Lunes 16 de junio de 2003

Libros en la televisión, un programa de locos

Hace 15 años que Cristina Mucci conduce "Los Siete Locos". Pasó por muchos cambios y canales hasta transformarse en un clásico de la televisión cultural, incluso hoy en un medio saturado de reality shows. "La gente no consume tanta porquería como se cree o se pretende que consuma", le dijo a "Río Negro".

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Pasó por la televisión abierta y el cable, hoy "Los siete locos" se emite desde Canal 7

En los umbrales del nuevo año, desde su programa "Los Siete Locos" que se transmite a todo el país por Canal 7, Cristina Mucci ha cumplido una proeza que lleva 15 años con la propuesta del debate de la cultura Profundamente sensible a la realidad, la conductora, periodista y escritora ha tomado contacto con las mentes más brillantes de la intelectualidad, la ciencia y el arte en general. Fue cambiando el programa de acuerdo a la dinámica social del país, y además de los libros, amplió su temática hacia todos los planos de la creación Todas esas inquietudes las confió a "Río Negro" sabiendo que solo los creadores son el sustento del espíritu de una nación.

- ¿Cómo ha sido eso, tan difícil a la luz de la mediocridad televisiva, de encarar la cultura?

- Fue hace l5 años, empezamos en l987 en el canal l3, cuando era estatal, presenté un proyecto y allí empezamos, luego pasó a canal 7, pero me tuve que ir, pasó a Cablevisión hasta el 2002 y volví al 7. Al principio estuvimos con Tomás Eloy Martínez, después con Carlos Ulanovsky y ahora sola. Fui al cable cuando era muy incipiente, quería seguir haciendo el programa, estuve 11 años y el crecimiento del cable coincidió con el de mi programa, que incluso estuvo en los principios de canal "a" La idea surgió cuando volvió la democracia al país, pensaba que había que hacer un programa de libros por televisión porque no había nada de eso. Yo trabajaba en La Razón matutina y no tenía mucho tiempo, pero esa era mi fantasía, y cuando el diario cerró pude cumplirla. Fue cuando ofrecí el proyecto a canal l3 y fue aceptado porque ellos pensaban en algo similar. La idea era llevar un poco la discusión de ideas y los libros al medio televisivo. Ahora puedo decir que con los años el programa fue creciendo y cambiando, hasta el 2002, cuando la apertura fue mayor. Porque pensé que si estamos en una crisis tan brutal, una crisis cultural, la propuesta era la cultura en función de cuestionarnos todo. Entonces le agregué otros temas como la ciencia, que está tan relegada y la educación. La idea incluso fue debatir temas como el caso del 25 de mayo y sus significados, el aniversario de San Martín, el de Evita o el día de la Raza. Y todos esos programas funcionaron bárbaro, tuvieron un pico de rating, lo que me hac pensar en que tenemos mucha necesidad de saber quiénes somos, repasar todo el tema de la identidad. Aunque el libro, por supuesto sigue estando, a pesar de que está en crisis.

- ¿Te sentís solitaria con tu programa en televisión?

- Con este tipo de programa siempre te sentís un "outsider", nunca sos central, aunque ahora han florecido algunos, como es el caso de canal "a" . Pero si uno elige esto lo sabés y te acostumbrás. Como que el mundo de la televisión pasa por otro lado y uno está a un costadito Eso fue siempre así y seguirá siendo. Hay que pelear mucho por espacios como este, lo digo por mi y por otra gente. Pero hay algo sintomático, creo que este año hubo un movimiento cultural muy importante, que hasta algunos diarios mostraron, sabiendo que es noticia, es un crecimiento que se dio por el mismo impulso que le da la gente que produce cultura y la consume. Eso por suerte está pasando. Pero en lo que respecta a la televisión, cuando la ves tan poco original y creativa es porque también la crisis los tiene aterrados. Vos sabés que la torta publicitaria bajó y no se animan a probar y a crear. Se dan cuenta que una mala palabra o un escándalo funcionan, eso resulta más barato de hacer y como no arriesgan nada, zafan con esa porquería. Aunque tampoco creas que les va demasiado bien. Eso está probado con las cifras. El encendido de televisión bajó y mirá que hay gente que en este momento no tiene otro entretenimiento. La gente no consume tanta porquería como se cree o se pretende que consuma. Falta riesgo, creatividad, altura, nivel, falta todo. Pero creo que es parte del desquicio del país. La gente no quiere esa televisión, eso no me lo creo. Primero porque no ve tanto, y luego porque no tiene otras opciones. Si las hubiera, quiero ver si verían esa basura.

- ¿Cómo ves el tema de tanta oferta de eventos culturales en una época como esta?

- Es un acto de resistencia, es muy conmovedor y me alegra por un lado, pero también me entristece, porque pienso que hay tanta creatividad, tanta gente talentosa y sin embargo estamos así. Es cierto que son garantía de futuro, pero ¿hay derecho?. Me parece que el menemismo desestructuró profundamente ciertas cosas para un empobrecimiento absoluto. Se estableció esa cultura de los ricos y famosos, de los rubios y las siliconas, de tener plata no importa de donde venga Pero, ¿que pasó con la clase intelectual mientras tanto?. Hubo años en que prácticamente no hubo discurso, no nos engañemos. Estábamos todos como en una calma chicha, consumiendo con tarjetas. Esa es la realidad y tenemos que mirarnos en ese espejo, porque si esa cultura tuvo su peso es porque prendió en algún punto de los argentinos. No vi desde la clase intelectual un debate, un pensamiento en esos años. Aunque el auge cultural se dio en otros terrenos, como en el teatro o el cine, con todas las obras y las películas que nos están hablando de lo que nos pasa. Eso no lo vi tanto en la literatura. Será por eso que los libros no se venden. Tal vez porque la gente no encuentra en ellos la respuesta que busca, y las encuentra en otras áreas, hasta en la plástica, con la cantidad de muestras. Se dio también una cultura de la imagen, mientras que leer es silencio, concentración. De todas maneras mi contacto con el mundo sigue pasando por la letra escrita.

Julio Pagani

Autores que te provocan

Cristina Mucci vive añorando la dinámica de otras épocas del pensamiento, rescata algunos libros, sobre todo en ensayo, como el último de Sebreli, "Historias de las ideas políticas argentinas". Para ella ese es un autor, " que siempre te provoca". Aunque insiste que en la literatura no ve "que salgan libros que a uno lo atrapen, hay solo casos aislados". Lo contrario señala que sucede con el cine, después de haber visto películas como "El Bonarense" o "Bolivia" se siente más consolada, "todas te están involucrando y nosotros estamos necesitando mucho de eso, porque estamos muy golpeados" destaca.

Recuerda la época de una televisión como la de Tato Bores, hasta Odol Pregunta y el "genial" Migré de Rolando Rivas:"eso era un entretenimiento válido". Recuerda el boom literario de nombres como Borges, Bioy Casares, Cortázar, Silvina Ocampo, Manuel Puig, Mujica Láinez, Martha Lynch, Silvina Bullrich o Beatriz Guido, tres mujeres sobre las que últimamente escribió, como apelando a un tiempo en que " la literatura interesaba, y la gente se sentía reflejada en ella" Pero no se queda allí y propone pensar el país hacia adelante, proyectar, reflexionar y dejar el conventillo inmediato. Mucci por ahora cuida a sus Siete Locos que se ve cada sábado como un refresco del pensamiento . (J.P.)

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