Jueves 15 de mayo de 2003

  Huyó de la comisaría de Allen tras limar los barrotes
 

Se trata de un condenado que debería haber estado en la alcaidía de Roca, pero se lo trasladó a Allen por el hacinamiento. Ningún guardia escuchó los preparativos para realizar la fuga.

 
Tras un paciente y sigiloso trabajo, Pablo Alfredo Torres ganó la calle ayer y es intensamente buscado.
ALLEN (AA).- Tras limar pacientemente tres barrotes de una ventana del calabozo donde estaba alojado, un preso condenado por la justicia se fugó ayer de la comisaría Sexta de Allen.
Se presume que con la ayuda de una pequeña sierra, Pablo Alfredo Torres -quien se encontraba purgando su condena en la alcaidía de Roca y desde enero lo hacía en la dependencia local- logró forzar y quitar las barras de hierro, escapó hacia un patio externo y ganó la calle.
Se estima que el hecho habría ocurrido entre la 1.30 y las 6.30 de la madrugada de ayer, pero la fuga recién fue detectada pocos minutos antes de las 7 de la mañana.
Ayer se realizaron diversos procedimientos para tratar de encontrar al evadido, pero los resultados fueron negativos.
En los hechos, el nuevo escape de una dependencia policial -en esta ciudad el caso se repite- parece confirmar que estos espacios no son los más adecuados para albergar a presos condenados durante un lapso de tiempo prolongado.
Se estima que Torres, de 26 años, pudo haber contado con apoyo desde el exterior de la comisaría, lo cual le facilitó la tarea para concretar su escape. El delincuente purgaba una pena de alrededor de 11 años, según informaron fuentes policiales, pero ya habría cumplido cerca de la mitad de la condena.
Desde principios de este año, ante la superpoblación en la alcaidía de Roca, se habría decidido su traslado a la comisaría allense. Trascendió que en el último tiempo el sujeto había solicitado los beneficios de la ley de extramuros.
Mediante una prolija y paciente labor, el evadido logró quitar tres barrotes de una ventana del calabozo que está ubicada a casi tres metros de altura. Por allí salió y saltó hasta el suelo, desde donde se estima que escapó en dirección al barrio del plan de 60 Viviendas.
La policía cree que el sujeto utilizó una sierra, pero hasta ayer se desconocía desde cuándo Torres estaba abocado a tal labor.
La comisaría tiene cuatro calabozos que están ubicados en el sector posterior de la dependencia, y el preso en cuestión ocupaba uno de ellos. En el resto se encuentran alojados también algunos procesados, se indicó ayer, y detenidos circunstanciales.
Pese a esto, el personal que queda por guardia durante la noche es mínimo. De todos modos, ningún efectivo habría escuchado algún ruido extraño o detectado un movimiento sospechoso, y recién durante las primeras horas de la mañana de ayer se descubrió la evasión durante el cambio de personal, se apuntó.
Según se informó, se continuarán realizando rastrillajes en la ciudad y también en la zona, porque se cree que el individuo -que tiene familia en Fernández Oro- pudo haber tomado rumbo hacia alguna localidad vecina.
Una causa se inició por evasión en el Juzgado de Instrucción NÂș2, que se encuentra a cargo de Rubén Norry.
   
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