciones de robo, y a uno de ellos lo reconoció de inmediato: se trataría de Juan Carlos Tartaglino, de 40 años, quien hace poco recuperó su libertad después de pasar un tiempo detenido por cometer robos con armas.

El guardia y el ladrón se sorprendieron mutuamente cuando se vieron cara a cara, porque se conocen largamente.

Las fuentes dijeron que Tartaglino tomó como rehén al hijo del policía, de 14 años, y le apuntó a la cabeza con un revólver calibre 32 largo. En el lugar también estaban la esposa del guardia y su otro hijo de 4 años.

"El ladrón le apuntaba al chico y al policía. Le exigía plata, que se tirara al piso, que se encerrara en el baño. Pero el efectivo le contestaba que le haría caso solamente si primero soltaba a su hijo", señalaron las fuentes.

Lo que estaba planeado como un robo simple y fácil, a ejecutarse en minutos, se fue complicando. El asaltante no sabía qué hacer, estaba desconcertado, el policía no accedía a sus exigencias y seguía reclamándole que primero le entregara a su hijo, indicaron los investigadores.

Después de un tenso diálogo llegaron a un acuerdo: Tartaglino liberó al menor y el guardia-comerciante le entregó 450 pesos.

Apenas el ladrón y su cómplice salieron del local, el policía se lanzó a perseguirlos y allí s produjo el primer intercambio de disparos. Uno de los delincuentes corrió hacia lo profundo del barrio Confluencia mientras Tartaglino, perseguido, tomó por calle Aluminé.

Un patrullero de la comisaría 19 se sumó a la persecución, que se prolongó por más de diez cuadras. Tartaglino atravesó varios terrenos baldíos y llegó hasta una vivienda, saltó por los techos y se metió en el patio.

 

Otra toma de rehenes

 Allí se produjo otro drama: tomó como rehenes a una mujer y sus dos hijos, pero intervino el hombre de la casa y se produjo una pelea.

En determinado momento sonó un disparo. El balazo impactó en la pierna de Tartaglino, quien volvió a huir.

Horas después, cuando ya parecía que le habían perdido el rastro, lo encontraron escondido en una casa abandonada que está a apenas tres cuadras del mini shopping.

Se había ocultado debajo de un montón de hojas secas, en el interior de una pileta vacía. Además del balazo, había sufrido la fractura de una pierna producto de su caída desde el techo de la casa.

El revólver que utilizó tenía todos los proyectiles disparados. Se trata de un arma casi nueva y en perfecto estado de funcionamiento; ahora investigan si fue robada.

"El caso cerró casi por completo: está detenido el autor, se secuestró el arma, fue recuperada parte del dinero. Sólo falta averiguar quién era el cómplice", indicó una fuente.

Tartaglino está internado en el hospital, con la pierna enyesada. Apenas se recupere volverá a una unidad de detención, y allí volverá a encontrarse con el comerciante, pero en su rol de guardiacárcel.

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