Jueves 15 de mayo de 2003
  Un premio para Hugo Chávez
 

Por Andrés Oppenheimer

  Es hora de nominar al presidente populista de Venezuela, Hugo Chávez, para el "Premio Milton Friedman" al trabajo incansable por la causa del libre mercado y la armonía política en los países en desarrollo.
¡No estoy bromeando! Ningún otro presidente ha hecho más en menos tiempo por arruinar la economía de su país, y por hacer que a ninguno de sus vecinos se le ocurra adoptar las políticas de confrontación social que produjeron una fuga de capitales masiva y el aumento de la pobreza en Venezuela.
Si no fuera por el fracaso de la "revolución pacífica"" de Chávez, lo más seguro es que el presidente izquierdista brasileño Luiz Inácio Lula da Silva hubiera impulsado las políticas populistas que predicó durante los últimos 30 años, según me dijeron diplomáticos extranjeros y políticos durante una reciente visita al Brasil. Y Ecuador y la Argentina probablemente habrían seguido sus pasos.
Toda la región, desencantada con los mediocres resultados del libre mercado de la década de los años 90, hubiera vuelto a las políticas irresponsables que arruinaron a América Latina en la década de los "70. Si eso no ocurrió, es en buena parte gracias a Chávez.
Fíjense lo que ocurrió en Venezuela desde que Chávez asumió el poder en febrero de 1999: declaró que la democracia representativa "no le sirve a ningún país latinoamericano"", proclamó que Cuba es "un mar de felicidad"" y comenzó a hacer cadenas por radio y televisión -que ya suman 1.011 horas, a un promedio de cuatro horas por discurso- culpando a la "oligarquía"" por el deterioro de su país.
A pesar de un enorme aumento de los ingresos petroleros de Venezuela, casi todos los indicadores económicos se desplomaron:
- El Producto Bruto cayó un 8,8% en el 2002 y se proyecta una nueva caída del 10% este año, según la Comisión Económica de América Latina de la Organización de las Naciones Unidas. El desplome venezolano es igual, sino mayor, al de la Argentina, dicen los economistas.
- La fuga de capitales aumentó de u$s 7.200 millones en 1999 a u$s 10.500 millones en el 2002, según datos de la Corporación Andina de Fomento. Desde que Chávez asumió el poder, se fugaron de Venezuela 36.200 millones de dólares.
- Casi 7.000 empresas cerraron sus puertas desde 1998, según anunció esta semana la agrupación de industriales Conindustria. De las 11.539 empresas que había en el país, hoy hay 4.550.
- Las inversiones extranjeras cayeron casi un 90%, de u$s 4.200 millones en 1998 a u$s 496 millones en el 2002, según la CAF. Este año, se prevé una caída aun mayor, según economistas independientes.
- El desempleo aumentó del 15%, cuando Chávez inició su gobierno, al 21% actualmente, según datos oficiales. Para Ricardo Hausmann, ex jefe de economistas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el número de pobres aumentó en 2.5 millones de personas en lo que va del mandato de Chávez.
No es casualidad que, cuando visité Brasil hace pocas semanas, varios funcionarios me aseguraron en privado que el Brasil seguirá una política económica responsable, en parte porque han visto lo que ocurrió en la vecina Venezuela. "El presidente [Lula] rechaza comparaciones con Venezuela"", decía un titular del diario "O Estado de Sao Paulo" el 27 de enero.
De hecho, el Brasil se ha esforzado al máximo por no repetir los errores de Chávez. Lula tomó medidas drásticas para reducir el déficit público, crear un Banco Central independiente y lograr la aprobación del Congreso de reformas al sistema de pensiones y las leyes laborales, que le ganaron aplausos del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del gobierno de Estados Unidos.
Y le está dando resultado: desde que inició su gobierno, el 1ยบ de enero, Lula logró detener la fuga de capitales, bajar el riesgo país y fortalecer la moneda brasileña en un 15%, lo que está haciendo renacer a la economía nacional.
Según la revista Veja, Lula dijo el mes pasado que "no aguanto más a los presidentes latinoamericanos que le echan las desgracias del Tercer Mundo al imperialismo. Eso es una bobería"".
Es cierto que Chávez no es el primero en hacer aumentar la pobreza en nombre de una revolución para los pobres.
El presidente vitalicio cubano Fidel Castro logró hacer caer el ingreso medio de su país al equivalente de u$s 10 por mes (si, leyeron bien), uno de los más bajos del mundo. Pero Castro vive en una isla, y ha prohibido investigaciones económicas independientes durante tanto tiempo que hasta hace poco muchos en América Latina todavía creían que los cubanos vivían bien.
Hay que reconocer que nadie en tiempos recientes ha hecho más que Chávez por la causa del liberalismo económico. Si no hubiera arruinado a su país, el Brasil -que representa más de la mitad del producto bruto de la región- se habría encaminado por la senda del populismo, y arrastrado a gran parte de la región detrás suyo. ¡Gracias, Hugo!
     
     
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