Martes 27 de mayo de 2003
  Pymes, Internet y notariado
 

Por Gastón A. Zavala

  El próximo 2 de junio comenzará a regir en España la ley 7/2003, sancionada el 1 de abril del corriente año, la que crea la Sociedad Limitada Nueva Empresa o simplemente Nueva Empresa, como se la denominó en el seno del gobierno ibérico. Se encauza en las directivas de la Comisión Europea, consolidadas en la Carta de la Pequeña Empresa o Carta de Feira y acomete el compromiso de reforzar el espíritu innovador y emprendedor que permita a las pymes afrontar los retos que plantea el mercado único.
Esta innovadora ley es pionera en Europa y en el resto del mundo, a punto tal que "Le Figaro" dedicó hace pocos días un artículo comentando esta novedad, que será tratada ahora en diversos estamentos legislativos del Viejo Continente.
La normativa tiene por objeto estimular la creación de nuevas empresas, especialmente las de pequeña y mediana dimensión, que constituyen la columna vertebral de la economía española y europea en la creación de puestos de trabajo, las que usualmente suelen ser de tipo familiar.
Expone Heering, en su artículo "Las pequeñas y medianas empresas", que la importancia económica de las empresas depende cada vez menos de los efectivos y cada vez más de las organizaciones en red y de las cadenas de producción de las que todo tipo de empresas puede formar parte.
La ley de la Nueva Empresa apunta a allanar las dificultades y obstáculos que cualquier pequeño o mediano emprendedor pudiera sufrir, como elemento o factor generador de riqueza y empleo, generalmente impregnado de formalidades jurídicas, administrativas, financieras, etc.
Ella da origen a un Centro de Información y Red de Creación de Empresas (CIRCE), al cual se podrá acceder mediante Puntos de Asesoramiento e Inicio de Tramitación (PAIT) desde cualquier punto del país, sea en forma personal o a través de Internet. Simplifica, además, la contabilidad empresarial y atribuye una serie de ventajas de índole fiscal.
De acuerdo con las directivas de la Comunidad Económica, se establecen plazos límites para la creación e inscripción de este tipo de especialidad societaria. El término en el cual una persona o grupo de personas (en España se admiten las sociedades unipersonales) que asisten a su escribano con la intención de constituir una sociedad Nueva Empresa no le demandará más de 48 horas. En este lapso, el notario confeccionará la escritura pública que será otorgada por los interesados y previa autorización por él, enviará inmediatamente una copia electrónica de dicha escritura vía telemática al Registro Mercantil (Registro Público de Comercio), el que dentro de las veinticuatro horas desde el asiento de presentación la calificará e inscribirá, comunicando esta situación al escribano autorizante de la sociedad.
De esta manera, aquellos emprendedores que habitualmente dilapidaban su tiempo laboral haciendo trámites ante un sinfín de organismos tributarios, fiscales y administrativos, ya no tendrán que volver a presentarse en esas oficinas, sino que sólo deberán limitarse a un solo acto de presencia para pasar a retirar en menos de tres días su sociedad inscripta debida y formalmente.
Esto no es sólo una muestra de evolución legislativa ni de un adecuado reflejo normativo de una conveniencia económica. Es una muestra de cómo cada sector productivo de un país ordenado trata de aportar su germen específico en aras de un crecimiento sostenido y productivo.
Sabemos que nunca es tarde para empezar ni para retomar la senda correcta. Sabemos que nuestra región, al igual que nuestro país, cuenta con la riqueza natural y humana adecuadas para crecer, para avanzar, para afrontar nuevos desafíos. Hemos sido bendecidos por la mano del Señor, al tener el agua que falta en el mundo, al tener espacios de superficie que en otros sectores del planeta son inimaginables pensar, al tener bellezas inigualables (cordillera, valles, mar, etc.), ganadería, agricultura, pesca, explotaciones mineras, petrolíferas, etc., etc.
Pensemos que siempre es el tiempo de reconducir nuestra pequeña empresa (en el más amplio sentido de la palabra) hacia un mundo mejor, hacia una proyección ideal en la calidad de vida. Sólo hace falta actuar y trabajar con responsabilidad, dignamente, sujetándonos cada uno a lo suyo. Cada uno a lo que mejor sepa hacer. Sólo hace falta creer. Sólo hace falta creer en nosotros.
     
     
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