Lunes 12 de mayo de 2003 | ||
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Las hormigas se comunicarían por el olfato | |
Investigadores estadounidenses determinaron que en una colonia de hormigas, todos los ocupantes comparten un mismo olor, lo cual les ayuda a distinguir entre la suya y las otras. |
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La compleja organización en las colonias de hormigas está dada a partir de la comunicación entre estos insectos a través de su olfato, según descubrieron científicos estadounidenses, de Palo Alto, cuyo trabajo fue publicado en la revista Nature. "Los miles y bien organizados trabajadores de una colonia logran hacer su labor, sin supervisión ni dirección alguna, intercambiando en ocasiones sus tareas para satisfacer las necesidades del hormiguero", señala el texto presentado por los científicos de la Stanford University, ubicada en Palo Alto, en el estado de California. "Es sorprendente constatar -dice el artículo- que un insecto con un cerebro del tamaño de una semilla de amapola puede comportarse de este modo. La respuesta a esta incógnita reside en el extraordinario sentido del olfato de las hormigas". El equipo de biólogos de Stanford explicó que, cuando un grupo de hormigas exploradoras regresa al nido, el particular olor de su cuerpo sirve a las otras trabajadoras para saber si deben salir y recolectar la comida. Los investigadores, encabezados por Deborah M. Gordon, estudiaron una especie concreta de hormigas (Pogonomyrmex barbatus), que se encuentra en el sur del desierto de Arizona. Una colonia madura de estas hormigas rojas cosechadoras consiste en una única reina y entre 10.000 y 12.000 trabajadoras hembras. La vida de una trabajadora suele ser de un año, pero una reina puede vivir durante 20 y producir miles de nuevas trabajadoras: ésa es su única responsabilidad, ya que la reina no dirige la colonia ni señala a las demás hormigas lo que deben hacer. Hay muchos científicos interesados en entender las interacciones sutiles que existen entre los insectos que crean grandes y elaboradas comunidades. Además de los biólogos, los ingenieros esperan aplicar sus enseñanzas para resolver problemas intrincados en la ciencia de los ordenadores, las redes de comunicaciones e incluso en robótica. Como la mayoría de las especies de hormigas, las cosechadoras rojas se comunican mediante el tacto y el olfato. Pero en vez de oler el aire, utilizan sus sensibles antenas para detectar olores en sus alrededores. Los hidrocarburos son moléculas simples de hidrógeno y carbono, pero cambios limitados en su concentración pueden provocar modificaciones de comportamiento muy importantes entre las hormigas. Por ejemplo, en una colonia, todos los ocupantes comparten un mismo olor, lo cual les ayuda a distinguir entre la suya y otras. (Télam) |
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