Para Boca llegó la hora señalada

Recibe a Santos en el primer cruce de la final con Tévez, Delgado y el mellizo adelante.

Hace 40 años, la historia se escribía con dos triunfos del Gran Santos de Pelé. El primer partido había terminado 3-2 en el "Maracaná" y el segundo 2-1 en la "Bombonera".

Esta noche se reeditará un viejo clásico del fútbol sudamericano que a más de uno le traerá recuerdos. Boca recibirá al equipo brasileño en el primer partido de la final de la Copa Libertadores y las expectativas son enormes, de hecho, ya no quedan localidades libres.

Aunque hace varios años que no se ven las caras, será la reedición de un clásico con historia, como que los mismos clubes protagonizaron, con igual nivel de expectativas, en el '63.

La principal novedad en Boca es la reaparición de Guillermo Barros Schelotto, recuperado de su lesión muscular, quien formará el esperado triángulo ofensivo con Marcelo Delgado y Carlos Tévez También Hugo Ibarra volverá, cumplida su suspensión, en lugar del juvenil Pablo Jerez, mientras que el otro que dejaría la formación inicial, tomando en cuenta el partido del pasado jueves en Cali, sería el cordobés Javier Villarreal En Santos está confirmada la presencia de una de sus nuevas estrellas, el extraordinariamente hábil Robinho, recuperado del golpe en el tobillo derecho que obligó a su reemplazo durante el partido que los brasileños le ganaron a Independiente Medellín. En cambio, el volante izquierdo Elano, con una distensión de ligamentos, es difícil que pueda ser incluido y el candidato a reemplazarlo es Fabiano Santos, que llega invicto, es un equipo típicamente brasileño, con variedad de recursos y poder de definición en ataque, con un sagaz estratega, Diego, y un temible goleador, Ricardo Oliveira, además de la magia que con ciertas intermitencias aporta Robinho.

Si se repasa la historia de ediciones anteriores, rápidamente surge el recuerdo de los épicos duelos de Boca con Palmeiras en el 2000 y 2001, así como el triunfo conseguido en México ante Cruz Azul, también hace dos años A propósito, esta Libertadores se definirá en el 'Morumbí', allí donde Bianchi se consagró campeón con Vélez en 1994, ante el San Pablo de Telé Santana, y con el propio Boca en 2000, ante el Palmeiras de Felipe Scolari (penales mediante, en ambas ocasiones), un antecedente francamente prometedor para el equipo argentino.

Bianchi: "No por nada están invictos"

Carlos Bianchi dijo que "Boca tiene que mostrar su protagonismo, el Santos va a tratar de mostrar su fútbol. El que esté en un mejor día es el que va a prevalecer" El técnico de Boca definió al Santos como "un rival dificilísimo. Ya de por sí, los equipos brasileños juegan bien al fútbol, tienen mucho ritmo. Y no por nada están invictos. Siete partidos ganados, cinco empatados. Eso demuestra a las claras que el que llegó a la final es el mejor equipo junto con Boca" Al preguntársele si puede pesar la mayor experiencia del equipo argentino, señaló: "no... no creo".

"De este plantel no sé cuántos son los que jugaron finales. Está Guillermo (Barros Schelotto), Marcelo (Delgado), Clemente Rodríguez, (Hugo) Ibarra... Ah, son varios. No creía que eran tantos", bromeó Esperaron toda la noche. 

Una fila de más de 600 metros se registró en los alrededores de Casa Amarilla donde se vendieron 12.000 entradas generales para el partido ante Santos, que tendrá un espectador de lujo: Roberto Carlos. Así, el primer encuentro de la final de la Libertadores se jugará en una "Bombonera" repleta

Los hinchas pasaron la noche del lunes para poder comprar sus entradas ayer y en pocas ya no quedaban más.

Acerca de la presión que podrá ejercer la multitud en el estadio de Boca, el técnico del Santos, Emerson Leao, anticipó que en caso de que sean sometidos "a un ambiente excesivamente hostil" esta noche, van a recibir de la misma forma al equipo argentino cuando vaya a jugar la revancha en el Morumbí Precisamente para la revancha, el vicepresidente de Boca, Pedro Pompilio, informó que su club tendrá solamente 3.800 entradas "por cuestiones de seguridad deportiva". En Brasil rige desde mayo una ley por la cual la capacidad del 'Morumbí' bajó de 110.000 a 72.000 espectadores, pero todos sentados.