Científicos del Hospital de Clínicas avanzan en un proyecto para detener el mal cuando afecta la piel o las mamas
"Si comprobamos que alguna de ellas es realmente efectiva, creo que idealmente habría que aplicarla cuando el sistema inmune todavía no está muy comprometido por el tumor", explicó el médico inmunólogo Leonardo Fainboim.
Fainboim es el coordinador del equipo de científicos que en el Hospital de Clínicas estudia la factibilidad de desarrollar vacunas contra el cáncer, que, vale aclarar, comenzaron a ser estudiadas en seres humanos a mediados de 1999.
"¿Cómo imagino yo el futuro con las vacunas contra el cáncer? Por ejemplo, en una mujer con un cáncer de mama, luego de extirpársele el tumor primario, se le podría aplicar una o más dosis, es decir que la vacuna debería preceder a la quimioterapia", precisó.
El profesor indicó que son muchas las causas que originan un cáncer y que la falta de respuesta inmune es una de ellas, por lo que "habría que ver cómo se podrían combinar las dos cosas, es decir, la vacuna y los tratamientos tradicionales que han probado ser efectivos".
Estas vacunas están siendo estudiadas en pacientes voluntarios del Instituto de Oncología Angel H. Roffo y de los hospitales Fernández, Durand y de Clínicas, desde mediados de 1999. Actualmente están en curso varios ensayos clínicos: uno en melanoma, otro en cáncer de mama y un tercero a punto de ser aprobado por la Administración Nacional en Medicamentos, Alimentos y Tecnología, en leucemia linfocítica crónica. Todos esos ensayos se realizan en un número pequeño de pacientes con la enfermedad no avanzada, para determinar en forma preliminar la eficacia de las vacunas.
El científico detalló que "recién se va a saber con los años quién tuvo mejor respuesta en términos de tiempo de sobrevida. En caso de que estos ensayos clínicos probasen ser exitosos, se pasaría después a lo que se llama fase III, que son estudios más importantes en cuanto al número de pacientes estudiados, en los cuales se evaluarían las vacunas en cientos de enfermos".
Actualmente se estudian estas vacunas en Argentina, Cuba y España. Sobre las expectativas que tiene puestas en ellas, Fainboim respondió: "Yo soy optimista por naturaleza. Si no tuviera esperanzas, no trabajaría. Además, la esperanza es el alimento de los científicos en este país, porque somos mal pagos".
Estas vacunas fueron descubiertas y diseñadas por científicos cubanos que en su momento le pidieron a Fainboim que viajara a la isla para evaluar el estudio. Después se hizo un convenio entre el Laboratorio Elea, que auspiciaba este proyecto, y el Conicet, para completar en Argentina los pasos que en Cuba no se hacían.
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