Domingo 4 de mayo de 2003

INUNDACIONES: Bajó el agua, pero todavía hay 34.000 evacuados

 

Fuertes pérdidas para una importante zona agropecuaria

 

Se habla de más de u$s 400 millones en pérdidas. Hay bajo agua un millón y medio de hectáreas de producción de soja. La cuenca lechera perdería millones de litros.

 
Considerando los rendimientos de la zafra de soja, la producción santafesina perdería unas 500/550 mil toneladas de grano.
Casi 20 años después de que el noroeste bonaerense desapareciera literalmente bajo las aguas, arrastrado por los desbordes del Río Quinto y compartiera la crisis hídrica con el sudeste santafesino, el noreste de La Pampa y el centro este de San Luis, la historia se repite a causa, esta vez, del Salado.
Por el momento, aunque apenas estimadas por la imposibilidad de relevar los campos inundados, las pérdidas son multimillonarias. Precisamente, funcionarios gubernamentales reiteraron que las pérdidas rondarían más de 400 millones de dólares, aunque desde el sector productivo provincial se consideró que esos quebrantos "como mínimo se duplicarán" debido al importante hectareaje en producción rural que quedó bajo las aguas.
De es modo, chacareros y dirigentes provinciales salieron al cruce de las declaraciones del ministro de Agricultura de Santa Fe, Ricardo Fragueiro (había dicho que eran dos millones de pesos en pérdidas), y manifestaron que más de un millón de hectáreas sembradas con soja están bajo el agua, así como tambos y unos 3,5 millones de cabezas bovinas, a causa del desborde del río Salado.
Estos guarismos los brindaron dirigentes nucleados en la Federación Agraria Argentina (FAA), al señalar que "alrededor de un millón y medio de hectáreas sembradas con soja se encuentra bajo las aguas", por lo que consideraron que "se perderá aproximadamente el 70 por ciento" de la zafra de la oleaginosa de esta campaña y subrayaron que las proyecciones oficiales "como expresión de mínima, se duplicarán".
Además, como es sabido, Santa Fe tiene la cuenda lechera más importante de América Latina. Por el desastre de las inundaciones, corre riesgo de perder millones de litros de producción (ver aparte) Es que el ganado en ordeñe arrojaba menores rindes productivos en alrededor del 70% de su potencial, debido a la imposibilidad de alimentarse de los animales, según datos de productores.

La historia se repite

A mediados de la década del "80, más de 6 millones de hectáreas quedaron bajo el agua solo en Buenos Aires y por empatía con sus pares de Córdoba, Santa Fe y La Pampa, desde entonces la erosión viene haciendo estragos en el cuadrilátero que no pocos llaman de las Bermudas, en versión libre y con una cara más.
Allí desapareció todo, incluyendo a los políticos en campaña y desde aquellos días, cuando por primera vez se recorrieron rutas y campos en lancha, la situación se repitió cada vez que conjugaron tiempos las lluvias, los tornados y imprevisiones en tareas de infraestructura.
Esta vez no fue la excepción, con el agravante que la durísima crisis que soporta Santa Fe en casi la totalidad de su territorio corre riesgo de agravarse más aunque las aguas comiencen a bajar. En algún punto no lejano del dramático escenario que se vive hoy allí, el Salado y el Río Quinto podrían encontrarse en alguno de los desesperados escurrimientos a que se está apelando por estas horas. Podría decirse que un frágil terraplén los está acercando peligrosamente. Nadie pudo en 20 años evitar la repetición de escenas que casi parecen costumbristas cada vez que ocurren. Como si fueran parte de un paisaje desolador al que vertiginosamente los argentinos nos estamos acostumbrando.
Por si los números del quebranto económico no alcanzaran para cuantificar la crisis actual, tampoco hay que perder de vista el efecto dominó que esa situación está provocando sobre las economías regionales, donde las reservas minifundistas son mínimas o casi nulas para pelearle a la invasión de las aguas.

Debacle en la cuenca lechera

En la zona que deja la mayor afluencia de leche fluida que consume el país y abastece a las usinas nacionales y a las principales cooperativas sectoriales de Argentina, el crecimiento en más de siete metros de la cota normal del Salado, provoca que los vacunos en ordeñe rindan entre el 50 y el 60 por ciento menos de su productividad histórica. Dicho en otros términos, la producción láctea del país amenaza con reducirse por causas normales: un animal que produce leche debe alimentarse y en este momento no cuenta con pasto ni raciones adicionales y deja como respuesta menor cantidad de litros de leche en cada uno de los dos ordeñes diarios que deben practicarse. Además, el tiempo promedio estimado de estabilidad -o vacuno en pie- sin alimentación, se reduce a unas 24/48 horas promedio. De cara a esa situación, la merma productiva que se preveía para el tambo en este otoño -según relevamientos de Agronomía, la UBA y las cuencas lecheras del país- se profundizará en tanto no mejoren las condiciones climáticas, así como las perdidas en el sector tambero, para las cuales ya se había estimado un recorte sustancial para este otoño. (DyN)

   

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