Los protagonistas del descubrimiento fueron la Patrulla Ambiental del Escuadrón 30 de Gendarmería Nacional con asiento en Chos Malal y un baqueano de la zona que los condujo hasta el lugar.
Según lo indicado por el comandante Orlando Molina, la patrulla recorrió el área detallada por el lugareño "arribando a un sector donde efectivamente se constató la existencia de restos fósiles de grandes dimensiones" agregando que "presumiblemente pertenecerían a un dinosaurio, los cuales se encontraban semicubiertos".
El informe de prensa menciona que se procedió a realizar una minuciosa observación de los restos y luego se llegó a la conclusión de que podría tratarse de un fémur y varias vértebras. Otras piezas fueron encontradas diseminadas en un radio aproximado a los 10 metros, pero las mismas están en gran parte cubiertas por vegetación típica de la zona.
En el lugar se tomaron placas fotográficas, se confeccionó una ficha paleontológica, además de ubicar el sector donde se encuentran las piezas mediante la utilización del navegador GPS. Debido a las características del descubrimiento se puso en conocimiento del hallazgo a las autoridades de la Dirección Provincial de Cultura, según lo prevé la Ley 2184.
Pero además se realizó una charla con pobladores del lugar sobre la importancia de preservarlos y mantener bajo protección sitios de esta naturaleza.
La charla versó más que nada sobre la concientización y la responsabilidad que le cabe a cada poblador en la protección del sitio y de los restos que en él se encuentran, como así también sobre las formas de prevenir posibles robos.
Molina indicó que se hizo hincapié en la importancia que tienen los fósiles y también los yacimientos no sólo a nivel provincial sino también mundial.
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