Jueves 22 de mayo de 2003

  Testigo relató el padecimiento y temor de la víctima
 

Fue durante el juicio que se realiza en Viedma contra el ex policía Miguel Angel Basualdo, quien está acusado del crimen de su ex esposa y otro joven. Una compañera de la víctima aseguró que Erica Urrutia le había confesado que le temía a su ex pareja. La testigo habló de maltrato físico, psíquico y sexual, y que ella le había conseguido una casa oficial, donde finalmente ocurrió el doble homicidio. Hoy será el turno de los alegatos.

 
Erica Urrutia no alcanzó a defenderse durante el ataque a balazos ocurrido en el interior de su vivienda y que le causó la muerte.
VIEDMA (AV)- El maltrato físico y psicológico que ejercía Miguel Angel Basualdo sobre Erica Urrutia, quedó evidenciado ayer con los dichos de una amiga íntima de la víctima, en el marco de un lamentable desenlace trágico de violencia familiar y en el que resultaron muertos Erica, de 34 años, y Waldemar Barrientos de 21.
En la segunda audiencia realizada ayer, una de las testigos declaró ante los jueces que Erica era permanentemente acosada física, psíquica y sexualmente por Basualdo, su expareja y hoy procesado por el doble crimen.
Gloria Gilardi, quien se desempeñaba en el área del Ministerio de Coordinación de la provincia y de quien dependía la víctima, relató las confidencias de Erica y el temor que la joven le tenía a su exmarido por las actitudes que éste había mantenido en más de una oportunidad con ella.
En ese marco, Gilardi hasta llegó a recordar que en un momento le advirtió a Erica: "te va a matar", y en un intento por ayudarla, habló con el ministro para que se autorizara a Erica a habitar una vivienda oficial donde finalmente vivía con sus hijos. Dijo que también colaboraron con los compañeros de trabajo para comprar los elementos básicos para un hogar.
Fue en ese lugar donde Basualdo ultimó finalmente a balazos a Erica y a su pareja Waldemar Barrientos.
La testigo, que pidió declarar sin la presencia del imputado, relató confesiones íntimas de la víctima en relación de los padecimientos psicológicos y físicos que sufría por parte de Basualdo, a pesar de estar separados desde hacía tiempo.
Detalló que la perseguía en forma constante, le pedía dinero para sus gastos personales y hasta llegó a arrancarle la ropa con la aparente intención de abusar sexualmente de ella.
Gilardi confirmó también que Erica consultó en Violencia Familiar del hospital Zatti y recurrió a la Justicia para denunciar su situación en un intento por pedir ayuda.
En el trascurso del juicio y en base a lo señalado por el propio Basualdo y su hija, quedó evidenciado que el imputado ingresó al departamento donde ultimó a sus víctimas y que había custodiado durante horas, luego de llevar hasta una de las habitaciones a su hija y advertirle que se quedara en el lugar, que a ella no le haría nada.
Recién allí regresó al comedor donde se encontraban Erica, Waldemar y un amigo de ambos. Tras pedirle a su exmujer que se corriera unos pasos, gatilló justo en el momento en que la joven quedó en un blanco seguro. Después se sucedieron los otros disparos que terminaron con la vida de Barrientos.
Miguel Angel Basualdo fue cesanteado de la Policía en julio de 1994 por haberse negado a cumplir con una sanción de arresto disciplinario. Había ingresado a la institución en el "90, y en esos cuatro años no habría tenido una conducta adecuada para la función de la que finalmente fue separado.
Hoy se escucharán los alegatos de las partes en este juicio que se sigue por el doble crimen de Viedma ocurrido a principios de octubre de 2001.
   
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