Martes 6 de mayo de 2003
 

Ya son siete los detenidos y esta semana empezarán las indagatorias

 

Otro presunto cómplice fue arrestado en Bahía Blanca. Consideran que los cabecillas cayeron, faltan piezas menores.

 
Para trasportar el petróleo robado la organización contaba con camiones propios,como el que fue demorado en Huergo, y otros contratados.
NEUQUEN (AN)- Ya son siete los detenidos por su presunta vinculación con "la banda del crudo", una organización que se dedica a robar petróleo en la zona y lo trasporta para su comercialización en el Gran Buenos Aires. Ayer, otro de los supuestos integrantes de la red fue atrapado en Bahía Blanca cuando estaba a punto de huir con todas sus pertenencias cargadas en una camioneta, porque al parecer recibió un oportuno aviso de que los investigadores estaban tras sus pasos.
Fuentes policiales de Bahía Blanca revelaron que el nuevo imputado sería Eduardo Berdinelli, de 43 años, propietario de una estación de servicios y de una empresa de trasporte de combustible en esa ciudad del sur bonaerense. Fue detenido ayer pasado el mediodía por una comisión de la Policía Judicial neuquina, que lleva adelante la investigación de la banda junto con la fiscalía de Delitos Complejos.
Los pesquisas fueron alertados de que el supuesto cómplice bahiense de la organización había sido avisado de que iban por él, y tenía preparada la fuga. Por eso lo esperaron en inmediaciones de su vivienda, ubicada en Esmeralda al 3.700, y cuando se disponía a escapar lo atraparon.
Ahora los detenidos son siete. Además del que cayó ayer, están a disposición de la justicia Osvaldo Bevacqua, Jorge Ontiveros, Manuel Molina, Javier Gigena, Roberto Berra y Juan Berger
Esta semana, el juez Juan José Gago comenzará con las indagatorias de los involucrados en la maniobra. Se les atribuye una larga serie de robos de crudo a empresas petroleras radicadas en la zona por un monto que todavía no fue cuantificado pero que podría alcanzar cifras millonarias.
Fuentes de la Regional Oeste de la petrolera Repsol, por ejemplo, reportaron que en lo que va del año desaparecieron de sus plantas 120.000 litros de crudo. Días atrás Pioneer detectó en Allen un faltante de 110.000. Y esto sólo en los últimos tiempos, porque las empresas recién están procesando y sumando los números de ejercicios anteriores ya que el robo de petróleo es una antigua práctica en la región
Repsol, Pioneer y Oldelval son, según los investigadores, las principales perjudicadas.
La actividad de la banda habría comenzado por lo menos un año atrás. Recién a partir de noviembre y diciembre, cuando la causa judicial comenzó de lleno y se intervinieron ciertos teléfonos, los investigadores pudieron impedir algunos de los muchos robos de crudo cometidos por la organización, aunque esperaron el momento propicio para demorar a los autores.
"Cuando a través de las "pinchaduras" nos enterábamos de que estaban preparando una extracción, avisábamos para que se realizara algún control pero sólo para que los desalentaran y no cometieran el robo, porque nos interesaba que los sospechosos siguieran en libertad, operando", explicó una fuente de la investigación. "Nuestro objetivo no era imputarles solamente un robo sino asociación ilícita, ya que descubrimos que los mismos personajes intervienen en distintos tramos de la maniobra. Esta es una organización montada a la perfección", añadió.
Asociación ilícita será, precisamente, el delito que les imputará el juez Juan José Gago cuando los indague. Según la hipótesis de la fiscalía, la banda controlaba todos los tramos del "negocio": presuntamente a través de empleados desleales de las petroleras accedía a los ductos de donde robaba el crudo; con camiones propios o contratados lo trasportaba hasta una planta en Garín, provincia de Buenos Aires, y allí obtenía subproductos con valor agregado o lo vendía a otras compañías

Los allanamientos

El detonante se produjo la semana pasada, cuando la policía rionegrina detuvo en Regina a algunos de los integrantes de la banda y secuestró un camión cisterna cargado de petróleo robado que había quedado empantanado en un camino de bardas próximo a Huergo.
A partir de allí se desencadenó una serie de allanamientos en los domicilios de los imputados en las ciudades de Neuquén, Catriel, 25 de Mayo, Bahía Blanca, Buenos Aires y ciudades del Gran Buenos Aires.
También fueron allanadas plantas petroleras y destilerías, donde se tomaron muestras de crudo para someterlas a pericias y tratar de establecer su origen.
Otro de los procedimientos fue realizado en el porteño barrio San Telmo, en las oficinas centrales de Estiquim. Se trata de una empresa legal a la que estaban destinados la mayoría de los embarques de petróleo, según la documentación secuestrada.
La hipótesis que manejan los fiscales Alejandro Cabral y Cristian Piana, y la Policía Judicial, es que esta firma se abastecía de crudo comprado legalmente tanto como del robado, y está en duda si su presidente, Jorge Castro, conocía la maniobra realizada utilizando el nombre de su empresa. Se cree que el principal involucrado es su socio, Bevacqua.
Estiquim tenía previsto instalarse en la región, y ya había conseguido el visto bueno de la municipalidad de Catriel. En el corto plazo planeaba realizar por lo menos 24 embarques "truchos" por mes.

La coima que no fue

NEUQUEN (AN)- La investigación judicial recibió una inesperada ayuda en noviembre del año pasado, cuando fue detenido un camión cargado de petróleo y con remitos "truchos" en la zona de San Patricio del Chañar. Gracias a un policía que no aceptó un soborno, se logró reunir importante información sobre la banda.
Las fuentes consultadas por "Río Negro" revelaron que el camión intentó pasar por un puesto caminero en plena noche, pero se toparon con un celoso agente policial que al revisar la documentación, descubrió las irregularidades.
Los ocupantes del vehículo, acaso acostumbrados a solucionar con dinero los problemas de ese tipo, le ofrecieron un grueso fajo de billetes de 100. Algunos dicen que fueron 3.000 pesos, otros hablan de casi 10.000.
El policía no sólo no aceptó la coima sino que los denunció. Su desempeño resultó fundamental, porque a los sujetos les secuestraron el camión y también una agenda donde figuraban muchos nombres, direcciones, teléfonos y contactos que resultaron vitales para encarar la investigación.
A partir de esos datos se iniciaron tareas de seguimiento, filmaciones e intervenciones telefónicas. Con el tiempo y a través del cruzamiento de datos realizado por el Servicio de Investigaciones de la Fiscalía (la Policía Judicial de la provincia) se llegó al resultado de desbaratar la organización.

   
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