Lunes 2 de junio de 2003 | |||
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Construyendo una carrera en la danza | ||
María Jimena Rossi tiene 15 años y un prometedor futuro en el mundo de la danza. Hace dos años que dejó Roca para comenzar a estudiar en el Teatro Colón. Es admiradora de la bailarina italiana Alessandra Ferri y dice que quiere convertirse en una gran bailarina romántica. Por ahora trabaja duro y no deja de soñar. |
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- ¿Cómo se dio tu decisión? - Me vine directamente a estudiar en el Colón. Empecé a los seis años con Susana Arnaiz en una academia particular. A los ocho años continué en el INSA aunque iba paralelamente a las dos escuelas. Durante dos años hice eso y luego llegó el momento de decidir y me quedé con el INSA cuatro años más, me di cuenta que era lo mejor para mis posibilidades. Después empecé a pensar en venir a Buenos Aires, siempre apoyada por mi familia en todo, me dieron mucha libertad de elegir. Fue también gracias a mi tía, que me anotó por primera vez en un estudio de danza. De allí en más quedé enganchada para siempre. - ¿Qué es lo que considerás que tenés que trabajar más en este aprendizaje que ahora te tiene en el Colón? - La carrera exige mucho en cuanto a responsabilidad. Es muy duro, estás todo el día ensayando y con clases. Tomo clases de 8 a l2,30 en el Instituto del Colón, y a partir de las l4,30 hasta la 5 de la tarde empiezan los ensayos con el Ballet Estable, después hago ensayos con el ballet del Instituto. Esto sucede la mayoría de los días. En tal sentido pienso que debo pulir todavía muchas cosas, pero en lo que más quiero insistir es en el tema de lo expresivo. Porque aparte de tener técnica, en la danza clásica hay que sentir, mostrar, soltarse arriba de un escenario. Eso es lo que el público más admira en una bailarina como es el caso de Alessandra Ferri. - ¿Cuál fue tu vivencia al pasar del Valle a Buenos Aires y el Colón? - Fue raro, pero era lo que yo quería, sentí que estaba en mi lugar. Salir de Roca y llegar a Buenos Aires fue un cambio muy grande, tantos edificios, autos y todo el mundo que corre... Pero me gusta porque hay un ritmo diferente. Se trabaja mucho mejor y ese ritmo de la calle también se palpa dentro del Colón. Allí nos contratan por obras para el Ballet Estable como refuerzo del cuerpo de baile y por lo general bailamos en casi todas las funciones. Es hermoso tener la posibilidad de estar en ese escenario donde ya intervine en El Lago de los Cisnes y La Bella Durmiente y este año me toca hacerlo en Giselle y Coppelia en julio.Una experiencia maravillosa. Recuerdos y sueños de una bailarina Julio Pagani |
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