Miércoles 7 de mayo de 2003

 

Una cierta lentitud

 

Análisis

  Lento de reacciones, sin los reflejos de antaño.
Esos reflejos que a lo largo de la transición siempre le permitieron tener la iniciativa en la política rionegrina. Y desde ahí, construir y reproducir poder.
Este es un diagnóstico mínimo que se extrae de la observación de cómo se mueve el radicalismo rionegrino en el camino a las elecciones generales de la provincia.
El partido está en campaña, es cierto. Pero por primera vez en años arrancó con la mochila cargada de temas a medio resolver. Situaciones que al demorarse su resolución, adquieren su propia dialéctica. Y que pueden acarrearle problemas al partido hacia adentro y hacia afuera.
Así, el diagnóstico mínimo en cuestión dice lo siguiente:
* La fórmula del radicalismo -Miguel Saiz / Mario De Rege- hace seis meses que está designada y que recorre la provincia. Lo hace en soledad. ¿Por qué? Porque por debajo de ella no cerraron las listas para cargos electivos, desde concejales a intendentes, pasando por legisladores provinciales y diputados nacionales. Consecuencia: en campaña, el partido no muestra un conjunto de candidatos tirando hacia el mismo rumbo. O sea, una estructura de intereses accionando espalda con espalda en dirección a un único destino: la urna. Esta carencia permite que a lo largo de sus periplos, la fórmula gire en el vacío. No porque no tenga respaldo dirigencial en cada pueblo, sino porque deambulando sola aparece huérfana de un concepto amplio de lo que es una propuesta de gobierno. Está la cabeza. Falta el cuerpo. Y todavía resta trenzar mucho para armarlo.
* A este déficit se suma otro: la personalidad de Saiz. Es un político de perfil reflexivo, hoy renuente a acelerar el paso en función de resolver. Elude, por caso, asumir un grado de protagonismo significativo en el sistema de decisión que dibuja las listas. Toma así distancia de un tema que le concierne directamente, porque de esas listas emergerá el conjunto del poder político-institucional del radicalismo, gane o no la gobernación.
* Y estos déficit no se expresan en un escenario fácil para el radicalismo. Mucho menos cuando el PJ rionegrino es hoy sinónimo de organización y disposición al combate.
En fin, correligionarios "lentejas" de reflejos, al decir de los pibes.
   
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