Miércoles 7 de mayo de 2003
 

Exitosa operación neonatal de hernia de diafragma

 

Danilo Lautaro se recupera en una clínica de Roca. En lo que va del año hubo 4 casos en Río Negro.

 
Karina y su bebé Danilo Lautaro. Sus padres esperan volver pronto a San Antonio, de donde son oriundos, para ver crecer al pequeño cuya vida tuvo un pronóstico muy preocupante.
ROCA (AR).- Con sus 34 días, no sabe qué quiere ese señor que cada tanto lo ilumina con el flash de la máquina. Es mediodía, está recién alimentado y sólo tiene ojos para su mamá, que brilla cuando lo toca y lo imagina corriendo libre por San Antonio Oeste. En la sala de Neonatología del Sanatorio Juan XXIII Danilo Lautaro es la estrella. Y bien merecido lo tiene, luego de aportar su cuota al equipo de médicos, enfermeros y obviamente los padres, que vencieron la hernia diafragmática que lo puso al borde de la muerte a poco de nacer.
La patología se hizo tristemente famosa en esta región a partir del caso de Francisquito, el bebé cipoleño que falleció luego de un fallido intento de recuperación en Estados Unidos y la posterior operación en Buenos Aires.
Además, en lo que va del año en Río Negro hubo cuatro casos, cuando habitualmente no hay más de dos cada doce meses. Y Danilo fue el único que resistió.
Una explicación sin tecnicismos diría que la hernia diafragmática es un orificio en el diafragma que permite el ascenso de los órganos abdominales e impide el normal desarrollo de un pulmón.
Las definiciones específicas también pueden hallarse en una enciclopedia y no representan un panorama difícil de comprender.
Los médicos del Juan XXIII advierten que cada caso es muy particular, pero no dejan de resaltar que aquí existen las mismas posibilidades que en Buenos Aires de sacar adelante un caso de hernia diafragmática. Félix y Karina Correa -padres del bebé- los avalan y no se cansan de repetir que estarán toda la vida agradecidos al cirujano Cordero, al pediatra Horacio Mut y al equipo de Neonatología que encabeza Sara Regliner.
La historia comenzó en Viedma, donde Karina (a pesar de vivir en San Antonio) controlaba su embarazo. "Recién en la última ecografía detectaron el problema y la verdad es que se nos vino el mundo abajo porque nos dieron muy pocas posibilidades de sobrevida luego del nacimiento", relató.
"No tenía diafragma y los órganos subieron. Encima los estudios previos tampoco dejaban saber si el pulmón izquierdo estaba desarrollado o no. Fue todo muy difícil", añadió la joven.
Así fue que de la capital la trasladaron a Roca. Eso fue el 1 de abril y al día siguiente se hizo la cesárea. "Gracias a Dios pudimos estabilizar al bebé en poco tiempo y a las seis horas hicimos la intervención para corregir el problema", señaló Mut.

Dura prueba

Lo cierto es que las primeras horas de Danilo no fueron para nada sencillas.
Dos paros cardiorrespiratorios y varios días con asistencia respiratoria mecánica marcaron a fuego el sufrimiento de los padres, que hoy toman como un simple detalle a la infección que lo mantiene en el nosocomio roquense.
"Cuando termine con las drogas nos vamos a casa", comentó Karina con una sonrisa que desbordaba su rostro.
A pesar de que mensualmente el bebé deberá someterse a un control, todos resaltan que hoy está fuera de peligro y de seguir así su vida será totalmente normal.
"Será un chico de cuidado, pero nada indica que deba afrontar problemas mayores cuando crezca", agregó el pediatra Mut.
Después de un mes, los Correa se mueven en el Juan XXIII como en el living de su casa. Ellos aceptaron contar la historia para que en la zona "se sepa que hay médicos muy buenos, con el equipamiento necesario para dar las mismas respuestas que en otros puntos del país".
La madre también destacó que Salud Pública también respondió correctamente a las necesidades generadas por la derivación al centro privado de Roca. Cabe destacar que -según indicaron en el nosocomio- la operación no es costosa ya que ronda los 1.500 pesos, pero sí es elevado el monto para afrontar el tratamiento posterior.
Hasta que el bebé sea dado de alta los padres sólo lo ven un par de horas al día, durante los horarios de lactancia y visita.
Más allá de esto, cuando vuelvan a su hogar temporario caminan seguros.
Saben que en el sanatorio hay muchos "tíos" que mantienen a Danilo como un rey, porque es el premio a uno que peleó como pocos desde el primer segundo de vida para tener un lugar en este mundo.

Una patología delicada cuya única solución posible es la vía quirúrgica

La hernia congénita del diafragma es causada por una fusión inapropiada de las estructuras durante el desarrollo fetal. Los órganos abdominales como el estómago, el intestino delgado, el bazo, parte del hígado y el riñón aparecen en la cavidad torácica.
Esto hace que el tejido pulmonar del lado afectado no logre un desarrollo completo. Al poco tiempo de nacido, el bebé suele desarrollar una dificultad respiratoria, producto del movimiento ineficiente del diafragma y del hacinamiento del tejido pulmonar, lo cual causa un colapso. Las razones de esta condición son desconocidas.
La hernia diafragmática congénita se observa en 1 de 2.200 a 1 de 5.000 nacidos vivos, con una gran mayoría de los casos (80 a 90%) presentando la condición en el lado izquierdo. Hay una tasa de recurrencia del 2% en parientes de primer grado de un paciente con esta enfermedad.
Los síntomas son dificultad respiratoria severa, coloración azulada de la piel debido a la falta de oxígeno, respiración rápida (taquipnea), asimetría de la pared torácica, frecuencia cardíaca rápida (taquicardia).
En tanto, la madre embarazada puede mostrar signos de polihidramnios (cantidades excesivas de líquido amniótico). Un ultrasonido fetal puede mostrar los contenidos abdominales en la cavidad torácica. Por su parte, un examen del bebé muestra, movimientos asimétricos del tórax al respirar, ruidos respiratorios ausentes del lado afectado, ruidos intestinales que se escuchan en el tórax, abdomen cóncavo que se siente menos lleno al examinarlo al tacto (palpación). Una radiografía de tórax puede mostrar órganos abdominales en la cavidad torácica.
Sin que exista un método de prevención, la hernia diafragmática es una emergencia quirúrgica, en la cual los órganos abdominales se deben reubicar en la cavidad abdominal y se debe reparar el orificio en el diafragma. Se debe dar soporte al sistema respiratorio del bebé inmediatamente después de nacer hasta que se recupere de la cirugía. A algunos bebés se los ubica bajo oxigenación extracorpórea (ECMO), la cual es una máquina de derivación corazón-pulmón que brinda a los pulmones la oportunidad de recuperarse y expandirse después de la cirugía.
Si la hernia diafragmática se diagnostica en una etapa temprana de la gestación (24 a 28 semanas), se puede considerar la opción de una cirugía fetal.
Luego del nacimiento y la intervención, el tejido pulmonar puede desarrollarse en forma deficiente del lado afectado y el resultado depende del desarrollo de dicho tejido. Con los avances que se han dado con respecto a la atención quirúrgica y neonatal, la tasa de supervivencia ahora es superior al 80 %. Esta cifra difiere de la aportada por médicos consultados ayer, quienes la ubicaron en no más del 50 %.
Los bebés que sobreviven pueden presentar complicaciones a largo plazo, incluyendo hipertensión pulmonar persistente, infecciones pulmonares recurrentes y problemas gastrointestinales. (Fuente: enciclopedia médica Medline)

   
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