Martes 27 de mayo de 2003

 

  Pesar por muerte de Bravo, un defensor de derechos humanos
  Un incesante desfile de militantes políticos y personalidades hubo durante toda la jornada de ayer ante el féretro del fallecido funcionario. Según familiares, estaba muy angustiado por la indefinición de la Corte sobre el tema de la banca en el Senado que disputaba con Gustavo Beliz.
 
Los restos del diputado Alfredo Bravo serán inhumados hoy en la Chacarita.
El diputado socialista y ex candidato presidencial Alfredo Bravo murió ayer a la madrugada en una clínica de Capital Federal, a los 78 años, como consecuencia de haber sufrido una falla cardíaca. Sus restos mortales eran velados en el Salón de Pasos Perdidos del Congreso Nacional, donde políticos, sindicalistas, amigos, familiares y dirigentes de derechos humanos pasaron a rendirle homenaje.
El presidente Néstor Kirchner estuvo presente en el velatorio, donde saludó a los familiares del diputado y, además, rindió homenaje para " una persona muy correcta en el mundo de la política".
Los restos de Bravo serán inhumados hoy en el cementerio de la Chacarita
El dirigente se encontraba internado desde el sábado en el Centro Quirúrgico Callao, luego de que se le colocara un marcapasos.
Su hijo Daniel consideró ayer que "el maltrato judicial de la Corte Suprema" y "la designación de (Gustavo) Beliz como ministro de Justicia ayudaron" a agravar la salud del legislador. Uno de los cardiólogos del centro asistencial donde Bravo había sido internado, Francisco Longo, señaló que la muerte del diputado se produjo a las 5, a causa de "un paro cardíaco consecuencia de un infarto de miocardio, del que no pudo recuperarse". El médico dijo que "se le había colocado un marcapasos, por lo que se le dilató la arteria, pero hemodinámicamente quedó inestable", explicó.
El veterano legislador socialista ocupaba una banca en la Cámara baja desde 1991, y disputaba con el designado ministro de Justicia, Beliz, un escaño en el Senado. También era presidente del Partido Socialista, fuerza al frente de la cuál se postuló en la última elección como candidato a presidente.
Bravo, de profesión maestro, fue fundador del gremio docente CTERA, y brindó un testimonio en favor de la acusación a las Juntas de Comandantes de la última dictadura militar durante el juicio que se les hizo por violaciones a los derechos humanos.
Su hijo Daniel indicó que su padre "era una persona que se tomaba las cosas con mucho vigor, cada cosa que hacía, cada cosa que pasaba se la tomaba muy a pecho". Aseguró que "la angustia que tenía por el maltrato judicial al que estaba siendo sometido por parte de la Corte Suprema con la falta de definición por el tema de la banca de senador que él había ganado legítimamente en la elección popular, y el tema de la designación de Beliz como ministro de Justicia creo que fueron situaciones que no digo desencadenaron, pero ayudaron aún más al cuadro que lamentablemente tuvo esta madrugada fatídica en la que tuvo el primer infarto".
La titular del gremio docente de CTERA, Marta Maffei, elogió la figura del fallecido diputado al señalar que "trabajó por la unidad" de los maestros y "no perdió nunca su carácter docente. Fue secretario general de CTERA y trabajó en la unidad de los gremios docentes", recordó Maffei.
El diputado nacional por el socialismo Rubén Giustiniani, quien fue compañero de fórmula presidencial de Bravo en las elecciones del 27 de abril, manifestó su pesar por la muerte del legislador, al expresar que "se fue uno de los grandes políticos argentinos".
Bravo había nacido el 30 de abril de 1925 en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, estaba casado, con dos hijos, y era fanático hincha de River Plate. Se había recibido en una escuela normal y, con 18 años se fue a enseñar a leer y a escribir a una escuela rural del chaco santafesino.

Perfil: Una dolorosa despedida para un político de ley

Alfredo Bravo era un fanático hincha de Ríver Plate.
El maestro socialista de 78 años, Alfredo Bravo, murió ayer en la ciudad porteña que amó, sin terminar de corregir su libro "Otario que andás penando" ni saber si la justicia lo habilitaría a ocupar la banca de senador nacional, que conquistó en las urnas el 14 de octubre de 2001. Frontal, consecuente, transgresor en las formas y sólo preso de afectos, Bravo padeció en los últimos tiempos la separación política de su ex aliado, Carlos "Chacho" Alvarez, primero, y de Elisa Carrió, después. Más allá de las formas, Alfredo Bravo jamás defraudó como diputado a sus seguidores: nunca votó en contra de sus principios, no realizó concesiones graciosas en sus discursos ni presentó proyectos que violentaran sus convicciones.
De pibe, cuando repartía pan, "Pachuca" -como lo apodaban- entró por primera vez a un centro socialista. A los 18 años se recibió de maestro en Avellaneda y se fue a enseñar a una escuela del chaco santafesino, de donde regresó para cumplir con el servicio militar.
En Buenos Aires inició luego su militancia gremial, hasta llegar a participar en la redacción del Estatuto del Docente y protagonizar la unificación de su gremio en la CTERA, de la cual fue secretario general. En 1957 se apartó del Partido Socialista que presidía Américo Ghioldi por su oposición a que sus compañeros integraran la Junta Consultiva, creada por los militares que derrocaron a Juan Domingo Perón en 1955. El 8 de septiembre de 1977, un "grupo de tareas" lo secuestró del aula en el que daba clases nocturnas de castellano en una escuela de Primera Junta. La tortura le dejó secuelas vasculares en sus piernas, que lo aguijonearon hasta el final de su vida, pero no le impidieron seguir en la brecha. Cuando salió de la cárcel militó en defensa de los derechos humanos en la APDH, y con el gobierno de Raúl Alfonsín, fue designado subsecretario de Estado del área de Educación, cargo al cual renunció por la ley de Punto Final y la Obediencia Debida. Padeció la fragmentación de su partido pero pudo ser uno de los impulsores de la reunificación concretada el año pasado, en un proceso que culminó con la separación del ARI y con su candidatura a presidente de la Nación en las últimas elecciones nacionales. Los datos centrales de la biografía Bravo describen a un dirigente político íntegro y son bastante conocidos. Pero son menos los que saben que ayer le estalló el corazón a un gran tipo. (Télam)

Reacciones: Muestras de afecto de representantes de sectores diferentes

Dirigentes políticos, artistas, representantes de entidades defensoras de los derechos humanos y funcionarios del Gobierno nacional dieron ayer el último adiós al fallecido diputado socialista Alfredo Bravo. Las muestras de afecto y de dolor se corporizó en personalidades de diferentes signos políticos y de una gran mayoría de legisladores de ambas cámaras del Congreso.
El ex jefe del Ejército, Martín Balza, fue saludar a los parientes del diputado, mientras que los propio hicieron los presidentes de la Cámara baja, Eduardo Camaño; y del bloque radical, Horacio Pernasetti.
Poco más de un centenar de diputados del justicialismo, del radicalismo, el ARI, de partidos provinciales y de otras bancadas asistieron al Salón de Pasos Perdidos, donde se realizó el velatorio.
El ex presidente Raúl Alfonsín envió una corona de flores; en tanto que también estuvo el ex secretario de Cultura, Carlos Gorostiza. También saludó a los familiares de Bravo, el vicepresidente Daniel Scioli. Una delegación numerosa de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo también asistió para darle el último adiós a un diputado que, como tantos otros argentinos, fue víctima de la última dictadura militar. La diputada del ARI, Elisa Carrió, aseguró que Alfredo Bravo "fue uno de esos políticos de antes que no se quebraron" como sí les ocurrió Carlos Menem o Raúl Alfonsín, aclaró.
También fueron al Salón de los Pasos perdidos el ministro de Educación, Daniel Filmus, quien recordó que cuando él era alumno en la Universidad de Buenos Aires, participó en la fundación con Bravo de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos .
 Por varios años compañera en la APDH, también estuvo la ex diputada frepasista Graciela Fernández Meijide; y el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra; y el ministro del Interior, Aníbal Ibarra. Por su parte, el abogado de Bravo, Juan María Ramos Padilla, se refirió a la pelea judicial que venía manteniendo el diputado socialista contra Gustavo Beliz por una banca de Senador por la Capital Federal. Precisamente, el próximo jueves habrá novedades al respecto.
Por su parte, el distrito Río Negro del Partido Socialista Democrático, también envió un comunicado manifestando su pesar por el fallecimiento del diputado, a quien calificaron como "un maestro y luchador incansable, que cambió el rumbo del socialismo argentino". Jorge Bollero y Néstor Eredjian, firman el documento, en el cuál reflejan momentos clave en la historia de un hombre que honró la política como nadie. Por ello, dicen, "los socialistas de Argentina, renuevan el compromiso en favor de una sociedad más justa y libre". (DyN/Télam)

   
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