El hacinamiento en la cárcel de Roca está al límite

La unidad aloja a 435 internos y hay un solo celador para 100 presos. Hay 44 presos que están alojados en la cocina de la alcaidía. Otros cinco deben vivir en el interior de una cámara frigorífica.

Duermen hasta en los pasillos. El hacinamiento no sólo genera malestar, sino una difícil convivencia entre detenidos y guardias.

ROCA (AR).- Las condiciones infrahumanas en las que conviven los internos de la alcaidía de Roca ha llegado a límites insospechados.

Si bien la superpoblación lamentablemente no es nueva, parece difícil de imaginar que en una cárcel con capacidad para 180 detenidos estén alojados 435. Pero no sólo la falta de espacio es el problema.

Los presos deben soportar además las roturas de calefactores o termotanques por falta de mantenimiento, por lo que es habitual que el suministro de agua caliente no sea el ideal. Y cuando esto ocurre, se debe esperar hasta dos días para que al menos las duchas sean medianamente confortables, especialmente en esta época del año.

La pésimas condiciones de habitabilidad provocan que ante el mínimo problema, los reclamos sean fuertes y siempre se esté al borde de un conflicto mayor.

Pero volviendo al hacinamiento, hay algunos datos que realmente causan estupor. Ante la falta de espacio, se utiliza hasta el último rincón de la cárcel para albergar presos.

Uno de ellos es la cocina. Tiene una dimensión de ocho metros por diez y allí viven 44 internos. El lugar se sigue utilizando para cocinar, por lo que el espacio resulta aún más reducido para los reclusos.

Los domingos se producen las situaciones más caóticas. Al ser el día de visitas, se suelen juntar en ese lugar cerca de 150 personas, entre visitantes y detenidos.

En la vieja caldera están alojados unos 30 internos, y al estar en un subsuelo, los detenidos no tienen ventilación ni mucho menos alguna posibilidad de que entre un poco de luz solar.

Violación de los derechos

Pero lo que parece ser el colmo de la violación de los derechos de los presos es la situación que viven cinco internos, quienes deben purgar sus condenas o procesamientos dentro de una cámara frigorífica.

En total suman unos 75 detenidos los que están alojados en lugares destinados originalmente para otra utilidad. Y es por ello que tanto en la cocina como en l caldera y lógicamente en la cámara frigorífica, no hay baños Lo único que les queda es utilizar el baño de la guardia de la alcaidía. Y si un baño es insuficiente para 75 personas, hay que imaginarse el trastorno que provoca cuando los días de visitas ese número se triplica.

Otros ocho internos viven en la biblioteca y la sala que en realidad debería ser utilizada por los abogados para entrevistarse con sus clientes. Allí tampoco hay baño.

El excesivo número de detenidos, es totalmente opuesto a la cantidad de policías. Tal vez como ejemplo sirva lo que ocurre en los pabellones del ala sur de la cárcel, donde hay un sólo celador para más de cien detenidos.

Pero además del hacinamiento, la falta de elementos indispensables es otra de las falencias de la unidad. Alrededor de 80 detenidos no tienen colchones. Se acuestan en el suelo sobre unas delgadas mantas, y mientras tanto, las noches frías se potencian al dormir sobre el frío piso de hormigón.

"Sólo tenemos un precario control de la situación", dijo escuetamente el jefe de la Cárcel de Encausados, Andrés Capsi.

Y desde los pabellones se esperan las soluciones que tantas veces prometió el gobierno, pero que tardan tanto en llegar como el cumplimiento de una condena.