Lunes 2 de junio de 2003 | |||
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El superclásico fue la cita obligada | ||
En la región las alternativas del encuentro entre Boca y Ríver se vivieron en todos los lugares. Los preferidos por los hinchas fueron las confiterías y los pubs. |
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Esta modalidad está cada vez de moda, ya que varios lo hacen para estar juntos a quienes simpatizan por el mismo club y son habitúes de esos lugares. Otros, por razones económicas ya no tienen el codificado del domingo y busca refugiarse en algún local para seguir de cerca los pasos de sus clubes. Ayer, desde muy temprano se veía en las diferentes ciudades del Alto Valle a mucha gente rondando los lugares habituales donde, por la consumisión, se vería el encuentro frente a un televisor que había sido colocado en un lugar estratégico para que sus clientes vieran el desarrollo del superclásico. Uno de los propietarios de esas confitería confió ayer que "es una manera de incrementar la clientela y nos viene bien en esta época. Yo coloco tres televisores ya que viene mucha gente. ¿Problemas?, nunca. Por eso lo seguimos haciendo". (AR). La mirada del sheriff El ex árbitro Javier Castrilli volvió a controlar ayer un superclásico, aunque en este caso desde un lugar menos expuesto como lo es el Centro de Operaciones del Departamento Central de Policía, desde donde monitoreó el partido a partir de su inminente asunción como responsable de la seguridad en el fútbol. Allí estuvieron junto a Castrilli el nuevo secretario de Seguridad Interior, Norberto Quantín, el jefe de la Policía Federal, comisario general Roberto Giacomino, el superintendente de Seguridad Metropolitana, comisario Alberto Capuchetti y el director general de Operaciones, comisario mayor Daniel Vigliano. |
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