Domingo 4 de mayo de 2003
 

Una apuesta a las relaciones carnales

 

Por Gerardo Bilardo

  Neuquén tendrá relaciones carnales con el gobierno nacional si el 18 de mayo triunfa en las elecciones Carlos Menem. Por el contrario, si en el ballottage se impone el santacruceño Néstor Kirchner el vínculo será frío y distante, como lo ha sido hasta aquí con la gestión del presidente Eduardo Duhalde.
En el discurso pronunciado el 1ยบ de mayo ante los diputados, el gobernador prometió contribuir "al éxito" del futuro presidente de la Nación. Pero no bien se apagaron los últimos aplausos en el recinto, Sobisch les dijo a los periodistas que en segunda vuelta volverá a apostar por Menem.
La aceitada relación del ex presidente con el gobernador es conocida. Entre ambos existen coincidencias de pensamiento y de estilo en la forma de construir y manejar el poder.
Con Kirchner existe, al menos en apariencia, un desierto de distancia. Esa relación poco amistosa quedó reflejada en la campaña electoral cuando el santacruceño, de paso por Neuquén, criticó a Sobisch por su alianza estratégica con las compañías petroleras. "Yo no salí a recorrer España y Europa con funcionarios de Repsol", dijo aquí el candidato a presidente que se medirá con Menem en pocos días más.
Un triunfo del riojano en las urnas, un resultado improbable para los encuestadores que dan favorito a Kirchner, le quitaría presión a Sobisch en el plano interno y en su proyecto de reelección.
Si la guerra interna en el partido provincial aún no se ha declarado se debe, en parte, a que la carrera presidencial se mantendrá en suspenso hasta dentro de 14 días. Y mientras transcurre el tiempo, las especulaciones sobre una fractura en el oficialismo cotizan en alza, aunque a esta altura de los acontecimientos resulta difícil medir dónde está la frontera entre la realidad y la sobreactuación.
Sobisch tuvo una semana dura y no lo pudo ocultar cuando inauguró, el jueves último, las sesiones ordinarias. Con rostro tenso y sin ánimo entusiasta, el gobernador no sorprendió con anuncios. Esta vez no se formalizaron nuevas alianzas estratégicas, no hubo confusas promesas de promoción de industrias con tecnología de punta en materia informática, ni mayores apuestas a la regionalización. Apenas se prometieron abrir dos nuevos centros de esquí en el sur de la provincia y apuntalar la reforma de la Constitución.
Al gobernador le faltaban motivos para festejar. Por ajustada diferencia, en primera vuelta se impuso Kirchner en Neuquén, el MPN volvió a perder la intendencia de Zapala y muchos suponen que en Cutral Co sucederá lo mismo, al igual que en Centenario, donde el partido provincial perdió puntos tras las denuncias formuladas por irregularidades en el manejo de la política de acción social, un caso que hizo caer al caudillo local, el intendente Luis Castillo.
Por estas razones y muchas otras, como la investigación que disparó la cámara oculta del diputado Jorge Taylor que sigue su curso, en la Cámara de Diputados sólo se escuchó un repaso general de una gestión que va cumpliendo su ciclo y que al mismo tiempo prepara el terreno para iniciar otro período en medio de una carrera que será con obstáculos.
Además de las complicaciones políticas que enfrentará el gobierno, se puede sumar en los próximos meses una caída en los recursos del tesoro, producto de una disminución en el ingreso por regalías, a consecuencia de una baja aún mayor en los precios del crudo.
En el mensaje del gobernador faltaron alusiones a medidas adoptadas recientemente, como la devolución del 20% de zona a los empleados públicos que el gobernador dispuso para intentar ganar las elecciones municipales de la ciudad de Neuquén en marzo último, una estrategia que finalmente no sirvió para torcer la derrota en la capital.
Semejante olvido en el mensaje se justifica sólo en la intención deliberada del gobernador de dejar atrás un debate que provocó fisuras en el gabinete cuando se tomó esta decisión de neto corte proselitista.
Precisamente porque en ciudades importantes el gobierno no logra hacer pie, Sobisch se preocupó especialmente en exaltar la presencia de la provincia a través de obras y proyectos que se financian con recursos del Estado provincial, y a subrayar el aumento de la coparticipación municipal, una consecuencia directa del precio del petróleo en el mercado internacional y de la devaluación que provocó inflación y, por tanto, un incremento en la recaudación de impuestos.
De este modo, el gobernador intentó colocarse delante de los intendentes con un subliminal mensaje que podría haber sido redactado de la siguiente manera: "En el interior hay obras y dinero porque yo se los envío".
Pero "Sobisch no está tranquilo", dijo esta semana un vocero del partido, ex aliado de Felipe Sapag y circunstancialmente próximo al gobernador. "Todos están mirando a Jorge Sapag, pero él no se decide y si no lo hace, el miedo paraliza a los demás", confesó esta fuente que está dispuesta a traicionar nuevamente si el pragmatismo político que domina al MPN así lo indica.

Gerardo Bilardo
gbilardo@rionegro.com.ar

     
     
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