Viernes 30 de mayo de 2003

  Bob Hope cumplió un siglo con humor
 

Para el actor norteamericano, la edad no es más que una cifra elevada.

  Personalidades de todo el mundo felicitaron ayer al actor y cómico estadounidense Bob Hope en su centésimo cumpleaños. En todo Estados Unidos hubo festejos en honor del "cómico más famoso de la nación". Treinta y cinco Estados declararon al día de ayer como "Bob Hope Day".
Ya la noche del miércoles, en Toluca Lake, la localidad en la que reside Hope, cerca de Los Angeles, vecinos y amigos soltaron cien globos y brindaron por su cumpleaños.
Hope, que hace dos años se retiró debido a problemas de salud, no se dejará ver. Su hija Linda, productora de televisión, dijo que el actor está "profundamente impresionado" por los muchos festejos y honores. "Tanta gente le envió tarjetas de felicitaciones, desde la reina de Inglaterra hasta veteranos que lo vieron en la Segunda Guerra Mundial".
La noticia sobre la muerte de Bob Hope fue calificada por el "Washington Post" ya hace unos años como "bastante exagerada". Una ironía al gusto del humorista, que cumplió un siglo de vida sin haber perdido el buen humor. Hope estaba desayunando, cuando lo llamó un legislador para alarmarlo sobre su supuesta muerte. El actor, que entonces recién había cumplido 95 años, contestó que la noticia no le resultaba del todo creíble. El origen de la versión había sido un obituario emitido por error por una agencia noticiosa.
Ahora que llegó a los cien años, también hay una humorada disponible en el archivo de ocurrencias de Hope: "La edad es sólo una cifra, aunque en mi caso es condenadamente elevada".
Hope puede ser considerado el más estadounidense de los humoristas, pero seguramente conservó algo del humor británico cuando cruzó el Atlántico a los cuatro años.
"Inglaterra", dijo alguna vez, "fue el escenario de mi presentación más grandiosa: allí nací". Hope se definía como hijo de padres ingleses, "demasiado pobres para ser británicos".
El traslado al Nuevo Mundo habría sido decidido por sus progenitores cuando descubrieron que su hijo "no llegaría a ser rey".
Lustrabotas, vendedor de diarios, boxeador, esos fueron los primeros oficios con los que Bob se tuvo que ganar el dinero para solventar sus estudios en Cleveland (estado de Ohio).
Ejerciéndolos descubrió la felicidad de alegrar a la gente, ya con su rostro cómico, en el que sobresale la barbilla y la nariz se asemeja a una pista de esquí.
Durante algunos años recorrió Estados Unidos integrando elencos de varieté, aprendiendo lo suficiente como para lograr papeles menores en musicales y espectáculos de revista en Broadway.
En 1932 ya era conocido como estrella de la opereta en Nueva York, tres años más tarde tenía su propio programa de radio.
Hollywood abrió sus brazos para recibir al cómico en ascenso y en 1940 conquistó celebridad mundial con "Road to Singapore", la primera de toda una serie de "road-movies", coprotagonizadas en su mayoría con Bing Crosby. Hope filmó un total de 70 largometrajes.
La base de su éxito estaba en su duro trabajo para hacer reír a los demás. Miles de páginas con chistes escritos por el actor llenan los cajones de dos grandes armarios cuidados como santuarios en su mansión de Toluca Lake, en California, donde vive desde 1940 con Dolores, de 93 años, con quien está casado desde 1934.
Hope siempre trabajó sistemática e intensamente sobre todas las ideas propias y ajenas para armar un "gag", revisando una y otra vez su efectividad humorística y descartando todo lo que no pudiera poner en escena sin dificultades de comprensión para el público.
Su humor no se detenía ante ninguna jerarquía: "El presidente Nixon entiende algo de China. Puede ordenar comida china sin pedir la carta".
Republicano confeso y ferviente simpatizante de su país adoptivo, se mantuvo sin embargo con las críticas dentro de un marco patriótico.
Durante la Segunda Guerra Mundial, en 1941, comenzó su actividad honorífica animando a las tropas estadounidenses en los frentes de batalla, que mantuvo, pasando por Corea y Vietnam, hasta la Guerra del Golfo de 1991 en Irak.
"Un bombardero 'Stealth' ('invisible') es una cosa grande, vuela sin ser detectado, bombardea, y se va volando", bromeó en ese momento, "demonios, lo mismo que estuve haciendo toda mi vida"."Clown del Pentágono", lo calificó por esto el diario moscovita "Isvestiya".
En los Estados Unidos se toma tan en serio su humor que a los 99 años le dieron su nombre a la capilla de veteranos en el cementerio militar de Los Angeles.
También un buque de la Marina estadounidense fue llamado "Bob Hope" y un avión C-17 fue bautizado "The Spirit of Bob Hope".
Con motivo de los cien años de Hope, las agencias de viaje ofrecen viajes especiales a los escenarios transitados por el actor, las emisoras de televisión repiten por enésima vez sus películas y shows bajo el título de "100 Years of Hope and Humor".
Innumerables libros registran cada detalle de su carrera: 17 veces presentó la entrega de los Oscar, cuatro veces recibió uno él mismo. También le fueron otorgados casi 50 títulos de doctor honoris causa, a pesar de que nunca llegó a estudiar en una universidad.
Y ahora se denominarán "Bob Hope" plazas, calles, escuelas e instalaciones militares en casi la totalidad de los 50 Estados del país. Habrá que ver si no se le ocurre otra humorada sobre esta abundancia de homenajes en vida. (DPA)
   
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