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Para el rionegrino, el partido tocó el piso del precipicio. Aspira a que se levante de la mano de algunos buenos resultados en las provincias. "En Río Negro estaremos bien", se entusiasmó.
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Cuentan los asistentes que algunos insultos partieron para el rionegrino, pero que los aplausos generales los silenciaron inmediatamente.
Verani se enteró por el cronista de este diario que Angel Rozas, uno de los responsables del fracaso de la estrategia nacional partidaria, planea volver a postularse como jefe de los radicales para enfrentar a Rodolfo Terragno.
Apuntó sólo que el chaqueño "no dio respuestas" y ensayó una hipótesis para salir del "fondo del precipicio" a partir "de los espacios de poder" resguardados en medio del desastre electoral encarnado por Moreau-Losada.
- ¿Después del estrepitoso fracaso electoral de abril, se quedaron los radicales sin partido?
- El radicalismo tocó el piso del precipicio. Reacciona o desaparece. Reaccionar es bastante menos complicado si se toman en cuenta las perspectivas para las elecciones provinciales de este año. De los 35 diputados que renovamos (sobre un total de 67), podemos mantener un piso no menor de 24 y no mayor de 32. Tenemos chances de ganar en Córdoba y Chaco. Será buena la performance en Jujuy y muy buena en Misiones, Mendoza y Chubut. No digo que vamos a ganar en Río Negro, pero sí que estaremos bien...en Entre Ríos meteremos un diputado. Es decir, tendremos una representación legislativa de 58 o 60 diputados y una veintena de senadores. Con semejante bloque parlamentario, y con un peronismo cada vez más enfrentado y destructor, seremos el principal partido de la oposición, que será constructiva.
- Hasta aquí usted hace cálculos numéricos, pero no deja visualizar una articulación a partir de la feroz fragmentación que sufrió la UCR nacionalmente. ¿Es posible reconstruir así?
- Debemos partir de un nuevo comité con gente dedicada a viajar al interior, no aposentada en el centralismo porteño. No hay otra alternativa que esperar los comicios provinciales, ante los desaciertos de los dirigentes de los últimos años, que mantuvieron a muchos en la periferia, convirtiendo a la UCR en un sublema de partidos provinciales que concurren a la Nación. ¡Basta de llegar con el poncho a y encandilarse con las luces de Buenos Aires!.
- ¿Si el radicalismo deja de existir será culpa de la actual conducción?
- Para ser sinceros, la caída libre de la UCR había sido parada con la Alianza con el Frepaso, pero nos veníamos cayendo de antes. El fracaso de la Alianza provocó más ruido. Los radicales no acertamos a interpretar la voluntad de las bases. Fue imposible candidatear a (Angel) Rozas y (Roberto) Iglesias, que hubiesen mantenido el caudal histórico. Cometimos errores...
- ...¿En este contexto, le parece bien que Rozas intente ser reelecto como presidente de la UCR?
- (sorprendido)...No lo sabía. En el plano nacional, Rozas no dio respuestas. El no se dedicó al partido. Las nuevas autoridades deberían dedicarse al partido y nada más.
- ¿Será posible la reconstrucción con intendentes y gobernadores huérfanos de un liderazgo nacional?
- No hay partido que pueda mantenerse sin espacios de poder. Los intendentes deben moverse evitando ser sojuzgados por gobernadores de distinto palo y los gobernadores tienen que apoyarse en la compensación del juego parlamentario. No estamos tan mal equilibrados. En política, así como no se muera nadie, la soberbia se paga.
- Entre bambalinas, Raúl Alfonsín sigue influyendo y por afuera hay ex radicales como Ricardo López Murphy y Elisa Carrió, que han obtenido un importante caudal de votos. ¿Cómo influye eso en la rehabilitación de la UCR?
- López Murphy y Carrió hoy no podrían caminar juntos. La UCR no es un movimiento, es un partido. Murphy responde a un interés cuasi conservador, Lilita va para el otro lado. Y el radicalismo es fundamentalmente humanista. No fue un acierto de Alfonsín haber llevado al radicalismo al socialismo internacional, como no lo hubiese sido adherir al conservadurismo inglés. En el péndulo de la historia, tenemos que mantener nuestra tendencia histórica y cuando vuelva para este lado agarrarnos de él. Propongo hacer un programa de gobierno y ponerlo delante del candidato. Más que Murphy y Carrió me interesa eso.
- ¿Y dónde deja a Alfonsín?
- A él se lo debe recordar como el padre de la democracia, igual que a Menem como el padre de la estabilidad. Pero hay una nueva generación de argentinos ante los que hay que sincerarse y dejarles la posta. Hay que explicarles que más que pagar por la corrupción política, hay que pagar por la corruptela del país. Por cada funcionario que se quiere corromper, hay 50 corruptores. Los que dicen "que se vayan todos", quieren venir ellos para hacer lo mismo. Para ver si un tipo es rengo hay que verlo andar.
- ¿Pero Raúl Alfonsín estaría dispuesto a dar un paso al costado?
- En política es muy difícil achicar los codos en la mesa. Pero, insisto, la recuperación es posible. La UCR no está tan mal colocada. Y Alfonsín puede ayudar. Es un gallego cabeza dura, pero no boludo. Se ha hecho en la política junto con los militantes y, como yo, no es un cajetilla.
Arnaldo Paganetti
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