Venció con autoridad a Cobreloa y dio un paso muy importante hacia las semifinales.

Battaglia, Delgado, Cascini y todo Boca festeja con Guillermo Barros Schelotto, autor de los dos goles ante el Cobreloa.

Boca llegó al desierto de Calama con el objetivo de lograr un buen resultado. Y vaya si lo fue. El 2-1 como visitante del Cobreloa no hace más que pensar en que el equipo argentino está cada vez más cerca de las semifinales de la Copa Libertadores y, probablemente, de Ríver, que también está al frente en su serie.
Había arrancado como para aburrir a todos, con una salvedad: Carlos Tévez metió una gambeta de otro partido y todo Calama comenzó a temblar.
Fue la única jugada desequilibrante de esos primeros instantes. Nada del otro mundo, claro. El resto, era el Cobreloa con la iniciativa y Boca aguantando lo más lejos posible de Abbondanzieri.
Teniendo en cuenta que se trata de un equipo de Carlos Bianchi, todo hincha de Boca habrá alentado esperanzas para el resto del juego.
Pero apareció Martel y sacudió el desierto. El mediocampista envió un tiro libre frontal para que Luis Fuentes pusiera el frentazo cruzado y bajo. El "Pato" Abbondazieri voló, pero la pelota lo superó.
Sorpresa para Boca. Caía 1-0 en Calama a los 9 minutos. Claro que enseguida, cinco minutos más tarde, apareció nuevamente Tévez. Primero se sacó a dos rivales de encima y luego metió el pelotazo. Justo, preciso, limpio. Para que entrara muy solo Guillermo Barros Schelotto. Tan solo estuvo que tuvo todo el tiempo del mundo para acomodarse y buscar el rincón del arco de Tapia.
Empate rápido. Tranquilidad para todo Boca con el 1 a 1. Y a volver a empezar de cero…
Otra vez fueron los locales los más ansiosos para llegar al arco adversario. Pero ahora tenían a su mejor jugador, Martel, rodeado por volantes de Boca y sólo podía intervenir con chispazos. Cuando el creador de los chilenos consiguió la pelota, el Cobreloa era otro equipo. Casi lo mismo que cuando la tocaba Tévez, aunque el de Boca era, incluso, más discontinuo.
Así el partido se hizo cada vez más trabado y luchado. A medida que pasaban los minutos, el partido le caía mejor al equipo de Bianchi. Tévez y también Delgado jugaban cada vez más retrasados y el único que quedaba de delantero neto era el "Melli". Boca daba la sensación de manejar el partido. Incluso, cuando se decidió a encarar a fondo en un par de contras, el Chelo hizo explotar el travesaño y Tapia se la sacó apenas a Tévez.
Claro que faltaba la jugada sensacional de Tévez, que arrancó en la mitad de la cancha, se sacó a un rival de encima con una gambeta y a otro con un pique corto mortífero. Y cuando le salió Tapa la tiró por arriba, pero rebotó en el travesaño. Barros Schelotto, que entraba solo por el medio del área puso la cabeza. Golazo para el 2-1. Boca se traía un triunfazo del desierto. Encima, a los 35 la pelota le pegó en un brazo a Schiavi. Penal. ¿Nuevo empate? No. El fortísimo remate de Martel fue rechazado por Abbondanzieri, quien cerró así otra noche soberbia, con atajadas clave para que Boca se trajera un triunfazo de una cancha por demás difícil.
Ahora a Boca lo espera el torneo local y la semana que viene la revancha con Cobreloa.

El "Melli" le apuntó al árbitro

Guillermo Barros Schelotto cortó los festejos en el estadio Municipal de Calama para hablar con la prensa. Y allí sacó a relucir su disconformidad con el árbitro brasileño Marcio Rezende, al apuntar que "los chilenos se cansaron de pegar y nunca cobró nada".
El mellizo se quejó porque "Rezende hizo pocos méritos en los últimos tiempos para dirigir estos partidos, pero igual se los siguen dando".
Sin embargo, pese a ese manfiesto fastidio, el autor de los dos goles de la victoria de Boca y una de las figuras de la noche junto con Carlos Tévez, se permitió una humorada en el final de la charla con el grupo de periodistas, seguramente producto de sus anotaciones y la victoria boquense: "Pero con los que juegan al fútbol no se puede", ironizó.