La joven, de 18 años, exige recuperar al bebé por el cual se abrió registro especial.La criatura no había despertado el interés de parejas de la nómina de adoptantes.
Conocido como Pedro en la difusión pública, para agilizar la presentación de padres adoptivos, el niño es hijo de la pareja que integran Laura y José. Como es sabido, las identidades no se publican –aunque se conocen– en función de la protección legal del menor. Los progenitores viven en una chacra de Fernández Oro, en la que el hombre es encargado.
La mamá mostró ayer el documento del chiquito y enfatizó que pese a una reciente intervención de las autoridades no lo entregará.
Aun cuando ella firmó, hace unos 15 días, la habilitación de la adopción, la ley la faculta para retractarse en un lapso determinado. Ayer por la tarde se hallaba inmersa en ese proceso con el patrocinio de un conocido abogado del foro local.
La situación del niño llegó a la prensa precisamente porque estaba en los registros adoptivos y no había interesados, hasta que hace poco tiempo se supo que se presentaron grupos familiares que querían tenerlo consigo.
El niño nació y sigue con algunos problemas porque no oye bien y no ha desarrollado normalmente el sentido de la visión.
Laura estuvo en "Río Negro" acompañada de su madre, abuela del pequeño.
La joven, de 18 años, contó que tuvo a su hijo en septiembre del año pasado en el hospital Castro Rendón, de Neuquén, y que luego se lo trasladó al Bouquet Roldán y a posteriori al nosocomio cipoleño.
La misma mamá reconoció que por la distancia, su situación económica, y la atención de otro de sus hijos, de un año y medio, visitaba de forma muy esporádica al recién nacido, aunque la abuela de la criatura dijo que iba seguido y que por ese motivo algunas enfermeras la llamaban "la abuela de fierro".
Si bien Laura sostuvo que firmó la habilitación de la adopción "bajo presión", en fuentes del juzgado se desmintió esa especie y se dijo que hubo un seguimiento pormenorizado con la participación de todos los organismos judiciales que deben garantizar la seguridad de los niños en cuanto a su hábitat, grupo familiar y demás.
Fue imposible obtener la palabra de la jueza de Familia, Alicia Favot, que entiende en el caso, por hallarse en Buenos Aires por cuestiones que tienen que ver con su labor.
"Yo quiero a mi hijo, aunque sé que firmé para que lo adopten. Me arrepentí, siento mucho haber hecho eso y voy a hacer hasta lo imposible para tenerlo conmigo", manifestó ayer Laura, con marcada decisión, y con el asentimiento de su abuela. Comentó que le es imposible ver a su hijo en el hospital, porque no se lo permiten, respondiendo, al parecer, a directivas del juzgado de Familia y Minoridad.
Según Laura, sólo pudo estar últimamente con el bebé unos pocos segundos "en un pasillo del hospital de Cipolletti" cuando la encargada de las asistentes sociales paró un momento "y de mala gana" mientras lo trasladaba de un pabellón a otro.
"Yo ya dije en la justicia que no iba seguido a Neuquén porque no podía dejar a mi otro niño solo. Y tenía muy poco para moverme. Lo hacía cuando podía. Pero ahora lo quiero recuperar con toda el alma. No quiero que lo adopten. Y que sepan los que están interesados que voy a pelear por mi hijo hasta las últimas consecuencias", advirtió la mamá.
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