Lunes 12 de mayo de 2003

  La odisea de desprenderse de un celular
 

Un cliente tropezó con una suma de irracionalidades desde 1998.Le ofrecieron servicios que por un motivo u otro no pudo disfrutar.Terminó pagando 150 pesos en tres meses sin usar el teléfono.

 
El uso del teléfono celular se impuso en el país desde hace años. Hay varios organismos que atienden reclamos por fallas en el servicio.
Ramón dirigió hacia el cielo raso su mirada celeste –usualmente mansa pero ahora destellante– y pensó: – "Me tengo que controlar" mientras colgaba el teléfono y, al mismo tiempo, inhibía el deseo imperioso de arrojar su celular a la basura.
Acababa de sumar una nueva frustración a la larga lista acumulada desde 1998, cuando contrató una línea y adquirió su primer celular, un aparato marca Motorola de los que hoy ya son vistos casi como reliquias, por su peso y tamaño.
Las peripecias de este joven abogado residente en el Alto Valle para desprenderse de un supuesto "servicio" que sólo le costó dinero y mucha bronca pueden resumirse así:
• 1998 - Ramón adquiere el celular y obtiene una línea. Poco después, en su trabajo, le proveen de otro, con lo cual quiso renunciar al número primigenio. Primera dificultad: imposible hacerlo en una oficina. Todo por teléfono. Llamada va, llamada viene, ignotas interlocutoras lo convencen de proseguir bajo la alternativa de "si no lo usa, costo cero; si lo usa, se factura el consumo".
Le pareció conveniente y lo retuvo aunque siguió sin utilizarlo.
• 2001 - Segunda dificultad, resultado de la combinación de dos hechos. Por un lado, de tanto tiempo que pasó sin usarlo, Ramón había olvidado el número, aunque quería rehabilitarlo; por otro, pretendía reemplazar el viejo Motorola por un aparato más moderno y liviano. Imposible la gestión personal, llamada va, llamada viene, la incomprensible negativa de otra ignota empleada a informarle cuál era su propio número, que había olvidado por el desuso. De nada valieron sus argumentos ni protestas. No pudo recuperar el dato ni, por lo tanto, transferir la línea al nuevo aparato.
Tanto se enojó Ramón que decidió echar el asunto al olvido y siguió sin usar ese "servicio".
• 2002 - Octubre. Recibe una carta de la compañía donde le avisan de la finalización del contrato que mantenía y le ofrecen continuar bajo la modalidad del pago de un costo fijo mensual de $ 7,- más el consumo, si lo hubiere. A Ramón le pareció oportuno y aprovechó, esta vez sí, para rehabilitar la línea. Pensaba que tarde o temprano, le sería necesario conservar ese número para uso familiar o personal, además del que mantenía con fines laborales.
Sin embargo, continuó sin usarlo, hecho que conspiró contra su memoria al momento de operar el vencimiento de la fecha para pagar el cargo fijo. Nueva llamada a ignota oficina. Le informan que estando moroso, correspondía cargarle 15 pesos más por costo de reconexión.
–"¿Cuál sería el costo de reconexión?"– se pregunta aún hoy Ramón, si en materia de celulares, no hay cables ni nada. A lo sumo –reflexiona– deberían apretar un botón.
Al mes siguiente, otra vez el no uso de la línea le juega en contra a Ramón. Otra vez en falta y la obligación de pagar $ 25,- entre recargos y reconexión.
• 2002 - Diciembre. Harto ya, decide renunciar a la línea, lo cual deberá hacer con una carta documento dirigida a una dirección de Mar del Plata. Nuevo gasto.
Llamada va, llamada viene, lo convencen de que para evitar la repetición de lo que le ocurría, entrase al sistema prepago, con tarjeta. Acepta pero, en tanto, ya estaba corriendo un nuevo mes y la factura de enero de 2003 no le llegaba, con lo cual Ramón suponía que volvería a incurrir en mora.
La voz del teléfono, le indica que use la segunda hoja de la factura anterior y vaya al Correo para abonar la factura por el sistema Pago Fácil, antes de que opere el vencimiento. Pero la segunda hoja no tiene código de barras y no le pueden tomar el pago. Va entonces a un banco y abona la bendita factura, cuatro días antes del vencimiento
Sin embargo, la voz le dice, que por haberlo hecho en el banco, el pago no figurará en el sistema de inmediato, con lo cual le correrá otra vez el recargo por no pago en término y reconexión
Furioso, Ramón –que es abogado– argumenta que a todos los fines legales, aquí y en el resto del mundo, la fecha de pago válida es la que figura en el comprobante de caja.
No hay caso, le dicen, le cobrarán recargo.En este punto volvemos al principio de la nota, que es casi el final de la historia. El hombre, con una mezcla de indignada impotencia, se deshace finalmente del problema transfiriendo la línea y vendiendo el aparato. Antes de hacerlo, saca las últimas cuentas: 150 pesos en tres meses sin usar el teléfono

Para agendar

El organismo nacional encargado de atender los reclamos por los servicios telefónicos es la Comisión Nacional de Comunicaciones que tiene un número para llamar gratuitamente, el 0800-333-3344, donde teóricamente orientarán la forma de realizar la queja.
También, casos como el de Ramón pueden denunciarse ante las defensorías del Pueblo:
En Río Negro: Nilda Nervi de Belloso, Roca 385, telefax (02920) 422259, tel. 422168/ 422045, Viedma.
En Neuquén capital: Blanca Tirachini, Tel 4422251/ 4491200 int. 4600, 9 de Julio 253, Neuquén, correo electrónico: defensora@neunet.com.ar

Deben quitar las cláusulas abusivas

Las asociaciones de consumidores dieron la bienvenida a la resolución de la Secretaría de Defensa de la Competencia que dispuso la exclusión de las cláusulas abusivas de los contratos de consumo, mientras las empresas evalúan los alcances de la medida y tienen plazo hasta el 23 de julio próximo para modificar esas normas.
"Luego de nueve años de sancionada le Ley de Defensa del Consumidor, la sanción de cláusulas abusivas es positiva. Lo que debería hacer la Secretaría es actuar preventivamente y pedir copia de los contratos a las empresas. Además se tienen que difundir los casos típicos para conocimiento de los usuarios", señaló Pedro Bussetti, titular de Defensa de Usuarios y Consumidores (Deuco). "Tenemos nuestras serias dudas que la empresas cambien su accionar respecto al uso de cláusulas abusivas, si no hay control previo. Los contratos deben ser monitoreados por la autoridad de aplicación", dijo Bussetti.
Por su parte, las empresas tienen plazo hasta el 23 de julio para modificar las cláusulas abusivas que contienen los contratos ya firmados. Las compañías que en ese plazo no hayan removido o modificado las cláusulas consideradas abusivas serán pasibles de multas que van entre los 500 y 500 mil pesos, precisaron fuentes oficiales.
Voceros de diversas cámaras empresariales señalaron que están "evaluando" los alcances de la norma.
En los casos de seguros y planes de ahorro, donde se registran gran cantidad de denuncias por cláusulas abusivas, la Secretaría de Defensa de la Competencia deberá elevar a la Superintendencia de Seguros e Inspección General de Planes de Ahorro los contratos observados, y ellos deberán trasladarlos a las empresas. "Hay abogados indignados que dicen que las medidas dispuestas en esta reglamentación deben surgir de una ley o bien de una sentencia judicial. Lo que pasa en realidad es que se les está cayendo la industria del juicio", evaluó Ricardo Nasio, de la asociación Proconsumer. (Télam)

Mónica Jofré
rnconsumidores@rionegro.com.ar

   
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