Sábado 21 de junio de 2003

MAS INFORMACION

Colombia se arrodilló ante Boca

"Esto me da mucho placer"

Tévez y Bianchi conmueven la historia

Pocas veces en el exterior se vio un desempeño tan brillante como el de Boca ante América.

 

43__1_P48_CORT_smp
Carlos Tévez sacudió con todo su talento al estadio "Pascual Guerrero" de Cali, donde jugó uno de sus mejores partidos en Boca y resultó clave para meterse en la final.

Fue cuando se retiró Tévez reemplazado. En ese momento cayó desde las tribunas la caricia del reconocimiento. Los aplausos no bajaban sólo por la actuación -consagratoria- del delantero, sino también como el elogio a una performance de dimensiones históricas, partido que con seguridad será opacado si Boca obtiene el torneo, por los condimentos lógicos de una final, pero que debe ser recordado acaso como máxima expresión de lo que puede dar este equipo.

Pocas veces se han visto actuaciones tan deslumbrantes de equipos argentinos en canchas exigentes del exterior. Boca el jueves, incluso, pudo ganar por escándalo: ejerció un dominio tan abrumador sobre su rival que por momentos lo hizo bordear el ridículo Pocas veces también, un equipo transmitió tanto con su juego. En cada pliegue del Pascual Guerrero se pudo adivinar el lenguaje futbolístico, simple y efectivo, de Carlos Bianchi.

El equipo llevó el copyright suyo en cada pase, una expresión de juego tan llana como brutal. Bianchi desmiente el misterio que puede guardar el fútbol Así como Juan Riquelme fue la extensión cerebral del DT en su primera época dorada, hoy Carlos Tévez es la energía y el nervio, el responsable terrenal que explica el momento de gracia del equipo. Tévez juega con rabia. Un felino hambriento que destila intensidad cuando corre y gambetea.

El equipo juega a su servicio, lo alimenta y él resuelve Como una maquinaria aceitada, en Boca casa pieza cumple su rol. Sebastián Battaglia, Raúl A. Cascini y Diego Cagna rastrillan, Tévez sopla el polvo. No es el ilusionista cansino que era Riquelme, sino más bien un jugador aluvional, una bola de fuego que cae de la montaña. No es genial, sino temerario, un primate en estado salvaje, movedizo y feroz.

Su actuación en Cali tuvo ribetes épicos. No es exagerado afirmar que Tévez en apenas 60 minutos -los que jugó- se candidateó como jugador del año de Sudamérica. El chico de Fuerte Apache que creció rodeado de zumbidos de balas y pandilleros exige a gritos de gambeta un lugar en la elite del fútbol mundial Y hay algo en su esplendor que también le cabe a Bianchi. El calvo entrenador lo enfrió apenas volvió a Boca. Enseguida surgieron versiones de desprecio o despojo. En realidad lo cubrió, aceitó los resortes para que consiguiera el gran salto.

El mérito no es tanto po la decisión en sí, sino más bien por el gesto: la paciencia -y la espalda- para sacar al crack del centro de la escena, despreciando la urgencia de lo inmediato, leyendo el calendario con corrección. Esas decisiones lo acercan a Bianchi a un estado de sabiduría futbolística que mucho tiene que ver con el sentido común y la astucia, y no tanto con la obsesión y el video Como ocurriera en el 2000 y 2001, Boca es otra vez finalista de América.

No hay duda de que Bianchi guarda el mérito ideológico. Un espejo en el que deberían mirarse el resto de los técnicos, cuyas vidas fugaces son la antítesis suya. Si Bianchi es el ingeniero psíquico, Tévez es el cirujano. Un delantero venal y demoledor, crecido en la necesidad y percudido por los peligros, que elude patadas como si fuera un juego de niños, después de años de escuchar los zumbidos de las balas  

Pablo Perantuono

MAS INFORMACION

Colombia se arrodilló ante Boca

"Esto me da mucho placer"

Copyright Río Negro Online - All rights reserved
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación