Domingo 18 de mayo de 2003 | |||
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Duhalde se esfuerza por encolumnar al peronismo detrás de Kirchner | ||
Pidió al PJ "seguir a su presidente" en la gestión. El menemismo también bajó el tono de la crítica. Postergan la negociación por el futuro gabinete. | |||
"Hoy el justicialismo debe seguir a su presidente", dijo Duhalde. La frase contiene la significación política más fuerte para Kirchner, que por un lado intenta y exige gobernar sin la omnipresencia del duhaldismo. Pero por otro sabe que sin ese sector y sus alianzas con una porción del radicalismo, estos meses por venir serán inquietantes, por lo menos en el Congreso. El ministro de Economía, Roberto Lavagna, lo sabe muy bien, y ya hizo las advertencias correspondientes al ver cómo la orientación legislativa va a contramano de lo que quiere mostrarle al FMI (lo hizo, por ejemplo, al renegar de la prórroga de ejecuciones hipotecarias) Con su apelación al peronismo, Duhalde parece buscar fortalecer a Kirchner, transfiriéndole -junto al traspaso del bastón presidencial- liderazgo político. Y mostrando a la vez un desapego del nuevo presidente para no lesionarlo, bloqueando el mayor argumento de los críticos de Kirchner: la dependencia Kirchner-Duhalde. Ayer, el presidente se mostró convencido de que el santacruceño obtendrá durante su gestión un respaldo "excepcional" de parte del Parlamento. Duhalde reclamó que justicialismo se encolumne "detrás del presidente electo" como lo ha hecho siempre con cada gobierno de ese partido, y confió en que Kirchner obtendrá el apoyo del justicialismo, "porque es una característica nuestra de dotarle a quien gana de la posibilidad de gobernar". Como forma de dar un paso al costado, el presidente sostuvo no peleará por cargos partidarios o en el Ejecutivo en la nueva gestión. (ver página 5) En tanto, como anticipó este diario, ya hay puentes tendidos desde el duhaldismo al menemismo en el Parlamento. Ese sector anticipó su apoyo a las leyes impulsadas por la próxima administración, siempre y cuando "tengan que ver con la estabilidad económica, el desarrollo económico y la seguridad jurídica". El senador Eduardo Menem confió que su hermano y ex candidato presidencial "nos dio instrucciones de que apoyemos todo aquello que tienda" a sostener esos objetivos, y dijo que tendrá una "actitud constructiva". En tanto, Kirchner pasa el fin de semana en su provincia delineando los detalles de la sucesión en la gobernación, que pasará a manos de Héctor Icazuriaga, y el armado del futuro gabinete. Por su parte, el ex jefe de campaña kirchnerista, Alberto Fernández, insistió en que habrá que tener "un poquito más de paciencia" para saber quiénes serán los futuros ministros, nombres que -según expresó- definirá "únicamente" el santacruceño. En esa línea, aseguró que las primeras medidas de su gestión estarán destinadas "a consolidar la reactivación económica y la promoción del trabajo", y subrayó que se buscará un gobierno de "mucho consenso". Gustavo Beliz, que coordinó los equipos técnicos durante la campaña electoral, expresó que el objetivo de la futura administración "no va a estar dado tanto en la generación de anuncios espectaculares, cholulistas o rimbombantes que puedan generar falsas expectativas". Al mismo tiempo, el gobernador bonaerense Felipe Solá dijo no haber sido consultado por Kirchner para el nombramiento del futuro encargado de la seguridad en el ámbito nacional, y también negó que le haya sugerido un nombre para el cargo. De todos modos, consideró que quien sea nombrado "no tiene por qué haber nacido o militado en la provincia de Buenos Aires", sino que "debe conocer bien la importancia de la problemática de seguridad en el conurbano". |
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