Iban en un buque que se hundió en el golfo San Jorge, frente a las costas de Chubut.
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La pequeña embarcación en la que intentaban superar un fuerte temporal, fue hallada ayer hundida por personal de Prefectura y la Armada Argentina.
Desde la costa, los familiares aguardaban anoche que los siete marineros fueran rescatados con vida, pero cada hora que transcurre disipa las expectativas. Para colmo, el mal tiempo volvió a jugar en contra de las tareas de búsqueda aérea, y los trabajos continuaron solamente en barcos, tanto pesqueros como de las fuerzas de seguridad marítima.
La historia comenzó el miércoles por la noche, cuando Alfredo Becco -patrón del "Don Roberto"- encaró la tormenta sin temor.
El buque es propiedad del empresario Roberto Valle, quien tiene capitales en Rawson y Sierra Grande, donde explota la empresa Tramar.
Lo peor sobrevino cuando quedaban un par de horas para llegar al puerto de Comodoro Rivadavia, donde debía arribar tras haber partido varios días antes desde Rawson, en tareas de pesca.
Cerca, aunque separadas por enormes olas que superaban los 5 metros de altura, iban a ritmo lento el "Quequén Salado" y el "María Susana".
De golpe las luces del "Don Roberto" se apagaron y con lo último de energía eléctrica, las embarcaciones cercanas pudieron saber que tenía problemas con el generador.
El tiempo no permitía maniobras arriesgadas por lo que los colegas de Becco se limitaron a dar aviso a puerto de que la restante nave atravesaba por problemas serios. Hasta entonces nada hacía suponer que el buque de apenas 15.30 metros de eslora había zozobrado, ya que si los problemas eran en la parte eléctrica, podían pararse los radares y las radios pero el motor podría continuar en marcha.
Ante la ausencia del "Don Roberto", el jueves las fuerzas de seguridad emprendieron las maniobras de rescate, en el marco de un riguroso sistema de búsqueda. Hasta ayer a las 10.55 todo fue infructuoso. Recién entonces el reflejo del casco amarillo bajo el agua se percibió desde el aire y los cajones flotando en medio de una clara mancha de aceite no dejaron dudas. El "Don Roberto" había dado vuelta de campana y arrastrado al fondo del mar.
Anoche pudo saberse que los buzos de Prefectura que pudieran bajar hasta el casco, a unas 35 millas del puerto de Comodoro, no hallaron ningún rastro de los tripulantes. La puerta del puente estaba abierta y, como dato alentador, la balsa salvavidas no pudo ser encontrada.
Todavía hay esperanzas entre los familiares y allegados a los siete pescadores, de que aparezcan sanos y salvos en algún punto cercano a la costa. Todo depende del grado de sorpresa con que los haya tomado el accidente ocurrido en medio de la tormenta que los azotó el viernes por la noche.
El hecho conocido ayer en San Antonio generó alarma y consternación ya que además de Becco, oriundo de esta ciudad, iban a bordo su yerno, Cristian Daniel Luna, de 28 años, también sanantoniense y el maquinista José Fernando Caballero, cuya edad no trascendió, radicado también en esta ciudad pesquera.
Para hoy a las 8 se espera el reinicio de las tareas de búsqueda aérea, para dar con los siete tripulantes del "Don Roberto", una embarcación de 15.30 metros de eslora, 5.40 de manga y 2.40 de puntal, de las pertenecientes a la denominada flota amarilla.
Una zona peligrosa, con lamentables antecedentes
En el golfo San Jorge los accidentes de buques pesqueros son frecuentes. Por caso, el 20 de agosto de 2002, el "Don Víctor" desapareció de la superficie, su casco nunca fue encontrado y tampoco sus siete tripulantes. La zona, llena de restingas y con sus siempre presentes corrientes internas, incrementadas generalmente por los temporales, es una de las más complicadas para la navegación en el mar Argentino.
En esta oportunidad, el "Don Roberto" capeaba una tormenta que provocaba inmensas olas. Por algún motivo dio vuelta de campana y su pequeño casco fue descubierto ayer a la mañana por un avión de la Armada. Ahora se espera encontrar con vida a los tripulantes, que podrían haber embarcado en la balsa que los buzos de Prefectura no pudieron hallar en la nave.
El patrón del barco era Alfredo Becco, residente en esta ciudad, donde tiene además hijos, hermanos y muchos familiares. Con él viajaba también como marinero el esposo de su hija menor, Cristian Luna y como maquinista lo hacía José Caballero. Como ellos, muchos pescadores locales embarcan en buques que operan en el sur, sobre todo luego de la crisis que afectó a la actividad el año pasado en el golfo San Matías. Completaban la tripulación los pescadores oriundos de Trelew, Madryn y Rawson, Abel Marino, Martín Encina, Enrique Gómez y Diego Sánchez.
El "Don Roberto" había partido de Rawson y tras algunos días de pesca debía desembarcar en Comodoro Rivadavia. Pero la fuerte tormenta fue un obstáculo infranqueable a pocas horas de arribar. Más suerte tuvieron el "Quequén Salado" y el "María Susana", que navegaban a la par y vieron apagarse por completo las luces del "Don Roberto". (ASA)
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