Jueves 29 de mayo de 2003 | ||
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Pidieron perpetua para los acusados del crimen | |
El joven procesado reconoció haber asesinado a la víctima al golpearla con una palanca de hierro. La mujer, esposa de la víctima y novia del procesado, está acusada de "dopar" a Sepúlveda Barra. |
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ROCA (AR).- Hoy se cumplen dos años de un macabro hallazgo protagonizado por un chiquito. Mientras iba en su bicicleta por un camino de chacras, vio cómo un perro vagabundo corría con una cabeza humana en la boca. Al alertar a la policía, se descubrió el cadáver de Héctor Sepúlveda Barra, quien se encontraba desaparecido desde hacía 15 días. Según su mujer Dalila Cares, se había ido a bailar. Incluso, ella pidió por los medios televisivos que volviera al hogar, que estaba desesperada. Pero su situación cambió con el correr de las horas. No sólo se descubrió que Sepúlveda Barra nunca se había ido de la casa para ir a algún baile, sino que se supo que había sido asesinado en la propia vivienda que compartía con la mujer. Y tras interceptar llamadas telefónicas, se detuvo a Juan Carlos Siebenhaar, amante de la mujer quien luego reconoció ser el asesino. Ayer se realizaron los alegatos por este caso, y si prosperan los pedidos del fiscal Edgardo Rodríguez Trejo y la querellante Cecilia Lumelli, ambos podrían recibir una condena a prisión perpetua. El abogado Jorge Crespo, asumió la defensa de ambos imputados. Pidió la absolución por el beneficio de la duda para la joven, y ocho años de prisión para Siebenhaar (ver aparte). La mujer fue acusada de ponerle psicofármacos a la víctima en el café, mientras que Siebenhaar confesó haberla matado de un golpe. El fiscal Rodríguez Trejo señaló varios puntos que, a su juicio, resultan llamativos. "Siebenhaar dijo que cares lo llamó porque tenía dolores de parto. ¿Para qué llevó la palanca para ajustar tuercas de ruedas, con la que dijo haber matado a Sepúlveda Barra?. Tras matarlo, regresó a su casa en busca de su auto, cargó el cuerpo, pasó frente a la caminera de Roca, y lo arrojó a un desagüe. Pero lo llamativo es que no se ocupó de la parturienta", señaló. Puso sus dudas en el recorrido que dijo haber realizado Siebenhaar, ya que "es descabellado pensar en pasar frente a la caminera con un muerto en el asiento de atrás". "Mientras se investigaba el caso, Cares daba conferencias de prensa sobre cómo se había ido Sepúlveda Barra. Nada que ver con lo que dijo Siebenhaar, por lo que esto es responsabilidad de ambos", indicó. El fiscal dijo que el suministro de los psicofármacos fue la forma de facilitar la consumación del hecho. La querellante Cecilia Lumelli, destacó que el único que dijo que la víctima tenía un carácter agresivo, fue Siebenhaar. Incluso recordó que el hijo de 12 años de la pareja de la víctima y la procesada, aseguró que la más agresiva era la madre. Que en una oportunidad le sacaron un cuchillo y una tijera con la que quería herir a su padre, y que este estaba muy contento con el embarazo (Siebenhaar dijo lo contrario). Luego, Lumelli se refirió a las llamadas interceptadas. El 19 de julio de 2001, Cares fue a preguntar cómo iba la causa por la desaparición de su marido. Le dijeron que sólo tenían las llamadas entrantes y salientes al domicilio. Al salir del juzgado, Cares llamó a Siebenhaar y le dijo: "estamos mal amor, nos descubrieron por el teléfono. Ahora te van a investigar a vos. ¿Qué hacemos ahora?". "Vos seguí negando todo que voy a ver cómo zafo", le dijo Siebenhaar. "Acordate bien de los horarios", le dijo ella. "Mejor digo que lo conocía (a Sepúlveda Barra), porque si no vamos adentro los dos. Yo me hago cargo de todo", le respondió él. La querellante indicó que "había un plan para matarlo. Siebenhaar ha tratado siempre de desvincular a Cares, pero ella tuvo un rol activo". El defensor Crespo atacó los puntos clave ROCA (AR).- "La conducta de Cares es reprochable, de eso no hay dudas. Pero de ahí, a hacerla responsable de un homicidio, hay un trecho muy grande". Así comenzó su alegato el defensor de Jorge Crespo, haciendo referencia a la aparición en un canal de televisión de la joven, pidiéndole a su marido que regresara cuando en realidad sabía que estaba muerto. Crespo analizó los puntos en contra de la esposa de la víctima. Primero hizo hincapié en las llamadas interceptadas. "No es sospechoso lo que dice Cares. Ella sabía que Sepúlveda Barra estaba muerto. Sin embargo no habló de veneno o cuando lo adormeció. Nada demuestra que Cares participó de la muerte", dijo. Luego hizo referencia a los dichos del testigo Gabriel Quidel, quien en el debate dijo que se había enterado por la madre de la víctima que a Sepúlveda Barra lo habían adormecido. "Es un testigo indirecto, de oídas, no puede ser considerado como prueba", señaló y citó casos similares en que fueron desestimados. Posteriormente analizó la pericia toxicológica realizada al cuerpo de Sepúlveda Barra. "No determina la cantidad de pastillas ingeridas. Además, no existe ningún elemento que indique que Cares introdujo sustancias en alguna bebida que consumió la víctima". "Además -continuó- el diapesam hallado no sólo está en el Valium, sino hasta en jarabes para la tos. Quidel dijo que Sepúlveda Barra se dormía mirando televisión y notaba cambios de conducta. ¿Cómo afirma la fiscalía que no tomaba ningún remedio?", se preguntó. Con respecto a Siebenhaar, descartó que el crimen estuviera organizado. "Si fuera así, no se explica por qué no fue desde el vamos en su auto si sabía que iba a cargar un cuerpo, ni mucho menos que pase frente a la caminera de Roca antes de arrojar el muerto", señaló. "Al no haber elementos que determinen la participación de Cares, no podemos hablar de un crimen premeditado y alevoso". Por eso pidió la absolución para Cares y ocho años de prisión para Juan Carlos Siebenhaar por homicidio simple. |
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