Domingo 1 de Junio de 2003 | ||
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Mercedes, León y Víctor: un recital de antología | |
Hicieron vibrar a miles de entusiastas anoche. Su repertorio y energía, un recuerdo imborrable. |
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El estadio quedó en penumbra, y todo comenzó a cambiar cuando sobre las tablas emergieron como de una burbuja las tres figuras más esperadas. El Ruca Che rugió como nunca antes lo había hecho, desde el momento en que "Yo vengo a ofrecer mi corazón" se apoderó de cada rincón, y no paró de rugir hasta que las luces determinaron que todo había llegado a su fin. La Negra Mercedes Sosa, León Gieco y Víctor Heredia brindaron anoche un recital que para muchos se transformará en un recuerdo imborrable. Como era de esperar, la primera en hacer delirar a las miles de personas fue la voz mítica de la querida tucumana. El reloj marcó las 21.40 cuando "Cantor de oficio" generó un torrente de aplausos y emoción. Mercedes Sosa estaba nuevamente con nosotros, con esa calidez que solo su talento sabe generar. "Maturana" sonó hermoso, "Duerme negrito" fue un disfrute, y todavía faltaba lo mejor. Largo tiempo había pasado sin que Mercedes toque suelo neuquino. Esto quedó en evidencia al instante, y el público se lo hizo saber con todo tipo de muestras de afectos. "La Negra" devolvió este amor con el caudal vocal y la personalidad avasallante con la que nos tiene acostumbrados con "Oh, pobre patria" y "Gracias a la vida", el fantasma de la emoción empezó a sobrevolar. Nuevamente el trío en escena y el éxtasis se apoderó de todos. "Cinco siglos igual" provocó un clima como pocas veces se había visto en esta región. Llegó el turno de León y Víctor, unidos en tema de la última placa del santafecino. Vestimentas oscuras y energía pura los dos, armónica en el cuello uno y guitarra en mano el otro, le dieron forma a "Viejos amores" y "Buenos Aires". Gieco quedó solo otra vez ante el micrófono y las palmas se transformaron en una sola con "Bandidos rurales". Nuevamente frente a todos un viejo conocido. Tipo morocho de figura cuidada y voz siempre reconocible. El "Todavía cantamos" de Víctor Heredia fue el aperitivo ideal para lo que vendría un poco más tarde. El defectuoso sonido que emanaba de las enormes cajas negras se mezclaban con el alarido de los fans, las palmas y un que otro "no te mueras nunca" dirigido al trío. Mercedes, Víctor y León mutaron en una sola voz y jamás sonaron mejor "Himno de mi corazón" y "Hablando de mi corazón", y la noche cerró en perfección con el himno de los argentinos, "Solo le pido a Dios". Los tres músicos más reconocidos del país dejaron en claro que "Argentina quiere cantar" es una simbiosis perfecta de lo mejor que tienen para ofrecer cada uno de ellos, y decir ésto es más que suficiente. "Mercedes es la diosa del canto, Víctor es uno de los mejores exponentes de la nueva canción Latinoamericana y yo salí de lo más puro del rock contestatario", le dijo Gieco a "Río Negro", el viernes. Y vaya si tiene razón. (AN) |
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