Un vendedor de panchos llamado Peter Rowling

J. K. Rowling, de la pobreza a best-séller mundial.

LONDRES (Télam-SNI).- Hoy llegó a las librerías de todo el mundo "Harry Potter y la Orden del Ave Fénix", una novela de 255.000 palabras que incrementará el inmenso capital personal de J. K. Rowling, pero que en apariencia no modificará la rutina de su padre, un vendedor callejero de hamburguesas y panchos.

A cientos de kilómetros de la mansión de su hija en Pertshir, valorada en más de un millón de libras (1,45 millones de euros) -y eso por no hablar de la enorme villa que posee en Edimburgo o de su maravillosa casa en pleno Kensington, el distinguido barrio de Londres-, seguramente el padre de Rowling habrá celebrado la ocasión de manera muy diferente.

Lo más probable es que, a esas horas, Peter Rowling haya acabado su jornada de trabajo de la misma forma que todos los días: haciendo caja y limpiando la grasienta encimera del mostrador de la furgoneta que utiliza para la venta ambulante de hamburguesas y panchos, una aventura empresarial que lo mantiene alejado de los éxitos logrados por su hija mayor Peter, de 58 años, ayuda a explotar la furgoneta, cuyo pomposo nombre comercial es Elite Grill, a su segunda mujer, una antigua limpiadora de oficinas llamada Janet, y al hermano de ésta, David: el trío viaja por toda Inglaterra, acudiendo a todo tipo de ferias y espectáculos al aire libre.

Los tres han estado desplazándose también a diferentes acontecimientos que se celebraban en otros condados del Reino Unido y en los que se podía ver a Peter Rowling arremangándose su camisa para abrir el pan de los panchos. "Peter quiere mucho a su hija pero, al haberse convertido en una mujer tan rica y hacerse su vida tan privada, encuentra muy difícil comunicarse con ella. Sus estilos de vida son ahora muy diferentes", estimó un allegado.