A medida que las aguas bajan, aparecen otros problemas: la basura, las casas destruidas, la reubicación de los que permanecen evacuados. En la región sigue la colecta de elementos.
La realidad acuciante de miles de personas que permanecen en centros de evacuados convive con la de quienes pueden regresar a sus viviendas a raíz de la bajante del río Salado pero encuentran todo devastado.
El ministro de Gobierno santafesino, Carlos Carranza, destacó que "sigue el alerta sanitario" por las inundaciones en esta ciudad. Además, destacó la "evolución favorable del punto de vista hídrico" del nivel de las aguas del río Salado, que desbordó hace 17 días.
Ingenieros civiles recorrieron ayer algunas de las casas que se vieron afectadas por la crecida del Salado para determinar el grado de erosión que provocó el agua en las estructuras.
Los informes preliminares, realizados sobre las viviendas donde se retiró el agua, permiten prever que las casas que no podrán ser habitadas se cuentan por miles. El desastre de la vuelta a casa provocaba un rosario de angustias e impactos emotivos cada vez que sus propietarios advertían rajaduras en las paredes, pisos levantados y muebles destruidos. El otro drama lo protagonizaban aquellas personas que permanecen evacuadas. Los centros de evacuados están siendo rediseñados y las personas abocadas a la organización de la emergencia distribuyen a familias en el campamento instalado con las carpas que se recibieron provenientes de Italia.
La situación sanitaria es compleja como consecuencia de las aguas estancadas, el hacinamiento de personas y la basura acumulada en las calles.
El ministro de Salud de la provincia, Fernando Bondesio, señaló ayer que hay dos casos confirmados de leptospirosis y calificó de "impresionante" la cantidad de basura acumulada en las puertas de las casas. Manifestó su temor ante la llegada de los primeros fríos que pueden empeorar el escenario sanitario .
Solidaridad
En tanto, la campaña para que Santa Fe se reponga de la tragedia no cesa en la región y desde Cáritas Diocesana del Alto Valle se informó que las donaciones se reciben en cada parroquia, teniendo como centro de recolección el Santuario María Auxiliadora, en Roca, donde se centraliza la mercadería para poder enviarla a la brevedad a Cáritas Santa Fe. Se esta pidiendo con suma urgencia leche, alimentos enlatados (sopas, alimentos preparados), azúcar, pañales para niños, pantalones largos para niños y frazadas.
Con respecto a la campaña nacional, desde Cáritas se hizo saber que hasta el momento se coordinó el envío de 29 camiones que transportaron aproximadamente 520 toneladas de mercadería.
Cáritas Arquidiocesana Santa Fe de la Vera Cruz informó a la comunidad que "se han atendido aproximadamente a 20.000 personas afectadas". (AR, DyN)
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