Martes 13 de mayo de 2003

  La UNC presentará mañana un satélite que habla
 

Ingeniería busca fondos para mandar al espacio el Pehuén SAT. El artefacto será presentado mañana en Neuquén.

 
El Pehuén SAT es mostrado a "Río Negro" por Jorge Lassig, director del proyecto y Juan Jorge Quiroga, director de Electromecánica de la Facultad de Ingeniería.
NEUQUEN (AN).- En la facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional del Comahue (UNC) hay madera y de la buena. Con estudio, ingenio y mucho esfuerzo, 40 personas, entre docentes y estudiantes, construyeron el Pehuén Sat, un satélite con habilidades para hablar y transmitir información en formato digital desde una altura de 400 a 600 kilómetros de la superficie de la Tierra.
Aunque lleva su nombre, el Pehuén no tiene ni por asomo la forma de una araucaria. Es un aparato que pesa siete kilogramos, tiene 30 centímetros de ancho, 40 de largo y 10 de alto. Parece un radiador pero muy sofisticado, porque se encuentra cargado de microchips y pequeñas celdas solares que le darán la energía necesaria para poder funcionar cuando esté flotando sobre una órbita terrestre.
El primer satélite construido en Neuquén será presentado en sociedad mañana en el segundo Congreso Nacional de Tecnología Espacial, un evento académico y científico en el que se expondrán unos 80 proyectos que trabajan especialistas en la materia de distintas universidades del país y del extranjero (más detalles ver aparte).
Jorge Lassig, director del proyecto impulsado desde Ingeniería, define a la nueva criatura como "un pequeño robot".
En el contexto de investigaciones aeroespaciales ya se realizaron, con éxito, experimentos sobre microgravedad que viajaron al espacio en diciembre 2001 a través de un transbordador de la NASA (más detalles ver aparte).
Nada es sencillo en la Argentina impredecible y tampoco lo fue para el proyecto Pehuén Sat que comenzó a diseñarse en 1998.
La mitad del aparato, al que en la actualidad le falta un 10% para dejarlo listo, se fabricó sin el dólar de la convertibilidad, el del uno a uno.
Lassig y Juan Jorge Quiroga, director de Electromecánica, fruncen el ceño cuando recuerdan el impacto de la devaluación en la compra de tecnología para el proyecto.
Sin embargo, en Ingeniería le encontraron la vuelta para evitar que se dispare el presupuesto: en salas donde nada se tira y todo se transforma fabricaron las piezas, incluidas las protecciones especiales que necesitan los microchips y paneles solares cuando están en órbita.
El Pehuén Sat, sin el lanzamiento, costó unos 280 mil pesos. En el mercado internacional, uno similar tiene un valor de 300 mil dólares.
Para el lanzamiento se necesitan alrededor de 100 mil dólares adicionales. Esta es una etapa que todavía no fue definida porque los fabricantes de este satélite artesanal buscan financistas para lanzarlo al espacio.
Una vez puesto en órbita, el aparato tendrá dos funciones: una educativa y otra tecnológica. El Pehuén Sat transmitirá información digital sobre su propio funcionamiento. Se podrá conocer el estado de carga de la batería, la temperatura interna y otros de interés científico. Los datos servirán en la facultad de Ingeniería para desarrollar un proyecto más ambicioso en el futuro, es decir un nuevo satélite.
Pero también brindará información sobre la temperatura y esto lo hará a través de una voz. El idioma en que se presentará desde el espacio dependerá de la empresa que realice el lanzamiento.
La señal del transmisor del Pehuén Sat la podrán captar radioaficionados y hasta un handy, en determinadas condiciones. La máquina dirá quién es, quién lo construyó e informará sobre la temperatura, pero no estará intercomunicado con la Tierra porque sólo puede enviar información.
El satélite podrá estar en órbita por un período de hasta tres meses. Pero los impulsores de este proyecto se dan por satisfechos si Pehuén Sat gira dos veces sobre la Tierra y envía la información esperada.
La apuesta cuenta el respaldo de la Asociación Argentina de Tecnología Espacial (AATE) que tendrá incidencia en una etapa clave del proyecto, es decir en la búsqueda de oportunidades para lanzar al espacio al Pehuén Sat.

Un congreso de nivel internacional

NEUQUEN (AN).- En la Universidad Nacional del Comahue comienza mañana el Segundo Congreso Nacional de Tecnología Espacial en el que se expondrán unos 80 proyectos de investigación de universidades nacionales y extranjeras.
Entre los proyectos de la UNC sobresalen dos, el satélite Pehuén Sat (ver nota central) y los estudios sobre microgravedad que se ensayaron con éxito en la NASA en diciembre de 2001. También presentarán trabajos sobre nuevas técnicas de propulsión de cohetes.
"Esta experiencia es única en la región y el país. Para participar de eventos de este tipo normalmente hay que ir al exterior, a Europa o Japón", dijo Jorge Lassig, integrante de la comisión organizadora del congreso.
El Congreso durará hasta el próximo viernes y la apertura será mañana a las 11, donde se entregará la Bandera Argentina que fue llevada al espacio en el transbordador Endeavour en diciembre de 2001 con los experimentos del PADE que fueron trabajados en la facultad de Ingeniería.
Para este encuentro se recibieron más de 80 proyectos. En su mayoría provienen de universidades nacionales, pero también hay trabajos de Chile, Brasil y Colombia.
El primer congreso se realizó en Buenos Aires hace tres años y allí se decidió que la próxima sede sería la UNC.
Aquí se escucharán exposiciones sobre proyectos de pequeños cohetes en los que trabajan universidades y otras instituciones, y prototipos de satélites.
La UNC también expondrá sobre iniciativas de propulsión modernas, a base de energía y magnetismo.
Los antecedentes de congresos de este tipo se remontan a las décadas de los "60, "70 y "80, organizados por las Fuerzas Armadas. El último de estos encuentros se llevó a cabo en 1986 y no se retomó la actividad hasta el 2000, cuando la UBA organizó el primer congreso junto con la Asociación Argentina de Tecnología Espacial (AATE).

Vuelve la bandera que estuvo en el espacio

NEUQUEN (AN).- La facultad de Ingeniería de la UNC ya tiene experiencia en tecnología espacial. A fines de la década del "90 intervino en cuatro de siete proyectos nacionales incorporados al Paquete de Experimentos Argentinos (PADE).
El PADE llegó a la NASA a través del ingeniero aeroespacial Pablo De León, uno de los puntales de la Asociación Argentina de Tecnología Espacial, una entidad que tiene la misión de abrir puertas a las investigaciones "made in Argentina" en el exterior.
La facultad de Ingeniería de la UNC trabajó sobre el funcionamiento de los líquidos sin gravedad y De León fue el primer argentino, en un ensayo que se realizó en Estados Unidos, en experimentar la gravedad cero.
Los proyectos del PADE elaborados por Ingeniería serán expuestos en el congreso que comienza mañana aquí y la bandera argentina que voló junto con los experimentos será entregada a los que intervinieron en este estudio.

   
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