Duhalde encara sus últimos días como primer mandatario de la Nación.

BUENOS AIRES- Con aciertos y errores que marcaron su gobierno, el presidente Eduardo Duhalde entregará a su sucesor Néstor Kirchner el próximo 25 de mayo un país alejado de las llamas de diciembre de 2001, pero con varios frentes de conflicto abiertos que obligarán al santacruceño a demostrar desde el inicio de su gestión su capacidad como piloto de tormenta.
Kirchner recibirá una Argentina que despunta algunas señales de recuperación tras cuatro años de recesión consecutivos, con sectores económicos que esbozan una tibia reactivación, pero a la vez con altísimos niveles de desempleo, pobreza e indigencia y un mercado interno deprimido por el derrumbe salarial que ocasionó la devaluación.
Duhalde fue proclamado por la Asamblea Legislativa para completar el mandato que dejó trunco Fernando de la Rúa el 2 de enero del 2002, con la encomendada misión de sacar al país de una crisis de dimensiones tan profundas que en sólo días arrasó con cuatro presidentes que desfilaron por la Casa Rosada.
Con el peso del default declarado por el puntano Adolfo Rodríguez Saá, Duhalde llevó adelante una gestión errática en los primeros meses del 2002, durante los cuales tuvo que pelear contra varios frentes para poder estabilizar un país que se encontraba como un barco a la deriva.
Como características centrales del mandato duhaldista, sobresalen el perfil productivista que buscó imprimirle a su gobierno en contraposición al modelo neoliberal de los "90, un nuevo estilo en las relaciones internacionales con el que le puso fin al alineamiento automático con los Estados Unidos impuesto por el menemismo, una conflictiva relación con el Fondo Monetario Internacional, los vaivenes con la Corte Suprema por la redolarización de los de- pósitos y una lucha sin cuartel por sacar de la escena política a Carlos Menem.
En su primera semana como presidente, Duhalde debió tomar una de las medidas más polémicas y traumáticas de su gobierno: la devaluación y la posterior pesificación asimétrica instrumentada por Jorge Remes Lenicov, su ministro de Economía en ese entonces, también autor del corralón financiero. La primera parte del gobierno duhaldista transcurrió en medio de un clima social caldeado, con escraches a políticos que se repetían casi a diario, marchas y manifestaciones de ahorristas en reclamo por sus depósitos atrapados en el corralito y protestas piqueteras que fueron transformando poco a poco la fisonomía de la ciudad hasta convertirla en un virtual campo bélico.
En esos primeros meses, Duhalde estuvo cerca de correr la suerte de su antecesor Rodríguez Saá, entre otros motivos, por la resistencia que su administración generaba entre las autoridades del FMI que no parecían dispuestas a otorgar ayuda financiera a un gobierno de transición que despertaba más dudas que certezas.
El "Acuerdo de 14 Puntos" que firmó en abril del 2002 con los gobernadores peronistas -que en esencia sólo se trató de una ratificación de la voluntad argentina de reintegrarse al mundo y encaminar la negociación con el FMI después de algún amague presidencial de patear el tablero- salvó a Duhalde de repetir ese final.
Con la firma del acuerdo con las provincias entró en escena Roberto Lavagna para hacerse cargo del Ministerio de Economía, tras el fracaso de la gestión de Remes Lenicov.
Lavagna logró con su estilo mesurado que la economía argentina comenzara a dar señales positivas después de cuatro años consecutivos de recesión, que quedaron reflejadas en los últimos meses con el aumento de la recaudación y la tibia reactivación de algunos sectores. (DyN)

La última semana como presidente

BUENOS AIRES- El presidente Eduardo Duhalde se prepara por estas horas para vivir su última semana en el poder.
La actividad presidencial que genera más expectativa es la reunión que mantendrá con el presidente electo, Néstor Kirchner, probablemente mañana, una vez que el santacruceño regrese de su provincia.
Duhalde tiene por delante una agenda nutrida que cumplir en los últimos siete días que le esperan como Presidente de la Nación, aunque todas las actividades que figuran en la agenda del área de Ceremonial están "a confirmar".
Hoy el primer mandatario arrancaría la semana con un viaje a la localidad bonaerense de San Miguel del Monte, donde tendría previsto participar de un acto con autoridades municipales.
Si bien no está confirmado oficialmente, Duhalde encabezará también a mediados de semana la última reunión del gabinete nacional, donde se terminarán de cerrar algunas cuestiones formales pendientes antes de entregar el Gobierno, pero que, en rigor, será una oportunidad óptima para la despedida.
El jefe del Estado también tiene previstas para la semana participar de una serie de reuniones de despedida con distintos colaboradores.
La actividad que sí ya figura "en firme" en la agenda presidencial es la mega cena que Duhalde ofrecerá un día antes del traspaso del mando, el sábado 24 por la noche, para todos sus funcionarios en la residencia de Olivos.

Renunció un fiscal

San Luis (Télam).- El fiscal de Estado de San Luis, José Samper, renunció a su cargo y la dimisión le fue aceptada por el Poder Ejecutivo provincial.
La noticia no provocó sorpresas en el ambiente político provincial, ya que el funcionario había sido criticado por integrantes del gabinete del gobierno de San Luis por su desempeño. Dirigentes locales cuestionaron el acercamiento de Samper con referentes de Néstor Kirchner, teniendo en cuenta que el fiscal de Estado integra las filas del Movimiento Nacional y Popular. Samper denunció una campaña mediática en su contra por parte de medios como El Diario de la República y la radio FM Lafinur. En este sentido, el fiscal denunció al periodista de esos medios, Daniel Miranda, por haberlo intentado extorsionar "para escribir y hablar bien de él", afirmó.