Miércoles 21 de mayo de 2003
  Otra vez
Chihuido II
 

Por Víctor Peláez

  Somos muchos los que nos hemos expresado sobre el tema Chihuido II, pero creo que no he visto a ningún técnico creíble en hidrología que lo haya hecho. Los que lo hicimos somos personas con algún interés general o particular, medianamente informados y con vocación por los temas que hacen al bienestar general.
Con motivo de las inundaciones en Santa Fe, un periodista televisivo le preguntó al gobernador de la provincia sobre el tema y éste le contestó "que lo sucedido en la provincia hermana se debía a que no habían tomado las debidas precauciones, pero que en Neuquén íbamos a construir Chihuido II".
Ya he expresado que este dique no sirve para controlar medianas o grandes crecientes. El lago que se formaría tendría una capacidad de embalse equivalente al 6% de lo que puede contener Chihuido I y es infinitamente menor al de las cuencas de los Barreales y Mari Menuco. De modo que considero que el gobernador está equivocado al pensar que puede controlar una creciente de regular importancia mediante este dique.
Insisto en que he visto opinar a gente de buena voluntad, pero no a técnicos de relevancia. Por lo que se ha publicado, la Autoridad Interjurisdiccional de las Cuencas de los Ríos Limay, Neuquén y Negro (AIC), consultó al Instituto Nacional de Agua las crecidas máximas probables (CMP) de los ríos Limay y Neuquén y los daños que puede ocasionar en la cuenca petrolera. Este informe se expidió, pero la AIC, de acuerdo con mis conocimientos, no formuló las exigencias que le impone el estatuto que lo rige.
En su artículo 5ยบ inciso "e" dice: "Previo a la autorización para el emprendimiento de obras hidroenergéticas a instalarse en las cuencas, deberá pronunciarse (la AIC) al respecto, teniendo en cuenta el objeto fijado en este estatuto".
Pero lo que no he escuchado aún es que haya emitido su opinión respecto de la utilidad que puede prestar, especialmente, en el control de crecidas. Sería bueno también que opinara sobre las posibilidades de riego, sobre la generación eléctrica, sobre la oportunidad para construir la obra y sobre el costo de la misma.
Quiere decir que en este caso no es suficiente con la voluntad del gobernador, la aprobación de la Legislatura, contar con los 129 millones de dólares que debe aportar la provincia, los 103 millones que tiene que proporcionar la Nación, etc., nada de esto sirve si no se cuenta con la aprobación de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas. Hasta el presente la AIC no se expidió y por lo tanto no cumplió con el estatuto que la rige.
Considero que los ciudadanos del Neuquén tenemos el derecho de conocer el dictamen de los expertos, ya que están en juego muchos millones de dólares y/o pesos y la eficiencia de la obra, ya que si se cometen errores los tendremos que pagar y sufrir todos nosotros.
En particular, me propongo no opinar más al respecto hasta que no lo haga la AIC con los informes científico, técnicos y económicos correspondientes.



(*) Diputado de la Nación
     
     
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