Intentan minimizar el daño

El robo de un millonario botín de las FARC por parte de 147 militares colombianos, cuyo caso fue denunciado por el propio Ejército, pudo poner a tambalear la imagen de las Fuerzas Armadas, aunque una astuta maniobra del gobierno conjuró esa amenaza El episodio, considerado como el peor escándalo de corrupción en la reciente historia de las Fuerzas Militares, fue dado a conocer el lunes por el jefe del Ejército, general Carlos Ospina, quien acusó en público a tres oficiales, 16 suboficiales, 21 soldados y otros 107 uniformados de haberse apoderado de una gruesa suma de dinero de los rebeldes aún sin determinar, en el desarrollo de un operativo.

El jefe militar dijo que discutió el tema con el presidente Alvaro Uribe, quien "de una manera muy franca y sincera" le dijo que debía seguir adelante e informarle el caso a la opinión pública. "La gente confía en nosotros, y nosotros no la vamos a defraudar. No voy a permitir que eso suceda y todo el que esté involucrado tendrá que responder ante la Justicia", enfatizó.