La historia del crimen que tiene como detenida a una funcionaria de Salud Pública suma datos escalofriantes. La autopsia reveló que antes de morir asfixiado, el recién nacido sufrió una brutal golpiza que duró entre 27 y 30 minutos. Pocos creen que la madre -procesada como autora del asesinato- haya podido concretar sola las acciones. El rol del médico y ex legislador Roberto Sánchez Diego aparece cada vez más cuestionado.

El crimen ocurrió el Día del Niño en una vivienda del Barrio 25 de Mayo de Plaza Huincul. Allí vivía la funcionaria de Salud Pública detenida, justo enfrente de Sánchez Diego.

PLAZA HUINCUL (enviado especial).- El bebé que no tuvo nombre alcanzó a vivir entre 27 y 30 minutos. Durante ese tiempo fue atacado con furiosos golpes en el cráneo. Al cabo, su muerte llegó por asfixia mecánica, posiblemente por la introducción en la boca de un objeto que podría ser la punta de una toalla.
Así lo revela una autopsia realizada en Neuquén por el forense Carlos Losada y que resultó determinante para descartar las primeras hipótesis, que estimaban que la muerte había llegado sólo por los brutales lesiones que el chiquito recibió en la cabeza.
El crimen del pequeño -que pesó cuatro kilos- se produjo el 11 de agosto del año pasado en una vivienda del barrio 25 de Mayo de Plaza Huincul. Y por el mismo está detenida su mamá, Marcela Inda Ruiz, de 30 años, funcionaria de la Subsecretaría de Salud de la provincia hasta el momento del asesinato.
La causa, elevada a juicio el año pasado, exuda sospechas y la única procesada es la mamá del pequeño, a pesar de que en el escenario del crimen (durante el asesinato o cuando ya se había consumado) desfilaron cuatro personas mayores, según estiman fuentes allegadas a la investigación. Entre esas personas está el médico Roberto Sánchez Diego, amigo, jefe, y vecino (vivían enfrente) de la presunta autora del crimen, quien permanece presa y en silencio.
Homicidio con alevosía, agravado por el vínculo, es el cargo contra la mujer que está detenida en Neuquén y que será juzgada en Zapala.
El director del hospital de Cutral Co, Néstor Ormaechea, reveló a "Río Negro" una parte importante de los sucesos que siguieron al macabro crimen del chiquito sobre cuya pequeña existencia no se ahorraron horrores.
Ormaechea describió el paso a paso de un domingo que sabe no olvidará nunca. "Sánchez Diego me dijo que había confundido al bebé con un muñeco", relató el pediatra durante una entrevista con este diario (ver aparte).
La investigación periodística permitió determinar que durante la trágica siesta del 11 de agosto -día del Niño- Sánchez Diego llamó pidiendo asistencia para Marcela Inda Ruiz a dos hospitales, al de Huincul y al de Cutral Co, con distintas explicaciones, pero no la llevó a ninguno. Fue a una clínica privada de Cutral Co, aunque en la ambulancia del hospital de Plaza Huincul. Toda una rareza, que sólo se justifica porque era el jefe de todas las reparticiones de salud pública de ambas ciudades.
Cuando en la clínica advirtieron que había un delito, la parturienta fue trasladada al hospital de Cutral Co, pero en otra ambulancia. Sin embargo, el médico Sánchez Diego no fue al hospital sino a la clínica y en sus manos llevó una bolsa con el cadáver del bebé que, dentro del baño de la casa, había confundido con un muñeco, tal fue su insólita explicación. De acuerdo a lo que pudo reconstruirse, el profesional llamó a Huincul diciendo que había una mujer descompuesta y a Cutral Co contando que la chica tenía una pérdida. Y luego fueron a la clínica.
"Hasta donde yo estuve no se descarta la participación de otra persona, se la acusa a ella (por Marcela Inda Ruiz) pero si así fuera no pudo hacer todo sola, yo tengo mi propia interpretación pero no me corresponde ni debo decirla", afirmó Christian Sala, quien defendió a la mujer durante los dos meses que siguieron al crimen.
El abogado contó que el chiquito alcanzó a vivir entre 27 y 30 minutos, durante los cuales cree que hubo más de una persona en el escenario del crimen, que se cometió en el baño de la casa donde vivían Marcela con su hija y su mamá, Manuela Ruiz.
"La pericia fue muy precisa", afirmó Sala, quien se excusó de dar más detalles sobre la causa. El fiscal y el juez de la instrucción, Santiago Terán y Mario Tomassi, coincidieron oportunamente en que la mujer no pudo haber actuado sola, y el primero -más que sobre Sánchez Diego- trasladó las sospechas a la madre de Marcela. Fue precisamente Manuela quien pidió auxilio al ex diputado sobischista, quien por entonces era jefe de la Quinta Zona Sanitaria de la provincia, el cargo político más importante al que se puede aspirar en Salud. El médico, que actualmente está frente del departamento de Medicina Laboral de la Subsecretaría de Salud, cruzó detrás de su esposa y luego hizo las curiosas llamadas a uno y otro hospital.
Durante el tiempo que estuvo atendiendo a la parturienta, Sánchez Diego, dice no haber advertido el parto, y de hecho -según Ormaechea- ni siquiera admitió haberse percatado del embarazo de nueve meses. El médico era el número uno de la Zona Sanitaria y la mujer la número dos: ambos compartían la jornada laboral, además de una fluida relación de familias.
Un funcionario judicial explicó a este diario que el solo hecho de haber trasladado un cadáver es un claro encubrimiento. "Si usted va por la calle y se encuentra con un cuerpo con signos claros de un asesinato ¿Qué hace? ¿Lo guarda en una bolsa y lo lleva al hospital o llama a la Policía? Y si entra al baño de una casa que ni siquiera es la suya y encuentra un cadáver escondido ¿qué se le ocurre que puede hacer..?", fue elocuente el funcionario. Las fuentes consultadas por este diario no descartan que el pequeño -del que no se conoce al padre porque no se realizó un ADN- fue asfixiado porque sus llantos "han de haber sido infernales", estimó un obstetra. En el expediente no figura ningún testimonio que recuerde llantos o gritos durante aquel siniestro Día del Niño.

Una relación "poco feliz"

PLAZA HUINCUL (enviado especial).- Entre las muchas versiones que sobrevuelan el crimen del bebé de Plaza Huincul están las presuntas presiones sobre los testigos y la enemistad entre Ormaechea y Roberto Sánchez Diego. El pediatra respondió sobre los dos casos.
- ¿Ha recibido presión por este tema?
- Ciertamente, no.
- ¿Tiene o tenía algún tipo de relación con Sánchez Diego?
- Sí, sí, tenía una relación de muchos años, de colegas, y en su momento también participamos juntos en política dentro de una misma lista en Plaza Huincul y después una relación como director de hospital y él como jefe de Zona, que no fue muy feliz realmente, pero sin animosidad ni de enemigos.
- ¿Qué es una relación poco feliz?
- Una relación con algunas interferencias.

El curioso recorrido de la madre

PLAZA HUINCUL (enviado especial).- Una de las dos personas que llevó a Marcela Inda Ruiz desde su casa hasta la clínica de Plaza Huincul confesó que "no sabíamos a qué íbamos, sabíamos sí que el pedido había sido del jefe de Zona (por Roberto Sánchez Diego)".
La fuente contó que la mujer salió caminando y que "se la llevó de manera normal porque era evidente que no era algo grave". Desde el nosocomio de Plaza Huincul admitieron que ir a Cutral Co tiene que estar justificado, pero en este caso no hubo muchas preguntas por el hecho de que el llamado había sido de un jefe.
Ya en la clínica, "estuvimos un ratito, saludé porque había personas conocidas, y cuando salimos el doctor dijo algo medio confuso como que había sido un aborto; eso me mató, pero igual nos fuimos, no teníamos por qué quedarnos", cerró la fuente del hospital de Huincul que prefirió que no se la identifique.