Unos 5.000 fanáticos vieron desde exóticas butacas hasta instrumentos de precisión.
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Durante la muestra realizada el fin de semana en la avenida costanera maragata se pudieron apreciar varios exponentes del "Club del Torino" que pertenecen a la Comarca Viedma-Patagones. Estos aparecieron como un homenaje al único auto verdaderamente argentino, que volvió a ganar recientemente en el Turismo Carretera con Patricio Di Palma al volante.
La gente se sintió atraída por observar un Fiat Uno de San Antonio Oeste, cuyo dueño le instaló bafles en el baúl. Cuando alguien circula en su habitáculo pareciera que la música lo empujase. Ese pequeño vehículo tiene carísimas luces de color verde manzana que alumbran el piso a medida que se desplazan.
Un "Corsa" mostró en su tablero los relojes que intercambian figuras de gatos y rostros de mujeres, mientras que un "Clío" apareció con unas exóticas butacas que lleva grabados los nombres de sus dueños.
La pasión pareciera no tener límites. Rodados con tapizados de pana, alfombras de aluminio, tableros con instrumental que cuestan 7.000 pesos, relojes de precisión bañados en glicerina para que las agujas no se lastimen. Algunos alerones exhibidos alcanzan los 4.000 pesos.
Tampoco faltaron los vehículos antiguos: un Ford "A" y un Ford "T" con llantas de madera, que llegaron a la muestra funcionando como el primer día que salieron de su fábrica original que Henry Ford poseía en la ciudad norteamericana de Detroit.
Como broche final, hubo una exhibición de motos que quemaron gomas haciendo delirar a los visitantes.
La pasión por los "tuning" nació años atrás en los Estados Unidos. En términos de traducción al castellano significan "personalizar" los gustos y volcarlos en un vehículo.
Los fanáticos de ambas orillas del río Negro tienen en una página en Internet, ya que la debilidad no conoce fronteras y sirve para intercambiar experiencias. "Esto es un hecho social, algunos chicos prefieren gastar en sus autos en lugar de estar tomando cerveza en la esquina. Hay otros que cuidan más al auto que a la novia, y con esta demostración no sólo se les da trabajo a las repuesteras sino también al "pochoclero", al vendedor de "wafles" y al que llevó juegos para niños"; señaló Gonzalo López Ducás, el organizador. Contó que "esto se hizo a pulmón, poco apoyo y en forma gratuita. Al principio me querían cobrar un seguro de espectadores hasta que las autoridades entendieron que era gratis y además fomenta el turismo y la mano de obra".
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