Miércoles 21 de mayo de 2003

 

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NUEVO PRESIDENTE: Kirchner armó un gabinete a su medida y con un toque bonaerense

  Condicionó fondos para la obra pública
  Pide mesura y afirmó que no habrá grandes medidas. Perdió la Secretaría de Obras Públicas. Sus objetivos básicos son mantener el dólar en 3 pesos y priorizar el superávit primario.
  Buenos Aires (ABA).- Lo primero que Roberto Lavagna deja en claro al ser confirmado como ministro de Economía y Producción es que no se planificó todavía ningún mega plan de obras públicas. Y subraya: no hay precisiones en cuanto al monto que se invertirá en infraestructura pública, y mucho menos de cómo se financiará.
Este mensaje responde, según sus allegados, a la disconformidad del ministro por haberle retirado de la órbita de Economía la secretaría de Obras Públicas que pasa a ser ahora un nuevo ministerio.
Lavagna reconoció que Néstor Kirchner necesita una medida simpática para ganar la legitimidad que le escamoteó Carlos Menem al bajarse del ballottage, pero aseguró que el Gobierno electo optará por la mesura para hacer bien las cosas.
Habrá que esperar ahora, si el nuevo ministro de Planificación, Julio De Vido -el ejecutor del gran desarrollo de la obra pública en Santa Cruz- tomará en cuenta la austeridad que le quiere imprimir Lavagna o utilizará su fuerte llegada a Kirchner para desarrollar sin condicionamientos su tarea. (Ver pág 8)
Según Lavagna, para hacer bien las cosas se necesita tranquilidad. Se lo ve aplomado, hasta seguro. Fue el único que no tuvo que esperar hasta el martes la confirmación de Kirchner para saber que seguiría siendo ministro. De hecho, Lavagna estaba ratificado aún antes que el Presidente. Será, entonces, el primer ministro de Economía que se hereda a sí mismo. "Eso tiene sus riesgos, no le puedo echar la culpa a nadie por la pesada herencia", dice, y ríe.
Se queja de la insistencia de los medios por sostener que el panorama económico será ahora más difícil: "Nunca un economista planea para el corto plazo. Creer que desde aquí se trabajó solo para la transición es una tontería. Nuestra función era también dejarle al siguiente una economía medianamente ordenada". Claro: el siguiente también será él.
Personalmente, es tan moderado como promete será su política cuando de una vez por todas asuma el nuevo gobierno, el próximo domingo. Avisa que no se deben esperar grandes medidas. Y se vuelve a reír cuando se le repregunta por un supuesto plan de obras públicas que insumirá entre 4 y 8 mil millones de pesos. No hay nada de eso. Al menos nada ya definido. Las charlas que tuvo con Kirchner fueron apenas conceptuales, y no se tiraron sobre la mesa cifras definitivas. El Gobierno electo evitará los grandes conflictos, pero también las medidas demagógicas.
El una primera etapa, el ministro tiene dos prioridades: mantener el dólar en torno a los 3 pesos y sostener las cuentas fiscales en orden para priorizar el superávit primario. Se divierte: tal vez sea el primer ministro de la historia argentina que debe luchar para que suba el dólar.
En setiembre tendrá que sentarse nuevamente con el FMI para reestructurar los pagos de la deuda externa y quiere llegar a esa fecha fortalecido. Espera una dura discusión en torno a la expansión monetaria, con los objetivos de controlar el dólar y aumentar la liquidez.
Por otro lado, se le pedirá a los acreedores privados un mix de quita y plazos más largos para cancelar deudas. Según el ministro, es posible que se cuestione en los foros internacionales el carácter de deudores privilegiados de los organismos multilaterales de crédito. Pero no le importa demasiado: la situación económica argentina no es comparable a ninguna otra.
Tal vez, eso sí, Lavagna conceda un ajuste en las tarifas de los servicios públicos privatizados de alrededor del 10%, para calmar algunos ánimos.
Sin embargo, se apura a especificar que los niveles de aumentos reclamados por las privatizadas son "injustificados y sin sustento".
"Podemos salir, estamos en camino", subraya el ministro, convencido. No promete ninguna fórmula mágica, con índices de crecimiento de la economía del 10 por ciento anual, pero garantiza un índice que rondará entre el 4 y el 5 por ciento. Aunque sabe que esa meta dependerá en buena parte, más que de cuestiones económicas, del panorama político; en especial, de cómo sea su relación con el nuevo presidente y con el viejo Congreso.
"Mi relación con diputados y senadores siempre fue complicada. Pero espero que ahora dejen actuar a la nueva gestión, que no pongan palos en la rueda", ruega.
Es que varios de sus planes de reforma deberán concretarse mediante leyes, que necesitarán el respaldo legislativo. Espera, entonces, que el peronismo sepa cómo unificarse y tirar todos para el mismo lado.
La relación entre Lavagna y Kirchner, en cambio, tiene menos antecedentes. De hecho, Kirchner es el gobernador que tuvo menos relación con el ministro, porque Santa Cruz no tenía ni tiene grandes problemas financieros y al patagónico se lo veía poco por el Palacio de Hacienda haciendo reclamos.
Sin embargo, desde hace un mes que Lavagna remite casi exclusivamente a Kirchner, con el visto bueno de Eduardo Duhalde, por supuesto.
Así fueron construyendo una tibia amistad, apurados por los acontecimientos. Y, según el ministro, se encontraron parecidos. De esa dupla dependerá en buena medida el futuro de la Argentina.

De la mano de los genéricos

El sanitarista Ginés González García, confirmado para estar al frente de la cartera de salud, será uno de los dos ministros que ejercerá la continuidad en el cargo tras el cambio de presidente.
Médico cirujano, de 56 años, llegó a la política de la mano de Antonio Cafiero, durante su gobernación bonaerense, en 1987. Durante esa gestión no logró imponer su proyecto de medicamentos genéricos. Lo logró quince años después, cuando en el 2002 fue convocado por Duhalde para la cartera sanitaria nacional.
La ley de medicamentos para que se prescriba al remedio por nombre del principio activo (mal llamado genérico) con el fin de que haya más competencia, es considerada su mayor conquista. Chocó con fuertes lobbies empresarios del sector, pero consiguió imponer su proyecto. Meses atrás lanzó el programa Remediar, destinado a suministrar medicamentos gratuitos a los sectores más humildes. Es autor y coautor de más de 400 artículos científicos y libros de especialidad sanitaria, entre los que se encuentran "Más Salud por el mismo Dinero". (DYN)

   
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